Por Jaime Oaxaca.
“Alcalde, debo reconocerle que no se corte, que no se tape, como la mayoría de los políticos de hoy, cuando se trata de hablar de toros”, le dijo Gabriela Cortés a Jorge Corichi, alcalde de Tlaxcala. El hecho sucedió hace unos días en una rueda de prensa, cuando el alcalde estuvo en Puebla promocionando unas corridas de toros.
Lo dicho es cierto. En conferencias de prensa (escasas) está el alcalde, pero como invitado, le corren la atención por su jerarquía política. En su turno con el micrófono suele salirse por
peteneras: agradece, desea éxito y sanseacabó.
Independientemente que a los políticos les guste o no la tauromaquia, automáticamente la rechazan, creen que les genera puntos malos cuando no atacan las corridas. Creen que políticamente es mejor estar en contra de los toros. Por eso fueron tan certeras las palabras de Gabriela, Presidenta de Tauromaquia Mexicana en Puebla.
Lo sucedido en la rueda de prensa de ayer nunca lo había visto. El presidente municipal no era una figura decorativa en el presídium. Al contrario, él la encabezó. Sin disimulos ni tapujos, habló de los festejos taurinos.
Jorge Corichi, como los buenos toreros, le echa valor, se la juega. Pregona abiertamente que la actividad taurina en Tlaxcala es significativa, que tiene una tradición taurina importante, que para promocionar el turismo sirven las corridas de toros. El turismo representa dinero.

Hace un tiempo tacharon de antitaurino al alcalde tlaxcalteca. Platicando con él, me dijo que es falso, tampoco es un gran aficionado a las corridas, ha asistido cuatro o cinco veces. También entiende que las plazas de toros son un termómetro para que el pueblo califique su labor. Dijo que probablemente asista a la plaza de toros en abril.
De paso, el señor Corichi vino a Puebla a darles un puyazo en todo lo alto a los políticos poblanos, Ojalá despierten de su pachorra insultante. Jorge Corichi vino a decirles que la tauromaquia provoca turismo, que el turismo es sinónimo de billetes frescos.
Puebla tiene una plaza de toros que está en el abandono absoluto. El gobierno la está desperdiciando. Puebla, como todo el país, sufre desempleo, ambulantismo, pobreza, hambre. El Relicario podría generar ingresos, fuentes de trabajos. Evidentemente, no solucionará todos los poblemos que nos acogen, pero algo es algo.
Por supuesto que existen problemas con más relevancia que abrir una plaza de toros. Pero para eso tenemos un titipuchal defuncionarios, que se justifiquen, que trabajen, o qué, ¿sólo cobran por su linda cara?
La visita del vecino político deben tomarla en cuenta los de acá, ahí está el mensaje: los toros provocan lana. El consejo es gratuito, no lo desaíren: te lo digo Juan…
