Por Álvaro R. del Moral.
Conviene trazar la secuencia de los hechos para ubicar la injusta situación en la que se encuentra el matador de toros sevillano Borja Jiménez, apeado de la final de la Copa Chenel de la Comunidad de Madrid por culpa de un error presidencial, la restrictiva interpretación del reglamento del certamen y hasta la inflexibilidad de la propia Fundación del Toro de Lidia al dar por bueno el veredicto sin atender a las evidencias ni el ofrecimiento del perjudicado para estoquear fuera de sorteo los toros –presuntamente- más duros de la final prevista para este domingo.
El torero de Espartinas, uno de los valores más sólidos del banquillo taurino sevillano, había desempeñado un notable papel en la llamada Copa Chenel, una especie de liguilla eliminatoria organizada por la Fundación del Toro de Lidia en colaboración con la Comunidad de Madrid orientada a matadores de toros en trance de lanzamiento o recuperación que implica la apertura de varios cosos de la región, la lidia de ganaderías más o menos orilladas además de la promoción de la fiesta en el mundo rural. Pero esta encomiable iniciativa no ha estado exenta de polémicas más o menos justificadas por los métodos de selección que están sujetos a la subjetividad de un jurado y una necesaria reglamentación que no siempre es perfecta.
Hasta ahí todo es más o menos normal pero el caso Jiménez merece un análisis propio. Los méritos del torero sevillano le habían llevado a la primera final, organizada en la localidad madrileña de Alapardo para la terna compuesta por el mexicano Isaac Fonseca, el salmantino Juan del Álamo y el propio Borja Jiménez. Las reglas de la competición establecen la penalización de medio punto por aviso recibido y en el reglamento taurino de la Comunidad de Madrid los avisos se cuentan diez minutos después del cambio de tercio. Borja escuchó el correspondiente aviso a los 10 minutos y 53 segundos aunque, eso sí, justo cuando trataba de descabellar y a punto de que doblara el toro. En cualquier caso, todo dentro de los límites normativos y hasta con un colchón de casi un minuto.
Pero lo insólito del caso es que su compañero Juan del Álamo, que llegó a alargar su labor hasta los 13 minutos y 8 segundos, no escuchó ningún recado de la presidencia cuando debería haber recibido dos avisos: uno a los diez minutos del toque de clarín y el segundo, tres minutos después del anterior. El palco olvidó mirar el reloj esta vez. Nada que hubiera modificado el desarrollo de una corrida normal pero en este caso perjudicaba notablemente a Borja Jiménez que con esa penalización –y la que se omitía a su compañero- quedaba fuera de la final a dos fijada para este mismo domingo en la plaza de Colmenar Viejo con toros de Palha, Zacarías Moreno y Montealto. Resumiendo: el puesto de Juan del Álamo correspondía a Borja ateniéndose a la propia normativa de la Copa Chenel.
Ofrecimiento
El diestro de Espartinas, elegantemente, dejó correr el asunto en un primer momento pero las evidencias han acabado por hacerle salir a la palestra emitiendo un extenso comunicado en el que pide “subsanar un error humano” además de solicitar unas disculpas por parte del presidente y la propia FTL que según señala el torero aún no se han producido. Jiménez, que alaba la oportunidad que supone participar en un certamen de estas características hace su propia valoración de los hechos considerando que una cosa es el reglamento y otra la propia normativa del certamen señalando que “en este caso es tangible y objetivo el error”. Una cosa es el acta oficial del festejo y otra cosa es la evidencia, viene a exponer el torero que, en cualquier caso, ha desestimado emprender cualquier tipo de acción judicial “por respeto a la labor de la copa Chenel”.
Borja Jiménez había propuesto otra solución que no perjudicaría a los finalistas oficiales. “Me ofrezco a lidiar los dos toros de Palha el domingo en Colmenar y que esa final sea a tres para no alterar el sorteo de mis dos compañeros ya que hay tres ganaderías distintas”. Jiménez optaría así por pechar con los dos toros que, previsiblemente, sacarían más dificultades añadiendo que “si este ofrecimiento no lo aceptan desde la organización, entonces tendré que pensar que el error humano no se ha querido subsanar”. “Estoy dispuesto a torear en terna sin sortear” ha recalcado el torero en el mismo comunicado descartando que se trate de “un acto de valentía” sino de la búsqueda de una solución que a tenor de la réplica de la Fundación del Toro de Lidia está lejos de llegar.
La FTL también ha salido a la palestra con su propia comunicación en la que hace un repaso apresurado de los buenos resultados cosechados por estos circuitos pero no da su brazo a torcer, cerrando filas con la presidencia y los jurados. “Entendemos las voces que piden que se repare el daño de esta manera o de la otra, pero la Copa Chenel acaba en una final a dos y consideramos que los dos matadores que han alcanzado esa final tienen derecho a celebrarla en sus términos”. Pues así ha quedado la cosa, aunque la corrección reglamentaria no ha ido pareja a la justicia.
Publicado en El Correo de Andalucía