Aceite Mansino de Resina. Garibay en Madrid

Cayó herido Garibay.
Cayó herido Garibay.

Por: “Puntillero”

Más de medio galón de mansedumbre se cargó la aparición de Partido de Resina. Solo se salva el primero un sobrero de Nazario Ibáñez, noble. Así como el tremendo tesón de Serafín Marín, el corazón de Sergio Aguilar y el pundonoroso empeño de Ignacio Garibay.

Sincero, con pausa, como toda gran figura del Toreo, Fermín Rivera comentaba una tremenda actuación de Curro Rivera a un torazo de Urquijo en Bilbao. Por cierto, le cortó dos orejas tras brindar a Martín Agüero.

“El torero mexicano en España tiene que salir y adaptarse al enemigo que tiene enfrente” Lo decía con una majestad y poderío en la afirmación tales que se corroboraban con el faenón que Curro cuajaba a la mole murubeña que desorejó.

Claro, después decía: “Curro traía una cantidad importante de vacas de México, lo único que hizo en España fue adaptarse”. Hoy justo hace 39 años de las cuatro orejas de Madrid al encierro de Atanasio Fernández la realidad muestra un contraste que abruma.

Ayer en Las Ventas la grisura del cielo de la tarde, como la capa y el juego de los viejos pablorromero se llevan la ilusión. Garibay tiene la suerte de verse frente a un sobrero de Nazario Ibáñez que abre plaza. Alto, más que burraco armiñado, algo falto de cuello y reunido de astas, mansea de salida, hace un tercio de varas pobre y pasa sin dejar notas altas en banderillas. Sin embargo, a la muleta llega con claridad y también con la flojedad tan característica del toro isidril, cosa que se sabe de antemano puede ocurrir. Comienza por alto, quieto y sin moverse. El toro pierde las manos tras inoportuno trincherazo.

Sin embargo, más allá de las rayas, encuentra dos buenas tandas de derechazos, hay continuidad y ligazón, no obstante la falta de fuerza del toro. Da la impresión que Garibay encuentra su aire pero el planteamiento posterior demuestra que su concepto se quedó en México, que no se adecua o flexibiliza sus formas al juego del toro, pues pierde pasos entre pase y pase quedando en “el famoso uno a uno” sin dejar la muleta puesta y aguantar. Tras vitolina  lo intenta por el lado izquierdo pero le sorprende el de Ibáñez. No hubo más, salvo un pase de pecho con la zurda previo a un pinchazo y un bajonazo terrible. Se aguada el toro y se aguada la gente.

Cuando Garibay apretó el toro lo deja fuera de cacho y citando para afuera. Aún así la sensación no es del todo mala aunque da la impresión que no llega del todo preparado.

Su segundo, de Partido de Resina, fue un tráiler de triple remolque que hubiese roto el record de cualquier caseta de peaje. Ovacionado es de salida, hizo un sainete en varas que impide ver a Salomón Azpeitia picar pues se dispuso a huir por los adentros. Por la libre.

Emotivo brindis al cartel de efemérides: Eloy Cavazos (Cuarenta años de su primer puerta grande en Madrid) Palomo “Linares” (Treinta y nueve del último rabo en Madrid) y César Rincón (veinte años de las cuarenta y ocho más gloriosas horas) Con inteligencia Garibay saca al manso a los medios en un inicio por bajo castigando atinadamente.

Pero el planteamiento de faena se vuelve imposible que con un marrajo de estos no se puede estar tan a merced intentando sacar pases ligados. Garibay en el intento es levantado en uno de pecho con la derecha y corneado, menos mal ya no hizo por él. Con todo el pundonor del mundo lo despacha a como puede y pasa a la enfermería por su propio pie bajo el palmeo del público. Pena porque su fondo técnico no afloró como sí nuestra ilusión estrellada. Desde acá pienso que al marrajo se le machetea, Garibay fue generoso, el toro no.

A la verónica Serafín Marín lo borda ante el sobrero de Los Chospes que sustituye al frágil y débil pablorromero, arrastrando, como bien sentenció Xavier Sorondo “por la arena la comba del percal” Estampas de Torería, se llama el compendio. El sobrero es alto y agresivo pero esperanzador su juego, tanto que Aguilar se anima a quitar por tafalleras. Ahí el toro muestra su genio. Con la muleta inicia sin probaduras en los medios, si tan solo hubiera lidiado el primero… Tanda buena con la derecha hasta que el negro y veleto comienza a sospechar y termina por quedarse corto. A pesar de la sinceridad de planteamiento de Marín el toro no quiso ser.

Lo que quiso fue atravesar al catalán cuando este sepultó entero el acero. Providencial el trance donde no hubo más que golpazos que compensaron la leve petición y la indiscutida vuelta al ruedo. Menos mal fue así porque decir que el quinto no tenía un solo pase es quedarnos cortos. No obstante cabezazos Marín deja patente en Madrid que debe contar a lo largo del año.

Sergio Aguilar no tuvo opciones para mostrar su sereno y valiente toreo ante dos cárdenos en extremo ayunos de bravura. Que así no se puede. Cabezazos, desrazados, medias embestidas… No importan para el de Vallecas porque la muleta está bien puesta, su buen concepto se alcanza a notar incluso al natural en ambos turnos. Una pena porque la mansedumbre, que así se llama topetear querer salir por encima, defenderse, es todo menos que ser bravo. Por encima Aguilar que no merece, ni él ni nosotros, estar condenado al aceite de la mansedumbre.

Anteriormente, al toro manso se le trata así. Sin embargo, en una época de superación de la técnica taurina se da la presunción de que a todo toro se le puede llevar largo y por abajo. Pero con lo que queda de pablorromero se da algo similar a lo que comentamos en nuestra crónica de Sevilla, cuando la miurada: “Al toro de antes se le lidia como antes” sin concesiones. Que no merecen más, ni nosotros menos.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Madrid. Monumental de Las Ventas. Décima Tercera de San Isidro 2011. Cuatro toros de Partido de Resina. Grandes, mansos y soso; con nulas opciones. 1 de Nazario Ibañez que abre plaza. Noble y de buena condición en la Muleta, 1 de Los Chospes, agresivo y que duró poco en la muleta. Ignacio Garibay (Rey y oro)  Silencio tras aviso; Palmas tras aviso al retirarse a la enfermería. Serafín Marín (Celeste y oro) Vuelta aclamada y silencio. Sergio Aguilar (Malva y oro) Silencio y Silencio. Lleno total.

PARTE MÉDICO. Durante la lidia del cuarto Ignacio Garibay sufrió una herida por asta de toro con orificio de entrada en tercio medio cara externa de muslo derecho con una trayectoria hacia adentro y arriba de 25 cms que produce destrozos en los músculos tensor de la fascia lata, vasto externo y recto anterior, con orificio de salida en tercio superior cara anterior. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Intervenido en la Enfermería de la Plaza y se traslada a la clínica La Fraternidad. Firma: Dr. García Padrós.

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