Tarde de emociones en el tradicional festejo de la “Revolución” con el triunfo de un incombustible Arturo Macías que cortó tres orejas que le sirvieron para continuar con una importante racha triunfal en un festejo en donde compartió la salida en hombros con el rejoneador Emiliano Gamero.
De SOL y SOMBRA.
El toreo -lo dijo Marcial Lalanda– es la síntesis de muchas emociones. Quien fuera autor de una de las mejores tauromaquias que han visto la luz, transcrita para mayor gloria por el catedrático Andrés Amorós, no habló ni de técnica, ni de la mayor o menor dificultad de las distintas suertes ni de la pureza de las mismas. Habló de emociones, de sentimientos, de la capacidad del artista de transmitir al tendido lo que vive de cara a cara con el toro. Porque a eso se reduce, ni más ni menos, que el toreo. A las emociones. Y si alguien es experto en trasmitir emociones ese es Arturo Macías, que pasa por un gran momento en su carrera y que está triunfando en todas las plazas en donde hace el paseíllo y el día de hoy en Irapuato no fue la excepción. Cortó tres orejas y salió en hombros tras dos faenas en donde la piedra angular fue la emoción, la técnica y la honestidad con la que fueron interpretadas.

Su compañero de cartel, el rejoneador Emiliano Gamero, que mató dos toros también logró abrir la puerta grande. Sus dos actuaciones tuvieron buena monta y vibración y conectó fácilmente con los tendidos.
El Zapata también tuvo una tarde triunfal y se llevó una oreja del segundo de su lote.
Resumen del festejo:
Toros de San Marcos bien presentados y de juego variado, entre los que destacó el 4° por su calidad.
El rejoneador Emiliano Gamero: Ovación y dos orejas.
Uriel Moreno “El Zapata”: Ovación y oreja.
Arturo Macías: Dos orejas y oreja.
Irapuato, Gto.- Plaza “Revolución”. Más de media entrada.
