Por Luis Carlos Peris.
Hubo una vez en que Poli Gallardo, a la sazón fisioterapeuta del torero Cayetano Rivera, fue el encargado de recoger un premio otorgado a su cliente y van siendo muchas las ocasiones en que el torero manda a un propio a recoger algo que debería recoger él.
Por ejemplo, la de trofeos destinados a Josemari Manzanares que ha recogido su amigo Jorge Lemus. Es un uso extendido y en esta misma semana ha ocurrido en dos ocasiones con el mismo torero. Un torero que volvió a la cresta de la ola a base de méritos sobrados, pero que ha tenido la falta de delicadeza de no asistir a dos actos de reconocimiento a su ejecutoria. Y hay que ver el interés que ponen los otorgadores del premio en realzar un acto que se queda en nada con la ausencia del homenajeado, como pasó el lunes en Caja Rural y antier en el Hotel Vincci esperando a un torero que hizo doblete de desaires.
