
Más allá de los coloquios taurinos durante la feria y de las buenas intenciones, lo verdaderamente importante, lo que a todos nos debería de interesar, es decir, el toro bravo, no apareció nunca en la feria de este año, convirtiendo el serial del 2017 en una lamentable pasarela de toros mansos.
Por Juan Carlos Valadez – De SOL y SOMBRA.
Desastroso así podría clasificarse al último festejo de la Feria de Zacatecas, una corrida que al final sirvió como laboratorio para todos aquellos ganaderos que no quieran repetir los errores de una ganadería, que sigue cavando en un hoyo negro la bravura del toro de lidia.
¿Porque el final fue desastroso si con el último festejo se consiguió la mejor entrada y dos triunfadores?
Porqué la corrida de Bernaldo se Quirós ha sido un infierno para el espectador.
Está historia se repite tantas veces con esta ganadería que ya no resulta escandaloso, pero no deja de ser absolutamente injusta la situación para los aficionados que pagan un boleto y se tienen que tragar estas corridas.
Corridas como la de ayer de Bernaldo Quirós no tendrían otro camino más que el del matadero y siendo sinceros afirmar que la corrida de ayer fue una mansada, no reflejaría con exactitud el comportamiento de los toros.
Quizá, mejor, sería decir que fue una mansada infernal, o una pasarela de bueyes o de mulas. Una corrida imposible, desde el primero hasta el último, a pesar del espejismo del cuarto que fue para rejones.
Ante la caída de José Adame del cartel, entro Juan Pablo Sánchez quien hizo el paseíllo junto a los españoles Andy Cartagena y Ginés Marín.
Si se tiene en cuenta, la nulidad de los toros de los de a pie, nada habría que objetarles a Sánchez y Marín, pero resulta que para mí la torería no consiste solo en la búsqueda del triunfo, sino en los andares por el ruedo, en la actitud, en la disposición y aquí fue donde Ginés Marín se impuso al mexicano.
Ginés regaló un toro – es un decir- de Santa Barbara después de los dos bodrios que lidió de Bernaldo, y armo la escandalera en el tendido con una faena bajo la lluvia que no fue bonita, ni pinturera, simplemente fue una faena de pundonor y de raza en donde quedo demostrado que el diestro español quiere y puede ser figura del toreo. Como broche de oro señaló una estocada efectiva y el juez saco los dos pañuelos, cuando en realidad uno era más que suficiente.
Pero ahí quedaron las ganas de ser de un muchacho que se ha ido forjando desde abajo y que a diferencia de otros toreros dinásticos o de moda, si puede llegar a ser figura del toreo, además de convertirse en un torero consentido de la afición mexicana.
Un caso distinto al de Ginés es el de Juan Pablo Sánchez, un joven torero que ha tenido todo en bandeja de plata desde que se incio en esta profesión, bueno casi todo, porque la realidad es que le ha faltado algo muy importante: corazón.
Sánchez tiene buenas maneras, planta de torero, carisma, técnica, etc. pero como a muchos de sus contemporáneos, le falta corazón y un puntito de raza cuando hay que dar ese paso adelante.
Ayer en su tercera comparecencia en la feria nuevamente no tuvo toros a modo, pero se le vio afligido, precavido en exceso, sin recursos, como fuera de la lidia y sin el ánimo necesario para solventar la difícil papeleta.
Sin embargo la gente que ayer estuvo de dulce, supo entender su calvario y solo escucho dos largos silencios al doblar sus toros.
Al rejoneador español Andy Cartagena que anda haciendo campaña por ruedos mexicanos, le sentó bien el aplauso del público zacatecano, mismo que consiguió con los números circenses de sus caballos.
Sin ser un rejoneador clásico en sus formas o un virtuoso como Pablo Hermoso o Ventura, su actuación ante su segundo de la tarde tuvo escenas brillantes en el tercio de banderillas y se llevó dos orejas -algo excesivas-
En Cartagena hay una opción fresca para los empresarios mexicanos, qué ante la falta de primeros espadas bien lo pueden acartelar y con ello divertir al tendido en algunos de sus festejos.
Y con esta corrrida finalizó la feria en su edición 2017, ya vendrá el tiempo para la reflexión y también para las culpas, que seguramente no serán pocas para una empresa que sigue sin encontrar el camino al éxito…
BERNALDO / CARTAGENA, SÁNCHEZ y MARÍN.
Zacatecas, Zac.- Plaza Monumental. Quinta y última corrida de feria. Buena entrada. Toros de Bernaldo de Quirós, anovillados, puro desecho, sin fuerza ni casta. Solo destaco el 4o. por su buen estilo al caballo y uno de Santa Bárbara de regaló, que dio mejor juego que el resto. Todos sospechosos de manipulación de sus astas.
El rejoneador Andy Cartagena: Silencio y dos orejas con división.
Juan Pablo Sánchez que sustituyó a José Adame: Silencio en su lote.
Ginés Marín: División, silencio y dos orejas con división en el de regalo.
Incidencias: Se informó que al final se junto entre los aficionados más de 50 mil pesos en donativos para los damnificados de los sismos en México. Una cifra que supuestamente la empresa va a duplicar por medio de asociación civil en los próximos días.
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