Aguascalientes: ¡Que se vaya el juez de plaza! piden los aficionados.

La feria de San Marcos 2024 tuvo un cierre polémico y triunfal, en donde el protagonismo no lo tuvieron del todo los toreros, como se supone que debiera de ser, con el toro, sino “el juez de plaza”, y no para bien, sino para convertirse en el objetivo de las iras de una afición, que parece que ya tiene más que agotada la paciencia.

Por Luis CuestaDe SOL y SOMBRA.

El matador César Pastor, actual “juez de plaza” en la Monumental de Aguascalientes, hoy se pasó de la raya y dio la nota. Lo vieron miles en la plaza y muchos más a nivel nacional e internacional en la televisión. Regalo orejas por bajonazos y los buenos aficionados que todavía quedan por ahí -no crea usted que ya no hay- no podían dar crédito a lo que estaban viendo, mientras el matador Pastor permanecía impertérrito ondeando en su palco sus pañuelos blancos en son de paz, como si se tratara de un refugiado palestino en medio de un bombardeo.

Es cierto que el matador Pastor tiene un reglamento que cumplir, pero un juez tiene que ser, principalmente un buen aficionado -si es que lo fue alguna vez- y salvaguardar el prestigio y la categoría de su plaza. Es increíble ver como a veces la mayoría de los jueces tienen un resorte cuando el público les pide una oreja o para aprobar encierros “polémicos”, pero duran minutos interminables cuando se les pide que sea sustituido un toro inválido o sin el trapío requerido para ser lidiado en la plaza. Lamentablemente a pesar de las protestas, el juez hace como que no ve ni escucha. Pero hoy el público harto, gritó: «¡Que se vaya».

Por supuesto que, con tales atropellos, la fiesta, que ya está en un mírame y no me toques, más se va al precipicio. Pero no por anacrónica, sino por la pasividad y actitud de algunos profesionales que la están empujando hacia el vacío.

En fin, pasemos al festejo.

Era Roca Rey la figura del cartel y así intentó comportarse con el manso y noble astado de Villa Carmela con el que abrió su actuación y con el que se centró, en lo que cabía, hasta que consiguió sacarle algunos derechazos y naturales con finos remates, todo ello con cierto sabor torero. Hubo un gran pase en redondo y los de pecho, que prodigó, todos fueron superiores. Señalo un bajonazo para terminar su labor y surgió una peligrosa petición en el tendido. Pero “el juez” Pastor, increíblemente se mantuvo firme y no concedió la oreja que el público le pedía. Claro, en este punto uno podría pensar que buenazo es el señor juez, pero no es así, minutos antes le había concedido una oreja a Silveti por menos y con una petición menor por parte del tendido.

El quinto, fue otro toro noble y de poco fuelle, que embistió como un borrego bobalicón y con el que Roca Rey extrañamente no llegó más allá de lo que en él es habitual, ni tampoco hubo arte en su labor. Y es que cuando de verdad hay torería, no se puede hacer el ridículo intentando dar cien pases a un toro medio muerto por si alguno llega al tendido, provocar el olé y enderezar la faenita hasta rebañar una oreja (con un bajonazo). Porque eso no es torear: es mendigar.

A una figura del toreo (como el peruano) se le debe de exigir más, bastante más. La oreja que le concedió el “juez de plaza” por semejante bajonazo, fue una puñalada para la seriedad, la categoría y el rigor con el que se deberían de medir las faenas en la Monumental hidrocálida.

Abrió plaza Diego Silveti que estuvo por encima de su primero, un toro que fue noble pero manso y al que le cortó por petición popular una oreja. No hubo tanto brillo, aunque sí voluntad en la faena de muleta de Diego, ya que el manso no se entregaba.

Silveti puso mucha voluntad en sus dos toros, pero no tuvo material para redondear su actuación con un triunfo importante.

Su segundo fue un toro en el límite de trapío, pese a su descaradita cabeza y que al igual que sus hermanos tuvo poco fuste, muy justo de fuerza y mansamente dulce o dulcemente manso, como usted prefiera llamarle. Diego puso nuevamente voluntad, pero no había mucho que hacer. La plaza acogió con reservas el aseado muleteo de Silveti y lo despidieron entre palmas.

Hay calidad en el toreo de Luis David, eso no está en duda. Así lo demostró con el primero de su lote, un toro de Villa Carmela que formó parte de la colección de mansos nobilísimos que saltaron al ruedo de la Monumental y al que le pudo cuajar un trasteo con buenos pasajes, que si no se convirtió en faena grande, fue por las pocas condiciones del toro. El viento le molestó durante toda la faena, pero Adame nunca bajó la guardia. Terminó cortando una oreja entre algunas protestas.

Su faena al sexto, un verdadero bombón, fue en conjunto emocionante desde que se abrió de capa, al igual que en quites y banderillas. Con la muleta comenzó en el centro del ruedo y aunque hubo momentos buenos por el derecho, el toro se vino abajo muy pronto y tuvo que recurrir a los efectismos para no dejar que decayera la emoción, pero eso si, siempre buscando poner la plaza boca abajo, sin embargo no lo consiguió como él hubiera querido, debido a las pocas condiciones del toro de Villa Carmela. Señalo una estocada defectuosa, pero efectiva. Los pañuelos ondearon en el tendido y “el juez” rápido como una gacela, no dudó en sacar un pañuelo, pero como la petición se mantenía latente en un sector del tendido -aunque con menor intensidad- decidió sacar el otro pañuelo para concederle una excesiva segunda oreja a Luis David y de esta manera abollarle el triunfo legítimo que había conseguido.

Este tipo de actitudes y acciones de quienes están para defender al espectáculo y al aficionado, no las entiendo ni las entenderé nunca y no porqué no sepa cuál es el fin que persiguen, sino porque no puedo justificar que al pretender ayudar a la tauromaquia, se le dispare al mismo tiempo por la espalda.

Es lo que digo yo.

Un feliz Luis David se fue en hombros.

VILLA CARMELA / SILVETI, REY Y ADAME

Toros de Villa Carmela correctos de presencia pero de juego desigual, todos con poca casta y fuerza.

Diego Silveti: Oreja y palmas.

Andrés Roca Rey: Ovación tras petición y oreja con protestas.

Luis David: Oreja con división y dos orejas con protestas.

Aguascalientes, Ags. Plaza Monumental. Decimoquinta y última corrida de la feria. Tres cuartos de entrada.

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