Manolete: 69 años después de Islero.

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De SOL y SOMBRA.

Todos los 28 de agosto, de cada año, marcan una fecha digna de recordar para aquellos amantes de la fiesta taurina, aunque hay que decir que Manuel falleció el 29 de agosto.

Es un fecha imborrable para toda España y sobretodo para los mayores –que ya van quedando menos de los que tuvieron la suerte de vivir aquella época y verle en los ruedos– y también para los más jóvenes que han sabido transmitir y mantener generación tras generación su admiración hacia el grandioso torero que paseó por el mundo su pundonor y gloria junto al nombre de su tierra, Córdoba, que le vio nacer y que le encumbró como IV Califa del toreo.

Pensamos que no habrá quien dude que nos estamos refiriendo a Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, de cuya desaparición se cumplen ahora sesenta y seis años. Cómo pasa el tiempo.

Precisamente en la madrugada del 29 de agosto de 1947 dejaba de existir, en el Hospital de los Marqueses de Linares, tras la cornada que le infirió Islero, de la ganadería de Miura, en la plaza de toros de Linares en la corrida de feria que se había celebrado el día anterior.

Siempre en estas fechas, de nuevo su figura se engrandece. Y se vuelve a hablar de Manolete, se ensalzan sus valores, aún queda tema para desarrollar en unos cuantos de libros publicados recientemente sobre el “monstruo” y con motivo de este aniversario que se cumple se celebran algunos actos en su homenaje.

No faltan quienes pretenden a estas alturas o lo han hecho a lo largo de los años transcurridos, desde que murió, poner en tela de juicio su calidad moral y artística. Pero nada han conseguido.

Como ejemplo último de intento de emborronar su pasado, con la realización de la malograda película Manolete que por fin llegó a las pantallas, y que constituyó un fracaso total.

La figura de grandeza Manuel Rodríguez Manolete permanece intacta en el recuerdo cuando se cumplen sesenta y seis años de su muerte. Con toda su fuerza, como corresponde a su enorme dimensión como persona y como torero, valía que le aupó a ser considerado un mito del toreo en toda la urbe tauria.

Anualmente, cuando se produce este aniversario, también aprovechamos la ocasión para referirnos a un cordobés, José Luís Sánchez Garrido, “José Luis de Córdoba“, al que forzosamente hay que asociar con Manolete ya que entre las diversas etapas de la fiesta que vivió el periodista, le cupo la suerte de hacerlo en la del coloso de La Lagunilla, en calidad de crítico, siendo, además, amigo personal del torero.

Asimismo fue su primer biógrafo, y tras su muerte continuó escribiendo libros y artículos, sin que el paso de los años mermara ni un ápice la admiración que tributaba por los valores de Manuel Rodríguez. Y una lealtad absoluta hacia la amistad que les unía.

El 29 de agosto de 1947, el periódico CÓRDOBA publicaba una edición especial con motivo de la muerte de Manuel Rodríguez, en la que se informaba en primera página que a las dos y cinco había llegado a Córdoba el cadáver de Manolete. También en primera, “José Luis de Córdoba” titulaba un artículo diciendo: “Ha muerto el mejor torero de todos los tiempos”. Hace de esto sesenta y seis años.

Es momento de recordar cómo vivieron su apoderado y sus subalternos los últimos momentos a su lado. Camará, Pinturas, Cantimplas, Ramón Atienza, Pimpi… que relataron para El Ruedo sus impresiones de aquella tarde.

“El toro era muy peligroso. Por eso cuando Manolo se acercó a mí para preguntarme cómo veía al toro le dije: No es bueno. Échale la muleta abajo y procura dominarlo. Aquella faena que le hizo no era, ni mucho menos, la que el marrajo merecía”. Son palabras de José Flores “Camará”, su apoderado.

Antonio Labrador “Pinturas”, el gran peón aragonés, recuerda: “Corrí a hacerle el quite tras la cornada y observé extrañado que se quejaba, cosa que nunca había hecho. Eso me dio una idea de la gravedad del percance. No podré olvidar -añade- cómo preguntó si le habían concedido la oreja. Las dos y el rabo, le contestó Carnicerito de Málaga”.

Por su parte, Ramón Atienza, multado tras picar a “Islero”, comentaba: “El manso empujaba y yo recargué todo lo que pude, tratando de restar fuerza para la muleta. ¡Y me multaron por castigar demasiado a aquel asesino! Manolete, que en otras ocasiones pedía el cambio de suerte, en ésta puso cara de contrariedad cuando sonaron los clarines”.

Pimpi, el picador que guardaba la puerta, confesaba: “Estuve con él hasta que expiró. No me separé de su lado un solo momento. Las cinco transfusiones de sangre las soportó con todos sus sentidos. Se quejaba, eso sí. Y me decía: Pimpi, no te vayas. Dios te pagará cuanto haces por mí”.

El banderillero más antiguo de su cuadrilla, su primo hermano Rafael Saco “Cantimplas”, relató: “Pasé con él toda la madrugada. Se lamentaba de su mala suerte. Se acordaba mucho de su madre, pedía constantemente hielo y agua, y un cigarrillo también. Se lo encendí, le dio tres chupadas con pulso tembloroso, me entregó el cigarrillo y acabé de fumármelo fuera de la habitación. ¡Pobre Manuel!”.

La Prensa:

El 29 de Agosto de 1947, hace ya 63 años moría en la plaza de toros de Linares el por entonces indiscutible número uno de la fiesta de los toros, Manuel Rodríguez Sánchez más conocido por Manolete. La conmoción con que el país recibió la noticia fue impresionante, basta ver para ello el titular a toda página que al día siguiente le dedicó el periódico ABC.

Por entonces los periódicos tenían serios problemas de abastencimiento de papel, pues españa atravesaba aun los duros periodos de la posguerra.

El ABC tenía solo 20 páginas, pues de ellas dedico, la portada, la tercera, tradicionalmente dedicada en ABC a el editorial del periódico, en este caso había sido desplazada por un poema dedicado al toreo de Agustín de Foxá, ilustrado con dibujos a plumilla de Corrochano.

La Noticia

Concurrieron muchas circunstancias adversas que empujaron a Manolete a la tragedia, la primera es que había anunciado que pensaba retirarse pronto. Manolete se había hecho millonario y ya no necesitaba exponer su vida. Así lo habia anunciado a al periodista Casas del diario “Jornadas”.

Este tipo de declaraciones habían hecho cambiar la opinión del público . Al sentir del público, había dejado de ser hombre humilde del pueblo, que triunfa triunfa arriesgando su vida en lucha contra la miseria, para pasar a ser el señorito que vive maravillosamente, con solo dar cuatro muletazos, cuando los demás doblamos todos los días el espinazo en el trabajo para sacar “la familia alante”.

La envidia esa suerte de enfermedad nacional comenzaba a hacer mella en el torero que cada dia tenía que hacer mas para conseguir un cicatero triunfo de los que antes deliraban con cualquier “manoletina”.

La segunda circunstancia es que en el mismo cartel estaba un joven torero que comenzaba a despuntar como un fenómeno, Luis Miguel Dominguín que luchaba por desplazar a Manolete del numero uno de la torería, algo que Manolete no estaba dispuesto a que ocurriera.

Todo ello llevó a arriesgar a Manolete más de lo que era prudente en esa corrida y ocurrió el accidente, se empeñó en dar una perfecta estocada a Islero un toro de Miura, que no hacía honor a su casta, pues demostró su mansedumbre encerrámado en tablas, cerca de las salida de toriles, cunado solo se merecía un bajonazo de alivio, Y su empeño de triunfar lo pago con la muerte.

El ABC encuentre un testigo de excepción tanto de la corrida como de lo ocurrido posteriormente en la enfermería de la plaza, se trata del matador de toros Pablo Gonzalez el “Parrao” que se había acercado a la plaza de Linares a ver la corrida

Por este relato se ve que la cogida fue muy sangrienta pues le partio la femoral e indudablemente la enfermería de una plaza de tercera división en un pueblo de segundo orden, no es el sitio mas adecuado para tratarla, por ejemplo para as trasfusiones se utilizó la “Jeringa Juvelet” una gran y rudimentaria hipodérmica que aspiraba el brazo del donante para, en seguida, pasar al brazo del enfermo.

Sin embargo los médicos intervinieron enseguida y tampoco lograron suturar la arteria rota, ya que una arteria afectada por una cornada es una operación que no puede hacer cualquier médico y más entonces donde los médicos de pueblo estaban acostumbrados a intervenir solo en casos de accidentes y en partos.

Hubiera sido hasta cierto punto razonable una nuerte posterior por septicemia o inferior posterior por haber operado con falta de higiene, pero es difícil explicar que habiendo controlado la pérdida de sangre Manolete falleciera las pocas horas.

Manolete perdió mucha sangre pero también recibio mucho sangre mediante de transfusiónes. Por otra parte dos médicos de renombre los Dr Jiménez Guines y Dr. Tamames llegaron al hospital de Linares traídos desde Madrid es misma tarde y no consideraron necesario volver a operar a Manolete, señal que la sutura efectuada en la plaza fue suficientemente buena para cortar la hemorragia.

Se sospecha que Manolete falleció debido a una reacción alergica producida por alguna de las transfusiones.

En aquel momento el conocimiento de los agentes antígenos de la sangre se reducía a los grupos sanguíneos, es seguro que la sangre de las trasfusiones correspondía a su grupo sanguíneo pero hoy sabemos que la sangre tiene mas factores que pueden provocar el rechazo en una transfusión, entonces ello se desconocía.

Muchos atribuyen la reacción alérgica a un plasma que tambien se le introdujo. Alvaro Domecq había conseguido plasma en Jaén. Este plasma procedía de una partida que el gobierno noruego donó al español con motivo de la explosión del Polvorín de Cadiz un par de meses antes, y se decía que había causado muchas reacciones funestas, pues se sospecha que estaba infectado.

No bien comenzaron la transfusión, Manolete dice: “No veo nada“. Luego pronuncia el nombre de su peón de confianza, “David, David“. Y muere. Eran las 5 con 7 minutos de la mañana.

Otra duda en la muerte de Manolete esta en si su apoderado Camará y su amigo Alvaro Domecq impidieron que Manolete supiera que había llegado su novia Lupe Sinó.

Parece ser que ambas personas pensaban, con mas o menos fundamento, que el amor de Lupe era mas bien por el interés, e impidieron que Manolete se enterara de su llegada para evitar una boda in extremis que hubier causado serios quebrantos a los herederos del torero, en especial a su madre.

Según el relato del ABC claramente se ve que hasta que el torero no murió no entro a verle, lo que ya no queda tan claro es si ello ocurrió de forma deliberada, o simplemente estando los doctores intentando salvar la vida del diestro en aquel lugar no estaba nadie más que las personas involucradas, pues se ve tambien que los otros diestros de la terna tampoco entraron en la habitación hasta el fallecimiento del torero.

El ABC no muestra imagen de Lupe Sinó, de acuerdo con las conveniencias sociales de la época ya que ella era catalogada como una prostituta.

Lupe Sino, era considerada la amante del torero aun que era mas bien lo que hoy llamaríamos, ” la pareja” de Manolete.

Desconocemos el grado de amistad y el tipo de relación que había entre los dos, pero dada las costumbres puritanas de la época, el circulo de amigos del diestro y su propia madre la consideraran como amistad poco recomendable.

Cuando Lupe se entero de la grave cornada, abandonó el balneario de Lanjarón, en Granada, donde estaba y acudió en un taxi al hospital de Linares, pero la gente del diestro le impidieron el encuentro

Sea cierto o no, ha llegado hasta nuestros días que en aquella noche, los allegados de Manolete, su apoderado, José Flores “Camará” y Alvaro Domecq que sería el albacea de su testamento, le salen al encuentro y le impiden el paso, “Si lo quieres no entres a verlo”, Lupe no lo vio vivo.

Lupe Sinó, de nombre real Antoñita Bronchalo, se topó desde el comienzo con la hostilidad del entorno del torero (su cuadrilla la llamaba la serpiente), y principalmente con la de la madre, Angustias Sánchez.

Se decía de Lupe que era “una chica Chicote” que en la guerra civil estuvo casada, dato que nunca se ha probado. También se decía que había tenido relaciones con otros toreros como Domingo Ortega o Antonio Márquez,

Fue una actriz secundaria, no consiguió la fama y la que tuvo, la encontró a la sombra de Manolete. Se dice que Manolete no tuvo otra novia, vivió su amor con la amargura, de observar cómo su gente la rechazaba.

Fue su pareja estable durante los cuatro ultimos años de la vida del torero y junto a ella pasó los momentos más felices de su vida en Fuentelaencina (Guadalajara), donde pasó de descanso casi todo el año 1946 pueblo proximo a Sayatón, la aldea donde nacio Antoñita Bronchalo.

Puede que Lupe fuera amante de Manolete por interés, o puede que fuera por amor, pero lo cierto, es que muerto Manolete, Lupe Sino no intentó nunca sacar ninguna ventaja de su relación, al poco se marchó a México y allí se casó años más tarde, con un abogado mexicano llamado curiosamente Manuel Rodríguez, hombre bien situado y de gran fortuna del que se divorció al poco para volver a España. Lupe murió sola en su casa de Madrid, en septiembre de 1959.

Twitter @Twittaurino

4 respuestas a “Manolete: 69 años después de Islero.”

  1. Mi poesía, mi . . .

    TORO MIURA

    Denominación de origen,
    genes e imagen te rigen,
    ganadería de fortuna,
    miura, cuernos de la luna.

    Encaste de sangre sana,
    de crianza muy sevillana,
    ancestral reminiscencia,
    cruzas benditas, . . . esencia.

    Indómito en campo bravo,
    cornúpeta, ¡olé, bravo!,
    que pelaje, alto de agujas,
    como muges, fuerte bufas.

    Agalgado, de gran caja,
    un sansón que no se raja,
    de patas altas, huesudo,
    fina piel, largo, tozudo.

    ¡Que cara tan seria tienes!,
    ¡que agilidad, que vaivenes!,
    eres leyenda viviente,
    digno de una espada ardiente.

    Me gustas zaino o mulato,
    colorado, color grato,
    cárdeno, berrendo, sardo,
    castaño es igual a pardo.

    Mira, mira, toro miura,
    toro miura, mira, mira,
    más de media tonelada,
    mira no te falta nada.

    Toro, toro, que te apura,
    miura de la estirpe pura,
    toro de lidia, cinqueño,
    del ganadero eres sueño.

    Das muestra de tu realeza,
    con presencia, con fijeza,
    con franqueza y transmisión,
    tú sí cumples tu misión.

    Toro de fuerza y bravura,
    trapio, casta, toro miura,
    fiereza, raza, nobleza,
    muy bien puesto de cabeza.

    Miura de la estampa fina,
    valiente el que se te arrima,
    toro bello, muy astado,
    Señor toro, bien armado.

    Hay que rezarle a la Virgen,
    ¡mucho respeto a tu origen!,
    juntar maestría y buena suerte,
    si no, la cornada . . . o muerte.

    Apis que a diestros heriste,
    a Manolete tendiste,
    “Islero”, mortal cornada,
    capote, mortaja . . . nada.

    Toro, más torero es arte,
    ¡ay! quién pudiera torearte,
    pilar de corrida brava,
    la tauromaquia es sagrada.

    España, plaza y arena,
    muleta, estoque, faena,
    primor del genio taurino,
    vida que sella el destino.

    Miren todos como embiste,
    ¡toro con gloria . . . naciste!,
    ritual, sacrificio, fiesta,
    tu muerte . . . por Dios dispuesta.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 13 de marzo del 2013
    Dedicado al Gran Chef, Juan Adrián Ortiz Nieto
    Reg. SEP. Indautor No. 03-2013-051712171201-14

  2. por último , yo si hubiera dejado pasar a lupe sino. a petición del torero, cosa que de seguro hizo; no se vale cuidar fortunas ajenas y pasar por encima de una voluntad de alguien agonizando, por muy grande que ésta fortuna sea.

  3. existe un comentario, de cuando se sospecha en algo turbio, ” A LOS BENEFICIADOS ” ; Es decir : las personas que resultan beneficiadas sospechosamente en un manejo que no está claro, sobre todo en cargos públicos y en asuntos monetarios, deberían de investigarse a todos para despejar incognitas, y alvaro domecq como albacea y camará como apoderado que se sepa nunca rindieron cuentas.

  4. Excelente reseña de un torero, que marcó un hito en la tauromaquia. Es necesario puntualizar que raras veces se puede leer artículos que describan hechos biográficos con imparcialidad, así como asistir a producciones cinematográficas que tergiversan la realidad de los hechos con el afán de hacerlas más atractivas a la taquilla, presentando sensacionalismos no fundamentados; es así como le película “Manolete” dela entrever un torero aparentemente adicto a la cocaína.

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