Sebastián Castella regresa a México en su mejor momento.

La temporada grande del Nuevo Progreso de Guadalajara nos trae de regreso a Sebastián Castella (Béziers, Francia, 31 de enero de 1983) la máxima figura del toreo que ha dado Francia; todo un artista, en síntesis. Torero de cabo a rabo que a pesar de su madurez, veteranía y tras un parón de dos años retirado de los ruedos, atraviesa el mejor momento de su carrera después de alzarse como triunfador de la reciente feria de San Isidro tras abrir por sexta vez en su trayectoria la Puerta Grande y hace unas semanas salir en hombros por la Puerta del Príncipe de Sevilla en la feria de San Miguel.

Para entender las razones del porqué Castella es una gran figura tras más de veinte años de trayectoria ininterrumpida en los ruedos, habría que analizar sus inicios desde que eligió al torero José Antonio Campuzano como apoderado. Castella, siempre quiso ser figura a toda costa y, prueba de ello, son sus faenas con el sello de torero de raza, valor frío y entrega sincera. Por eso, su carrera estuvo marcada por tardes “a sangre y fuego”, como el título de Manuel Chaves Nogales, y otras llenas de capacidad y valor sereno. Ésas son sus verdaderas armas, sobreponerse a las dificultades de cada toro con un valor seco y sereno para lograr hacer el toreo.

El torero galo también fue uno de los recuperadores de la suerte del péndulo, el mal llamado pase cambiado por la espalda en el que la muleta se presenta por el lado opuesto al que viaja el toro en un “pase natural”. Este muletazo que Carlos Arruza improvisó en Toledo para salir airoso de un envite. Años después su hijo Manolo Arruza también lo incorporó a su repertorio en las décadas de los 70s y 80s , y Alejandro Silveti durante la década de los 90s.

Después llegó Castella y lo puso de moda nuevamente. Por cierto, aunque muchos le han imitado, nadie lo ha hecho como él, que lo hace sin retorcerse, inmóvil como un palo y con el mentón hundido, sin apenas mirar al toro. Entre sus grandes cualidades como torero encontramos también, que domina a la perfección la “regla de las tres unidades», como lo denominaron hace años en Tendido Cero. Esto corresponde a las tres distancias: la larga en el inicio de faena, la media en el núcleo y el epílogo en las cercanías.

Algo que hay que reconocerle y agradecerle es que en los últimos años tuvo el gesto de matar de forma puntual algunas de las ganaderías más duras del campo europeo, como Adolfo Martín, Victorino y Miura.

Este domingo regresa a Guadalajara para presentarse en la segunda corrida de la temporada, un escenario que sido testigo de algunas de las tardes más importantes del torero francés desde su época del novillero en México. Inolvidable nos resulta aún su presentación en la Feria de Aniversario de 2020 cuando indultó a “Barquero” de la ganadería de Arroyo Zarco, tras una faena magistral, llena de arte y realizada con mucha firmeza.

Pero antes de su presentación en Guadalajara, Castella hará el paseíllo el día sábado 21 en la corrida del Aniversario 448 de la fundación de Aguascalientes, una ciudad que lo adoptó desde hace muchos años como uno de sus toreros predilectos.

21 de Octubre. Monumental de Aguascalientes: Sebastián Castella, Joselito Adame e Isaac Fonseca con toros de De la Mora.

22 de Octubre. Nuevo Progreso de Guadalajara. Antonio Ferrera, Sebastián Castella y “El Calita” con toros de Campo Real.

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