De SOL y SOMBRA.
El padre de “Espartaco”, Antonio Ruiz, cuenta la siguiente anécdota: “Me ayudaba Juan Belmonte, que me llamaba el Remendao, porque siempre acudía a su finca de “Gómez Cardeña” con la ropa destrozada por los revolcones de las reses.
Una tarde que toreaba una novillada con Emilio Oliva y Carlos Corbacho, estuvo Belmonte en la plaza. Un novillo cogió a Corbacho y la cosa se quedó en un mano a mano entre Oliva y yo. A mi me cogió un novillo hasta siete veces.
Cuando llegué a Gómez Cardeña me dijo Belmonte, con su característico tartamudeo:
“Ree-men-dao”..
“Sí, maestro”- le contesté.
“Cu-cuan-do torees otra vez, tee lle-vas al toro a-al bur-la-dero y te a-aga-chas”.
“No entiendo, maestro ¿Para qué tengo que llevarme el toro al burladero y agacharme?”
“Paa-ra que veas que tiee-ne los huee-vos más gran-des quee tú”.
Fue una lección sabia y aprendí que a los golpes y de bruto nadie le gana a un toro.
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