“No buscar el triunfo, sino buscar el toreo”

Amigos aficionados…

Nombraron a Sebastián Castella triunfador de la Feria de San Isidro. No quedó duda de que el torero de Beziers lo fue.

Más allá de si fueron dos o tres orejas las que cortó, si se fue en hombros una vez por la Puerta Grande o si pudo irse una más, con merecimientos innegables, Castella volvió a ponerse en el primer pelotón de los matadores de toros, con todo y que estuvo buen tiempo fuera.

Su toreo es propio. Creemos que esa es parte fundamental de la trayectoria de cualquier persona: el sello personal, las convicciones, el saber por qué estás en ese canal o qué buscas. Y nadie, ni dos cornadas, te apartarán de ese sendero que pretendes recorrer.

Hay toreros que, con la profundidad con que hablan en persona, dejan ver sus cartas credenciales. Me apantalla la forma en que el maestro retirado Luis Francisco Esplá se desenvuelve para las charlas, ante cámaras o fuera de ellas. Igual “El Juli”, que es un enorme profesional cuando de expresarse de la tauromaquia se trata.

Castella toreó dos tardes en Madrid. La Plaza de Las Ventas le vio asumir un compromiso enorme, de primera figura. Se fue triunfante en la primera, pero más allá de esa salida en hombros, lo poderoso de aquella tarde fue la frase que le salió tras cortar una oreja y con la afición encendida: “No buscar el triunfo, sino buscar el toreo”.

Y sí, encontró el toreo que le puso, antes de su retiro voluntario, en esa primera fila a la que muy pocos llegan.

En la segunda tarde, toreando convencido de lo que buscaba, fue empitonado de forma salvaje y, con las carnes atravesadas por los pitones, siguió allá, en la búsqueda de su verdad. Y cuánta verdad hubo mientras la sangre escurría sobre su terno y él se plantaba ante el toro. Con la vida resuelta, pudo haber cortado por lo sano e irse a la enfermería, volver a casa y disfrutar. Pero no: siguió con una ambición que muchos que son toreros no tienen, que no saben por qué lo son o a qué van a la arena vestidos de luces.

“No buscar el triunfo, sino buscar el toreo”. Puede leerse fácil. Los triunfos a veces pueden ser baratijas de quinta y la esencia vale minas de oro.

Antonio Rivera, Renán Ceballos y el que escribe, nos quedamos como en shock con esa frase cuando veíamos la corrida en televisión.

El que busca, encuentra.— Gaspar Silveira Malaver.

Publicado en Diario de Yucatán

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