Una corrida es más emocionante e interesante cuando sale el toro encastado, justo como ayer salió en la Plaza México y, por ello, se esperaba que el festejo de toreros banderilleros fuera más emocionante de lo habitual. Y así fue durante varios momentos; la corrida no fue aburrida y el público que hizo una gran entrada se divirtió durante toda la tarde.
Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.
El toro de lidia -o el toro de casta- es como salió ayer en la Mexico y hay que entender que admite en su juego muchas variantes: en ocasiones puede ser más bravo, y en otras más manso o más noble como fueron los de Rancho Seco, pero siempre con casta y fortaleza, dos condiciones con las que se impusieron en el ruedo los astados, de manera que varios de ellos, pese a la paliza que le pegaron los picadores, acabaron embistiendo como debe de hacerlo un toro bravo.
A los de Rancho Seco hay que entenderlos aún más que a los toros bobalicones que generalmente piden algunos toreros. Estos toros son para entenderlos, y hay que tener valor para ponerse delante de ellos, pero nunca hay que perder los papeles como ayer lo hizo el torero tlaxcalteca Uriel Moreno “El Zapata”, que tuvo una actuación para el olvido. Pero gracias a su oficio, experiencia y colmillo, un lucido tercio de banderillas le permitió ganarse -entre varias protestas- el trofeo al mejor par de banderillas, siendo esto lo mas rescatable de su actuación.
Antonio Ferrera me da la impresión que no quiere ser maestro, o por lo menos no quiere parecerlo, y prefiere ir de víctima por la vida, tocándole el corazón al público. Pero no debería de ser así, Ferrera no es una víctima, es simplemente un gran “torero espectáculo” cuando sus emociones se lo permiten y en eso convirtió ayer la corrida de la “banderilla de oro” en la Plaza México.
Toda su actuación fue un continuo derroche de facultades e imaginación. Ahora, también es cierto que Ferrera en ocasiones ratonea, zapatillea y construye sus faenas sin ningún miramiento a los cánones del arte, pero el señor es garantía de entretenimiento y nadie se aburre cuando está en el ruedo.
A su primero que tenía nobleza y fijeza le ligó muchos pases con más tecnica que arte, pero sobrado de pundonor y mando, así le pudo cuajar diversas series de naturales y redondos. Cuando la faena estaba hecha, deletreó la suerte de matar con un estocanazo que hizo doblar al toro de Rancho Seco sin puntilla. Dos orejas para Ferrera y arrastre lento para “Dentista“. El torero se hizo acompañar de los ganaderos en la vuelta al ruedo.
A su segundo lo lanceó de capa con finura; con las banderillas prendió a la afición cuadrando en la cara del toro y haciendo la suerte con gran autenticidad, es decir, reuniendo en la cara y clavando de arriba abajo. Asomandose al balcón, como dirían los clásicos, y saliendo andando del embroque.
Con la muleta fue contundente, ejecutando pases en redondo muy mandones, rematados con pases de pecho bien ejecutados y unas tandas al natural con mucha hondura, aprovechando el buen viaje del toro. Se volcó al entrar a matar nuevamente, pero en esta ocasión no tuvo suerte y todo quedó en una ovación.
El confirmante Francisco Martinez me daba la impresión de que tenia más oficio en su etapa de novillero que hoy que ostenta la borla de matador de toros, y aunque esto parezca un contrasentido, pienso también que toreaba con más naturalidad en aquel entonces cuando hacia irrupción en este caótico mundillo taurino que ya sabemos también encierra frustraciones, triunfos, gloria y tragedia.
A estos jóvenes toreros parece que alguien les dice: “Tú a lo tuyo, es decir a dar 30 pases por la derecha y si puedes algunos más por la izquierda; que la plaza se ponga “así”, y a salir con “estas” en la mano”. La plaza “así” es boca abajo; “estas”, son las orejas, y, está teoría solo sirve, principalmente para el que la compra y claro, para el surgimiento de nuevos pegapases.
Francisco Martinez, tiene valor e intuición para el toreo, pero con el toro de su confirmación estaba empeñado en colocarle al astado de Rancho Seco los 30 pases por la derecha y otros más por la izquierda en tanto aburría al personal. Hubo desarmes, enganchones y muy poco para el recuerdo. Lo mejor de su primera actuación al noble encastado de Rancho Seco fue la estocada. Pero para su fortuna la aficion triunfalista y un palco falto de rigor, le otorgaron una oreja que fue protestada por un amplio sector del tendido.
Con el mismo propósito de pegar pases caiga quien caiga, se plantó frente al sexto, pero el de Rancho Seco no tuvo la movilidad y la fuerza de sus otros hermanos. Se puso pesado con la espada y escucho dos avisos.
Al final hay que reconocerle a la empresa su gran labor por ofrecer una cartelera diferente y temática en la presente temporada, algo que está atrayendo a un público joven y entusiasta nuevamente a la plaza, independientemente del resultado artistico y de la falta de rigor que se siente en algunos momentos en el palco de la autoridad.
Para el próximo domingo habrá una interesante corrida de rejones y forcados, que seguramente volverán a atraer a un gran numero de aficionados al tendido.
RANCHO SECO – ZAPATA, FERRERA Y MARTINEZ
Toros de Rancho Seco, correctos de presentación y de juego variado, entre los que destacaron el primero y el segundo que fue premiado con el arrastre lento, así cómo el corrido en quinto lugar.
Uriel Moreno “El Zapata”: Silencio y pitos tras dos avisos.
Antonio Ferrera: Dos orejas y ovación tras aviso (con una vuelta al ruedo que nadie del público le pidió). Al final del festejo salió en hombros.
Francisco Martínez, que confirmó la alternativa: Oreja con protestas y silencio tras dos avisos.
Incidencias: Martínez confirmó su doctorado con el toro “Cucharito“, número 138, con 510 kilos.
Plaza México, séptima corrida de la Temporada de Reapertura 2024. Poco más de media plaza.
