La ganadería queretana propiedad de Eduardo Martínez Urquidi mantiene la predilección entre las figuras del toreo por sus toros, pero sin descuidar el criterio de los aficionados más exigentes; este domingo 5 de febrero afronta la vuelta a la plaza de toros del Nuevo Progreso, escenario de sus mayores éxitos.

De SOL y SOMBRA.

El próximo domingo cinco de febrero regresan los toros de Los Encinos al Nuevo Progreso de Guadalajara, una ganadería predilecta del aficionado tapatío por ese punto encastado que tiene ese hierro, y que la convierten en una de las menos cómodas de las que torean las figuras habitualmente, con la que han triunfando desde los toreros más poderosos como Enrique Ponce, El Juli o Roca Rey a toreros de arte como José Tomás, Alejandro Talavante o El Payo. En definitiva, toros encastados, que embisten por abajo y transmiten mucho, ideales para los buenos toreros.

La ganadería, fue fundada en 1990 con antecedentes de origen Saltillo vía Don Antonio Llaguno, pero entre 1994 y 1996 refrescó su sangre con Saltillo – Santa Coloma del hierro de Paco Camino, desmintiendo con importantes triunfos los mitos que había en torno al ganado español en esa época.

El nombre de la vacada viene de un árbol muy mexicano, como lo es el del encino y que predomina en el rancho donde está ubicado el hierro.

De regreso al Nuevo Progreso

Durante todos estos años, los toros de Los Encinos han triunfado con espectacular regularidad en Guadalajara. Por esta razón en su regreso al Nuevo Progreso este domingo 5 de febrero se espera mucho del juego de sus toros en uno de los carteles más esperados de la feria de aniversario 2023. Y es que Guadalajara ha marcado siempre un antes y un después en la ganadería.

Sin ir muy atrás, hay que recordar el toro de nombre “Auténtico“, al que le dieron arrastre lento, cortándole dos orejas Alfredo Ríos El Conde, el 3 de marzo del año 2019 en el Nuevo Progreso.