Ocho con Ocho ¡Morante, puro! Por Luis Ramón Carazo

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Después de extasiarnos el domingo 17 de enero de 2016 con la extraordinaria faena al toro Debutante de Teófilo Gómez por parte del genio de la Puebla, con la cual provocó las más bellas sensaciones de la que es capaz el toreo, cuando brota de la fuente mágica de la técnica y la inspiración, no me cabe que lo sigue es regocijarse de haber estado en La México para ser testigos de una de las faenas más hermosas de los últimos años.

Los griegos imaginaban que el caballo Pegaso con una coz dio origen al nacimiento del río Parmeso de cuyas aguas se creía que beber en ellas proporcionaba la virtud de inspirar a aquél que bebiera en ellas, ignoro si bebió Morante alguna agua que lo inspirara para salir de vena en los dos toros que le correspondieron, porqué su actuación fue categórica y le valió para escuchar con rotundidad el grito consagratorio de ¡Torero, torero!

Y más bien creo que como dijera el músico vienés Johannes Brahms “la inspiración es algo que no nos pertenece pero que podemos hacer nuestra por derecho propio” a ese recóndito lugar del cerebro privilegiado del torero andaluz o bien si se quiere y se cree del don de Dios para su persona, acudió para dejarnos perplejos y felices de la vida con las imágenes en la retina de las chicuelinas a su segundo de la tarde o de la multiplicidad de pases, desde los doblones o los cambios de muleta de manos o los pases de derecho o izquierda o el pase de pecho, o la media al toro,  Debutante fueron para pintura.

El toro queretano  fue la materia propicia de una ganadería cuyo encaste privilegia la nobleza al extremo y cuyos mejores astados cayeron en manos de quién el domingo actúo en estado de gracia.

Si bien no se salvaron los de Teófilo Gómez de los reclamos populares, por el tercero de escaso trapío, el resto del encierro cumplió y en esa ganadería se tiene un concepto de fijeza y nobleza al extremo, deben estar contentos pues si bien a  algunos, nos gustaría más tuviera codicia, acometividad y fuerza, cada quién es libre de buscar como creador y criador de toros,  lo que le convenza más y a los herederos del otrora matador eso les convence y mis respetos.

Recordé ayer con algunos colegas, a otro toro del mismo nombre lidiado el 10 de febrero de 1985 por El Niño de la Capea de la ganadería de Funtanet al que le formó un lío gordo al estilo del salmantino en La México al que desafortunadamente no remató adecuadamente con la espada, pero fue una de las faenas más memorables en su gran trayectoria.

Desde que supe del nombre del cuarto me dio una buena corazonada y no me falló.

Por otro lado habría que destacar la gran actuación de Octavio García El Payo, no desmereció en su trazo de capote y muleta en algunos pasajes con lo que realizó el andaluz, lo que se dice fácil pero no lo es, me parece que Octavio cada vez más madura y afina, tanto como afianza, un concepto profundo en su tauromaquia que no dudo que lo lleva camino a la consagración definitiva.

Me enteré que antes de terminar el festejo del domingo pasado,  como se hacía antaño, en caliente, su apoderado anunció un mano a mano o una tercia para Querétaro de Morante y El Payo el sábado 13 de febrero,  que presagia una tarde para no perdérsela, el queretano en La México estuvo en torero importante sin haber logrado conseguir trofeos pero si el reconocimiento popular.

A Fermín que empieza se le está poniendo empinada la cuesta pero tendrá a su joven edad que reflexionar y sacar la casta y el conocimiento que posee para enderezar el rumbo, la tercera que le viene la tendrá que encarar como un duro reto.

Y no quiero concluir sin reconocer a quién el día de la corrida se le tributó un minuto de aplausos a su memoria, después del paseíllo,  Alejandro Arena Torres Landa, que murió a consecuencia de una cornada en su ganadería y propietario de Villa Carmela desde 1968, cuando el Chacho Barroso se le vendió para irse del Estado de México a su rancho ubicado en la carretera de León a Lagos de Moreno,  a sus más de ochenta años era un hombre de una gran bonhomía en sus actividades como padre, esposo, empresario, filántropo y ganadero, se nos adelantó en el paseíllo de la vida, haciendo lo que más le apasionaba.

Un abrazo a sus hijos a los que aprecio y les tengo gran afecto.

Así las cosas a frotarnos las manos, estamos a unos días del setenta aniversario de La México.

Una respuesta a “Ocho con Ocho ¡Morante, puro! Por Luis Ramón Carazo”

  1. Respetuoso por no decir TIMORATO el autor del presente artículo, con los ganaderos del encierro jugado el domingo pasado, pues, fue un dechado mansedumbre en lo general, como ya es costumbre en ese tipo de casas ganaderas al servicio, de las figuras extranjeras.

    Sí es cierto que cada ganadero de bravo, es libre de crear el toro que le plazca pero omitir por decencia, timidez, o pleno contubernio por convicción de que las reses en cita fueron descastadas y mansas eso no es de honradez crítica.

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