El toro se ensañó con todo la semana pasada. Y varios toreros se fueron al dique seco, mostrando que, sea cual sea la plaza, el encaste o el matador, la profesión sigue teniendo en el juego de la vida la esencia más pura.
De los más graves y sonados, un percance ocurrido el domingo en la tarde en suelo mexicano, cuando el matador Arturo Saldívar recibió una muy dura cornada de tres trayectorias mientras toreaba en la plaza hidalguense de Caxuxí. El muslo izquierdo del matador de Teocaltiche quedó muy maltrecho cuando se tiró a matar a su primer enemigo, de Torreón de Cañas.
Saldívar, quien tras reaparecer en Madrid en San Isidro salió bien librado, e incluso le colocaron una tarde en la Feria de Nimes, Francia, en agosto, fue llevado de emergencia a una clínica de la capital de Hidalgo, donde le operaron en larga intervención la noche del domingo.
Milagros en Céret
Al otro lado del charco, Álvaro de la Calle, famoso por ser el sobresaliente de la Plaza de Las Ventas y en otros festejos de mano a mano o encerronas, tuvo por fin una tarde para torear como matador de cartel. Fue en Céret, Francia, que tiene uno de los espectáculos toristas más impresionantes de la actualidad, y un toro de José Escolar le prendió de forma aparatosa, dramática, sufriendo una fea cornada al entrar a matar. El torero fue trasladado inmediatamente a la enfermería, donde tras la incertidumbre de los primeros momentos, detectaron una cornada limpia de tres trayectorias en el muslo derecho. Tras ser estabilizado fue llevado al hospital de Céret, donde le practicaron un escáner. Afortunadamente, tanto entonces como un día después, las noticias sobre el estado de Álvaro de la Calle son positivas. La celeridad médica fue clave.

Se recupera también el diestro Rafael Rubio “Rafaelillo”, otra víctima de Céret. Rafaelillo fue intervenido en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia a primera hora de sábado, tras un viaje de más de siete horas desde Ceret. En la operación, se intervino de una cornada de 15 centímetros con tres trayectorias, limpia. El parte señala que el diestro tuvo mucha suerte, “puesto que el pitón quedó a tres milímetros de succionar arterias y venas”.
Por Gaspar Silveira – Diario de Yucatán.