Es lo que digo yo: Cuando la sangre llama.

Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.

Taquilleros. Es decir los toreros que llevan gente a las taquillas para que los taquilleros (de las taquillas) cumplan con su obligación de vender entradas ya no quedan muchos. Toreros taquilleros recientemente en México han sido, hasta el día de hoy El Juli (ya de salida) y Roca Rey, quienes en cada una de sus actuaciones en la presente temporada llenaron o consiguieron buenas entradas.

Otras figuras internacionales que aún quedan en activo como Pablo Hermoso y Morante, cuando las juntan con un par de toreros mexicanos y les ponen una buena fecha, generalmente llenan. Hay otros como Emilio de Justo que despertó curiosidad y ganas de verlo en Aguascalientes este año, pero sin exagerar. Castella y Alejandro Talavante por su parte acompañaron algunos carteles y poco más.

Es curioso pero hace poco a unos amigos aficionados en una reunión les hice la siguiente propuesta:

– Supongamos que yo soy el dueño de varias plazas de toros. Y les dejo gratis la que quieran para que organicen dos corridas en cada plaza el próximo invierno. Con la siguiente condición, los seis puestos serán únicamente para toreros mexicanos. No se puede contratar a extranjeros.

Tras pensarlo bien, nadie aceptó la oferta quizás porque la mayoría de los toreros mexicanos actualmente no interesan a las masas y ya se vió en los últimos dos años, en donde hemos visto cualquier cantidad de carteles compuestos únicamente por toreros nacionales y en donde las entradas no han sido las mejores. Por mucho capricho que pueda tener una empresa por un torero, la realidad es que solo Leo Valadez, Héctor Gutiérrez, Diego San Román y la esperanza que para muchos representa Isaac Fonseca, están realmente ilusionando a la afición en la presente temporada.

Pablo Hermoso Forever

Con la llegada de Pablo Hermoso a México, el número de festejos aumentará considerablemente en la parte final de la temporada. Esperemos que en la mayoría de esos carteles los empresarios apuesten también por el futuro de la fiesta y permitan que los toreros más jóvenes del escalafón que tienen más posibilidades, puedan alternar junto al jinete Navarro.

Falta un torero con tirón popular

Hoy en día hay muchos toreros que torean muy bien, algunos con sello y otros con cierto arrastre, pero lo que la fiesta necesita urgentemente es un ídolo cuyo carisma enganche a la gente más allá del aficionado taurino y que convierta cada una de sus actuaciones en un acontecimiento social.

¿Podrá alguno de los jóvenes prospectos de nuestra torería algún día alcanzar el nivel de popularidad que tiene actualmente Roca Rey en su país o en Europa?

Yo en estos momentos metería las manos al fuego por dos prospectos. Tiempo al tiempo.

La sangre llama

Está claro que nos encontramos en una sociedad que ha evolucionado, una sociedad que hoy en día es más sensible y le otorga derechos a los animales que antes no tenían. Entonces, surge entre los animalistas la idea de humanizar al toro bravo, de no conocer verdaderamente el porqué de su existencia o de su función y que hace que esta sociedad sensible no entienda cual es el fin que tiene el toro de lidia.

Todo lo anterior está muy bien para alguien que no es aficionado a la tauromaquia o para un animalista, pero lo que no se puede entender es que un grupo de profesionales (ganaderos, matadores, novilleros y forcados) se presten a organizar un festejo en el Estado de México al que han denominado “Toros sin Sangre” con el cual están mandando una pésima señal, además de que les están dando armas y argumentos a los animalistas en su cruzada contra la fiesta brava.

Los organizadores pueden darnos todas las explicaciones que quieran y hacerse mil chaquetas mentales con aquello de querer explicar la fiesta brava a las nuevas generaciones mediante nuevas fórmulas, pero denominar a su evento “Toros sin Sangre” exhibe el verdadero objetivo del festejo.

Aquí es donde aplica la trillada frase que repiten hasta el cansancio los taurinos cibernéticos en las redes: “No cabe duda, que el enemigo está en casa”

¿Y saben que? Tienen razón.

Es lo que digo yo.

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