El vicio de contravenir los reglamentos en faltarle el respeto al derecho adquirido de la antigüedad en las ganaderías.
Por EL VITO.
Valencia, Venezuela.- Una llovizna pertinaz, poco público en los graderíos y un ambiente enrarecido por la situación política del país que no ceja en su influencia en cada aspecto de la vida nacional, se inició la temporada de la Feria Taurina de Nuestra Señora del Socorro en Valencia.
Influencia que provoca la violación del Reglamento Taurino Municipal, en un país donde todo se viola por la imposición de la fuerza de la sinrazón.
¿Cuán ha sido la violación? Se preguntarán nuestros consecuentes y pacientes lectores, pues nada más y nada menos que en el orden de la lidia de los astados en relación a la antigüedad de las divisas de sus ganaderías.
Y porque les dio la gana, al extenso cuerpo colegiado que forma la llamada Comisión Taurina, se lidió en primer lugar del festejo un toro de San José de Bolívar, de menos antigüedad que la ganadería de La Cruz de Hierro, ganadería que remendó el festejo con dos ejemplares que sustituyeron otros dos de la divisa tachirense rechazados por falta de peso y de trapío.
El emparche de la corrida, no mejoró el desempeño de las reses y el resultado en esta primera corrida de la feria no ha sido el deseado. Con la excepción del quinto toro de la tarde, un torito en el limite de la báscula y que fue el segundo lidiado por Fandiño, los cinco restantes -cuatro de San José y uno de La Cruz-, fueron toros irremediablemente mansos y descafeinados, de escasa presencia e irregular comportamiento.
Sin embargo ya pesar de las reses, la tarde tuvo momentos que destacar en los tres espadas actuantes, Antonio Ferrera de Badajoz, vestido de guayaba y oro, Iván Fandiño, debutante en esta plaza y ataviado de celeste y oro y el venezolano Hassan Rodríguez “El Califa de Aragua” palo de rosa.
Antonio Ferrera en su convincente ascenso profesional estuvo imponente con el manso de La Cruz lidiado en cuarto lugar. Antes, con el toro de San Jose que abrió plaza, un astado incierto Ferrera logró templados lances y ceñidas chicuelinas, fue con la capa efectiva como elegante su su tarjeta de presentación. En banderillas el torero extremeño brindó un emotivo tercio, pues en compañía de El Califa de Aragua, quien fue el destacado en la competencia, animó una tarde que iba cuesta abajo en su rodada como reza la letra dell tango.
Su meritoria faena, esta de Ferrera, muy por encima de las condiciones de la res debió de haberse premiado tanto con la música como con una oreja luego de una certera estocada que tiró sin puntilla al adversario. Hubo fuerte petición de oreja, aunque la indiferecia del palco de la autoridad fue total.
Con el cuatro, toro de La cruz de Hierro que debió haber abierto el festejo por la antigüedad de su divisa, Ferrera no iució con el percal a pesar de sus buenas intenciones. Luego de haber sido ovacionado en banderillas, inició su faena de muleta rompiendo esquemas en la lidia. Al hilo de las tablas trazó dos pases como para llevarse al toro a las afueras, rompiendo lo que impone la razón, girón sobre sus talones, dñandole los adentros al manso que en sus embestidas llevó clase para componer una faena muy inteligente donde impuso la sorpresa al toro que tuvo que romper en las condiciones planteadas por el espada.
Toro sorprendido y afición agradecida Ferrera logró el triunfo incontestable que remató con otra soberbia estocada y fue premiado con las dos orejas de su oponente. Un triunfador, en ascenso permanente,Qué duda cabe.
Iván Fandiño deslució junto al deslucico primero de su lote. Un toro cobardón, apencado en tablas de indescifrable lidia, al que el vasco pudo sacarle muy poco partido, a pesar de su empeño.
El segundo del lote de Fandiño, toro de breve báscula pero el de más trapío de toda la corrida por su ofensiva presencia, además fue el único toro bravo del lote de mansos en este primer festejo de la temporada de feria.
Con el capote Fandiño ha estado soberbio en sus apretados lances, mandones y templados. Faena de muleta en los medios, estrujantes péndulos repetidos hasta en seis ocasiones para luego superar todo lo sucedido en el evento con una muleta que dormid¡da en la arena trazó derechazos soberbios, imponiéndose el torero ante el bravo toro. Faena para dos orejas, que con justicia cobró con una gran estocada.
Sin haber cortado orejas el debut de El Califa de Aragua puede considerarse de afortunado. Cae con buen pie este torero ante esta exigente y entendida afición valenciana.
Con un toro incierto y manso con los caballos, calentó el espacio al invitar a su alternato Ferrera a cubrir el tercio de banderillas. Supera el criollo al invitado, y se apropia con mucho mérito de las ovaciones de los tendidos. El toro parado, sin fijeza y resabiado no puede impedir que El Califa emocione al cónclave,arrimándose de a de veras.
Tenía la oreja cortada, y con conocimiento de causa se volcó sobre el morrillo de la res al entrar a matar. Estocada hasta los gavilanes que cae trasera, cobrando impresionante voltereta de la que sale lanzada la zapatilla derecha por los cielos de la plaza. Hubo aroma de tragedia, aunque si mirarse la ropa el torero de Aragua rehace el planteamiento de su argumento y logra una gran estocada para salir del marrajo de San José.
El que cerró plaza fue un ilidiable toro de La Cruz de Hierro con el que estuvo insistente el venezolano, sin lograr el anhelado éxito que busca este torero en los primeros capítulos de su vida profesional que ahora escribe con tinta de ilusiónes.