Feria Yucatán de Xmatkuil: Olor a xix caliente y toros.

La respuesta de los aficionados, que casi acabaron con el boletaje, y dos faenas interesantes de Fermín Rivera, la segunda malograda con los aceros, sobresalieron en la corrida de ayer en la Plaza “La Esperanza”, en la Feria Yucatán de Xmatkuil.

No tuvo fortuna la colombiana Rocío Morelli, que, aunque intentó, mostró que, tal vez, ande insegura luego de un aparatoso percance que hace dos meses le dañó severamente el rostro, que, ayer, mostraba las señales del accidente reciente.

Los tendidos del coso portátil comenzaron a poblarse desde muy temprano para este primero de tres festejos que montará la empresa Toros Yucatán. Un público de feria, festivo, tratando, como dijo el empresario Alberto Hagar, de meter gente nueva a los festejos, en unión esta minitemporada de Xmaktuil con la de la Plaza Mérida. Y la logística y parafernalia de las tardes meridanas se dejaron ver como tal en la feria: toreros con cuadrillas (actuaron los yucatecos Venturita y Daniel Cauich de subalternos), picadores en orden, alguacilillos, torilero, y también los monosabios.

Olor a xix caliente, tortas de cualquier guiso, y todo lo que en los pasillos de la feria se pueda encontrar, había disponible en el coso.

Y fue animoso ver a los espectadores en esta tarde, en la que brindaron cobijo a Rocío Morelli principalmente, quizá por el hecho de ser dama. Pero la colombiana no pudo brindarse al nivel de lo esperado, especialmente en el segundo de su lote, al que se tardó una eternidad en despachar.

Fermín Rivera se vio empeñoso con el que abrió plaza, extrayendo interesantes pases con la mano derecha en su faena de muleta. Mató al primer viaje y el juez de plaza, Russell Gutiérrez Vales, le concedió una oreja, que a la postre fue la única de toda la tarde de apertura.

El tercero, un toro de 550 kilos del hierro de Montecristo, tuvo cuajo, presencia y mucho recorrido, especialmente en el tramo de muleta. El torero potosino lo cuajó, pero para mal suyo, no tuvo fortuna con la espada y se le fue la posibilidad de salir en hombros de esta tarde inaugural en el recinto ferial.

“Nos vamos contentos, la entrega de los aficionados fue muy bonita. Lástima del fallo con el acero en el segundo, pudo ser para la puerta grande”, dijo Rivera, rodeado de decenas de aficionados que buscaban la foto del recuerdo.

El domingo siguiente habrá otra tarde que seguramente tendrá expectación: Arturo Saldívar y la presentación en Yucatán de Jiménez Fortes, torero español que tiene mucho para contar de sus graves percances, especialmente dos: ambos, con cornadas en el cuello. Vivo de milagro.— Gaspar Silveira.

Publicado en Diario de Yucatán

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