Gran tarde del torero queretano Diego San Román en San Miguel de Allende, ante un notable encierro de la ganadería de Begoña.
De SOL y SOMBRA. Fotos NTR Toros y Rafael del Olmo.
A Diego San Román lo que le distingue hoy en día del resto es el empaque y en San Miguel de Allende Guanajuato lo volvió a poner sobre la arena: su faena al primero de su lote rayó la perfección. Deleitó con muletazos majestuosos, largos, templados y barriendo la arena en los derechazos, para plasmar después primorosos naturales desparramando el arte en cada uno de ellos. Como colofón de la faena, una estocada de marca propia. Los pañuelos volaron en la plaza de “Oriente”, y el juez le otorgó los máximos trofeos, dos orejas y rabo y arrastre lento para “Zapatillo” de Begoña.
Con las manos bajísimas lanceó al que cerró plaza, dando temple y vistosidad al toreo por verónicas. Inició con la franela su faena con una tanda muy jaleada por el público, como jaleadas fueron el resto de sus series, todas de gran intensidad. Concluyó con una estocada certera y firmó dos apéndices y otro rabo más para su cuenta, en una intensa e inolvidable tarde en donde nuevamente dio un fuerte golpe de atención. Al final fue sacado a hombros con toda justicia.
Sus alternantes no tuvieron la misma fortuna que San Román, pero el “El Payo” espoleado por el triunfo de Diego, tuvo una destacada actuación con el segundo de su lote y pudo cortarle una oreja por una gran estocada. Mientras que “El Calita” se llevó únicamente un trofeo de un lote importante.
El encierro fue de la ganadería guanajuatense de Begoña, que mandó toros bien presentados, destacando los corridos en tercero y sexto lugar que fueron premiados con el arrastre lento, así como los lidiados en segundo y quinto lugar, que fueron aplaudidos en el arrastre.
La plaza registró un lleno total.
