
Justo cuando la Temporada, inundada en las aguas de la mediocridad, asoma su necesario cierre, en el momento en el que el encierro adolece de las mínimas virtudes de un toro de lidia, las virtudes taurinas casi virreinales, de mixto y amplio imperio, de Antonio Mendoza cerca están de lograr completar el triunfo grande y, aun pinchando, el terno de pasamanería que está en juego se va para Michoacán. En contraste, Llaguno y “Platerito” a quienres estrellan terriblemente con un encierro espantoso que en la soledad deja pero a la Afición.
Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Foto: @MyRyCar.
Se acaba la Temporada de Novilladas. Al fin, dicen algunos.
Lastimosamente, consideramos, puesto que es la primera vez en bastante tiempo en que un novillero como Antonio Mendoza tiene tan poco espacio en los carteles en una Plaza como la Monumental. Es posible que la respuesta a ello la obtengamos en la propia espada del novillero michoacano.
¿Qué habría sido de la Temporada si Mendoza, mata al xajay indebidamente indultado el primer día? O, si corta las orejas a su lote de Real de Valladolid la segunda tarde… o si remata en todo lo alto su faena ayer al manso quinto.
Diría Don Alfonso Torres Lemus, imposible saberlo.
Quizá la Temporada continuara y lo que afirmamos del novillero michoacano no sería solo literatura, sino tendría el respaldo de las orejas. Cosa que su toreo hoy no tiene. Falla siempre con la espada, da la impresión de perderse en terrenos, ayer se nota desesperado e incapaz de solventar la suerte suprema.
Hace tiempo leíamos la sensacional entrevista de “Don Tancredo” a Rodolfo Gaona durante 1937 en la infaltable “Revista de Revistas”. Ahí el Califa, en su Renacimiento de Azcapotzalco confiesa a Don Roque Armando: “Yo, por ejemplo, era muy mal estoqueador, y atravesaba siempre a los toros en mis primeros tiempos, aun haciendo el viaje recto. Daba el hombro, que era lo que me habían enseñado.”
Una confesión que ni a “Monosabio” hace en “Mis Veinte Años…”
Y sigue. “Hasta que un viejo aficionado de Madrid, Andrés “El Zapatero”, me dijo: ‘qué así no puéser, porque el movimiento de la mano desvía la espada. Mira, chaval, da el pecho y verás qué estocadas’. No lo creí mucho pero en la primera corrida que tuve seguí el consejo de Andrés “El Zapatero”, y después de hacer el viaje buscaba yo por dónde había salido la espada. ¡Y no! Que tenía razón el viejo: no dar el hombro, sino el pecho; y saber manejar la izquierda, para vaciar al toro…”
Es posible que Mendoza no tenga ese defecto a simple vista, su espada no está a la altura de su muleta ni de su capote. Ayer luce todo temple aun de hinojos con el encendido farol y su buen trazo a la verónica pero nada más. Es imposible con la soledad, la abandonada bravura que envía Mariano González Zarur, ¿Cómo embestir con esa presencia infame?
A mejor trapío suele corresponder mejor bravura.
El primero de Mendoza, segundo de la tarde no tiene condición brava, mansa y desrazada, nada le salva. Ni siquiera los cuidados –válgame la expresión- de Antonio. Mal con la espada.
Por ello hay que esperar al quinto.
Y pasar todo un calvario desde el brinco tras doble farol de rodillas de Juan Pablo Llaguno, sin opción ante ese primero ni ante el cuarto con el que la gente desespera al límite, hasta las ganas y buenos deseos, en momentos también buena realización, de “Platerito” ante el tercero, para que entonces salga el berrendo en cárdeno que ocupa el lugar de honor.
El momento llega cuando Mendoza repite a una mano el saludo capotero de pie, suelta una punta con la mano hacia abajo y es coreado. El astado corretea. Y frena cuando el michoacano sensacionalmente le para a pies juntos en los mismísimos medios, templa las manos en el mismo sitio y cuando el novillo aprieta Antonio emociona al cerrar con rebolera que, pese a atorarle, espléndido resuelve cuando arremete y él arrodillado remata en soberana composición.
Vuelta contraria del novillo.
Saltillera de inicio para llevar al caballo. Entonces el de La Soledad escapa a la jaca de la querencia. Mendoza ajusta se coloca a la manera de Ortiz, con el capote por detrás del cuerpo pero gira –tiene el terreno y el lance en la cabeza- para citar hacia las afueras y andar, lance por lance, levitando por la arena, toreando al paso y por las afueras la gris embestida embaucada por tapatías en el capote y su seda.
Han sido tres, por la huida del astado, pero valen como por treinta.
A lo clásico, a lo de siempre, con la solera del capote por detrás, él mismo quita, retira del caballo y toca a un lado en el tercio cortando la huida del novillo para pegar quite de oro al paso, tomar distancia y sumar Antonio a la escena, capoteramente mexicana, la más mexicana de las creaciones: gaoneras, tres, por si algo hiciera falta.
Una ha sido sensacional, a pies juntos, en otra gira para quedar en cite de quite de oro y tornarlo en herniana (algo nos dirá Leonardo Páez) tan genuina que estalla La México. Solo el novillo y su mansedumbre expresa cortan la rapsodia capotera mexicanísima de Antonio Mendoza que en el tercio carga la suerte en la rebolera a compás abierto y por detrás que, por si fuera poco, liga y remata en brionesa.
Y la Banda… callada. La Afición, estalla.
A falta de Diana, floreada y rematada, la cuadrilla se encarga de florearle el pitón izquierdo al astado. El desencanto llega. No importó que el propio espada haya indicado a Lupillo qué hacer, a lo mejor debió hacer todo él ante la inutilidad de la cuadrilla. A pitón roto pero sin desprenderse, Mendoza va los medios, pese a su frustración, se va a los medios y doble pase cambiado por la espalda.
La faena grande se anuncia tras un cambio de mano que… el novillo toma con la cara alta. Los derechazos llegan con temple y tremenda suavidad pero la fuerza y la escasa raza flaquean en el toro. Para muestra la segunda tanda, sin mayor posibilidad de embestir completo y repetir, el pitón derecho se complica al grado de voltearle al intentar rematar la tanda siguiente al natural.
Entonces pese a berridos, ajusta Mendoza maravillosamente a media altura, encela desde el cite y corre la mano en tal dimensión y rescata al novillo de su desesperante flojedad en todo sentido con esa cara alta como en la dosantina y pese a nuevo topeteo culminar el pase de pecho. La vuelta al ruedo sabe a muy poco, luego del su paso por el Gólgota de la espada.
Asignatura más que pendiente.
Caso extraño. Don Pancho Contreras me ha dicho que no pero, sin orejas Antonio Mendoza es el triunfador de la Temporada.
Porque la oreja que corta Juan Pablo Llaguno tras doble desarme muleteril con la lluvia encima, pese a su buen trazo, deja las cosas con muy poco que reseñar para un torero que está para cosas más grandes que el astado lidiado como sobrero.
En realidad nuestra Plaza, nuestra novillería, nuestra tradición taurina están en la misma posición, en el mismo supuesto: se lidia el becerro cuando las aspiraciones taurómacas son y han de ser mejores en tamaño y calidad; de mayor trapío.
Por ello se trata de descubrir lo que a lo mejor ya descubrimos… Pero quizá, como decía el Maestro Torres Lemus, todavía no lo sabemos.
Twitter: @CaballoNegroII.
RESUMEN DEL FESTEJO.
Plaza México. Temporada de Novilladas 2014. Domingo, Octubre 7 de 2014. Duodécimo y último festejo de Temporada Chica. Menos de un cuarto de plaza en tarde nublada durante todo el festejo y lluvia en el de regalo.
7 Novillos, el último de regalo, 6 de La Soledad (Divisa Morado y Azul) Mal presentada por absolutamente desigual, flojo y descastado. El primero brinca al callejón y el cuarto lo intenta. Inexplicablemente, el quinto, estrellado por la cuadrilla en el burladero de la Porra hasta romperse el pitón izquierdo, recibe de manera por demás injusta el Arrastre Lento tras una lidia mansa en todo momento. Y uno de Los Ébanos (Divisa Verde) séptimo, abecerrado y feo con buen pitón derecho en la muleta.
Juan Pablo Llaguno (Canela y Plata con remates negros) Silencio, Silencio tras dos Avisos y Oreja en el de Regalo. Antonio Mendoza (Turquesa y Oro) Silencio y Vuelta protestada tras Dos Avisos. Ángel Espinosa “Platerito” (Rosa y Oro con remates negros) Silencio y Silencio y Silencio tras Aviso.
El primer espada resultó adjudicado tras la muerte del sexto con el terno de luces en disputa.
Fue examinado, al parecer con buen resultado, el aspirante a caballo Jorge Delgado “Finito” de Aguascalientes que pica en general correcto salvo al sexto. Mal las cuadrillas a pie tras hacer del segundo tercio en el quinto turno un desastre y estrellar con pésimas consecuencias a tal novillo hasta hacerle romper el pitón izquierdo.
Destaca en la brega al cuarto Rafael Romero.

2 respuestas a “Seda y Oro de Antonio Mendoza – Pincha Triunfo en Lluvioso Cierre.”
Este novillerito si que vale lo que pesa en oro!..Es poseedor de muy buena tecnica,tiene clase y mucho valor.Ojala que quien lo lleva,lo haga bien y con dignidad y no lo quieran tapar mas adelante tanto vival que hay en la Fiesta,ya que solo por beneficiar a sus hijitos-Toreritos son capaces de todo…
Sí, con el pequeño gran detalle de que su espada no está aun a la altura de su categoría torera. Cosas de tiempo. A destiempo, la novillería históricamente ha sufrido la voracidad taurineril, caso que podría ocurrir con el nuevo Armillita, increíble que un torero tan capaz como Mendoza no haya podido alternar en La México con un torero tan natural como Fermín. Solo una anti natural gestión taurina lo impide. No hay una razón taurina válida sino un interés de taurineo que priva al aficionado de acceder al mejor espectáculo posible. Así las cosas, la historia novilleril de este añoen México queda incompleta. Sds