Indulto histórico de Gamero.

Por Luis Ramón Carazo.

El quinto de la tarde, Gaspar, fue un astado que tuvo la cualidad de la alegría y la nobleza en su embestida y fue toreado por las cabalgaduras de Emiliano Gamero con desparpajo y variedad, de manera poco ortodoxa. El encierro resultó en conjunto, bueno.

Hubo un momento clave en el cual el caballo tropezó y parecía que el gozo se iba al pozo, pero nones, sirvió para encauzar el tercer indulto que se concede en La México en tres temporadas seguidas por faenas a caballo.

El torero bigotón (rememorando a Ponciano Díaz vestido además de charro) logró un homenaje que, cuestionable pudiera ser, el público unánimemente pidió y el juez de plaza Enrique Braun otorgó; así se convierte en el primer rejoneador mexicano en lograrlo.

En grandes pegas, los Forcados de Lisboa, los de Turlok y los de Mazatlán emocionaron por su arrojo y valor, el grupo californiano encabezado por George Martin Junior, fue el que se llevó el trofeo en disputa.

Horacio Casas se fue en blanco, mientras que Santiago Zendejas demostró que tiene muchas cualidades que le auguran una carrera exitosa. Se comprueba que la corrida de rejones tiene su público y se pudiera redondear con figuras españolas; tendría el aditivo de la competencia, siempre benéfica.

Publicado en El Universal

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