Por Julián Herrera.

Se lidiaron seis novillos de la dehesa de D´Guadiana, destacando, el primero, el cuarto por su buen juego y el sexto el cual fue indultado a petición de la algarabía del público.

El español Fernando Flores se presentó en el embudo de Insurgentes teniendo agradables pasajes ante el primero de su lote, desafortunadamente erró con el acero y con el segundo no terminó de entender a su enemigo, no logrando hacerle la faena que hubiera deseado para tocar pelo, aunado a que con la toledana falló nuevamente, al final, saludo desde el tercio y fue ahí cuando el español decidió dar la vuelta al ruedo, como diciendo, no me voy con las manos vacías.

Llegó el turno para el hidrocálido Iván Hernández quien se estrelló con el peor lote de la corrida, dos ejemplares con genio, siempre saliendo con la cabeza arriba y por su parte, lo vimos con falta de sitio a pesar de las condiciones, con la rubrica, que decir…, tendrá que prepararse más para no pasar por el trago amargo que tuvo con el segundo de su lote, donde le tocaron las tres notas de viento y regresando al novillo a los corrales.

Pero no todo fue malo, el segundo hidrocálido acartelado de nombre Héctor Gutiérrez, dejo un muy buen buqué al respetable, ante el primero dejo esbozos con la diestra que todos esperamos a que rompiera, y así fue, cada pase fue acompañado de un olé, desafortunadamente no acertó con el acero y el público le reconoció haciéndolo saludar desde el tercio.

Al final de la tarde, salió de toriles el cierra plaza, de nombre Izquierda de Oro en recuerdo al Matador Miguel Espinoza Armillita siendo este el segundo del lote de Gutiérrez, un toro que no tuvo una pelea aguerrida con el varilarguero, llegó, empujó, pero no luchó como todos aquellos astados que se ganaron a ley los máximos honores del indulto, sin embargo y sin duda, no podemos dejar de destacar la casta, clase y juego que tuvo durante el tercer tercio de la lidia, dejando a Héctor recrearse y disfrutar de unos extraordinarios pases y no se diga de los naturales tanda tras tanda, le dio aire, lo tuvo en el terreno adecuado, le tomó la distancia, es decir, fue una faena que quedará en los libros para la historia de las novilladas; y por otra parte, en el tendido, algunas personas decían, lo mejor es que rubrique al burel, de ser así y sobre todo si no falla, era un rabo seguro que se hubiera llevado en la espuerta, pero ante la sapiencia del público no hay quien gane.

Publicado en toroestoro.com