Los honorarios de las figuras, uno de los secretos guardados con mayor celo

La retirada de Talavante enciende los despachos: Un cruce de acusaciones con su exapoderado saca a la luz los honorarios de las figuras.

Por José Luis Benlloch.

La semana taurina ha estado marcada por la resaca que generó el anuncio de retirada -por tiempo indefinido, decía el comunicado- de Alejandro Talavante.

Desde diversos medios se ha señalado a su exapoderado Toño Matilla como responsable del desánimo del diestro por haber intervenido activamente para que no se le contratase en las grandes plazas a pesar de sus triunfos y en represalia a la rotura de relaciones profesionales entre ambos tras los éxitos del primero en el pasado San Isidro. El cruce de acusaciones ha acabado desvelando los honorarios de las figuras, hasta ahora uno de los secretos guardados con mayor celo en el toreo.

Toño Matilla, cabeza visible de unas de las familias de taurinos más influyentes de las últimas décadas, que además de gestionar diversas plazas apodera a toreros tan importantes como Manzanares o Padilla, ha salido al paso con un duro comunicado en el que defiende su postura y niega la mayor en el caso. Dice Matilla: «No tengo poder, capacidad ni deseo alguno de boicotear la carrera profesional de Alejandro Talavante ni de ningún otro torero». Asegura además que decidió concluir la relación profesional con el extremeño en Granada, tras los triunfos de este en Madrid, después de que le exigiera, no un aumento de 15.000 euros en sus honorarios por cada actuación como se ha publicado, sino que sus emolumentos se vieran incrementados hasta facturar «más que el que más», argumentando que él era «el mejor, el número uno».

El exapoderado continúa explicando en el comunicado que, tras intentarlo de forma fallida en alguna ocasión, consideró que no podía conseguir ese objetivo y dio por terminada la relación profesional que les unía. «No podía defraudarle ni a él ni a mí mismo. Modestamente pienso que el número uno ha de reflejarse en taquilla, y él no lo era».

Matilla niega igualmente que no defendiese los intereses de Talavante ni que actuase al margen de las directrices que habían establecido entre ambos y para ello recuerda haber negociado ya su participación en la feria de San Isidro de 2019 «de la cual él (el torero) posee todos los documentos» y haber dado el beneplácito para que Talavante actuase en la tarde de la despedida del toreo de Padilla, al que apodera, y le afea seguidamente que esa misma tarde anunciase su retirada sin siquiera esperar un día y así no restar protagonismo a un hombre -se refiere a Padilla– que lo merecía por habérselo ganado en el ruedo a lo largo de su carrera. Por último, invita a Talavante a que se manifieste en primera persona públicamente si la información no es cierta.

A todo el revuelo del comunicado, nada habitual en el mundo del toro y menos estando por medio Matilla, que siempre se mostró esquivo con los medios, se sumaron las declaraciones de Simón Casas certificando las declaraciones de Matilla y asegurando que nunca había intervenido para que no le contratase. De hecho Talavante actuó dos tardes en Madrid en otoño, y acabó de encender la llama de la polémica cuando para defender la gestión económica de su colega añadió en Aplausos que «Matilla no sólo ha defendido la economía del torero, sino que consiguió mejorarla de manera notoria». Además dio da datos y cifras: «El último año de Taurodelta en Madrid Talavante ganaba 160.000 euros por corrida y el primer año de Plaza 1, su empresa, consiguió subir esos honorarios a 240.000 euros, que es exactamente lo que ganan todas las máximas figuras del toreo en Madrid». Las cifras han levantado un tremendo revuelo y han desvelado una realidad que las figuras siempre han intentado ocultar para evitar las exigencias de los aficionados a la hora de juzgarles en la plaza.

Publicado en Las Provincias

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