Es lo que digo yo: La salud, prioridad para la reactivación de la Tauromaquia en México.

Hay un toro invisible allá afuera al que hay que lidiar con firmeza y que hasta el día de hoy, nos ha enseñado que la manera más eficaz para lidiarlo es con el aislamiento.

Nuevamente vuelvo hacer hincapié en que el aspecto sanitario y el económico no pueden entenderse de modo separado, ya que la pandemia es, en sí misma, sumamente destructiva para la economía y aún cuando contemos con una vacuna para fin de año, la enfermedad dejará efectos secundarios que sin lugar a dudas afectarán la oferta y la demanda del espectáculo taurino.

Por Luis CuestaDe SOL y SOMBRA.

En los últimos meses la propagación del coronavirus ha sumido a México en una profunda crisis sanitaria de la que poco a poco nos vamos recuperando en algunas zonas del país.

Sin embargo algunos modelos epidemiológicos estiman que México sufrirá los estragos fuertes de los contagios todavía hasta el mes de septiembre y que, durante el mes siguiente, las cifras podrían empezar a descender de forma lenta pero progresiva, dejándonos una remota esperanza de volver a contar con festejos taurinos en la recta final del 2020.

Otra buena noticia según lo anunciado por la Secretaria de Salud, es que México está participando en algunos proyectos de vacunas contra el Covid-19, desarrollados por los laboratorios Merck y Themis, AstraZeneca (en alianza con la Universidad de Oxford) y con la Universidad de Hong Kong. De los tres proyectos, el de AstraZeneca ya se encuentra en pruebas finales, así que muy probablemente podríamos contar con una vacuna para los meses de noviembre o diciembre.

Pero una vez que se solucione el tema de salud, la fiesta brava tendrá que enfrentar otro toro casi igual de bravo que el coronavirus: el económico. No podemos hacer a un lado ni olvidar el impacto que tendrá el Covid-19 sobre la economía del sector taurino y que va de la mano con la caída que tendrán algunos otros sectores productivos en México.

Ya que de acuerdo con estimaciones hechas por Barclays y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México está entre las 25 naciones que mayor daño han registrado en materia económica durante este 2020. Y qué de acuerdo con ellos, México presentará una caída generalizada del Producto Interno Bruto (PIB) del (-8.8 por ciento).

¿Esto quiere decir que tendremos salud pero no tendremos dinero? Es muy posible y más tomando en cuenta que el pico de caída del sector taurino (arte y entretenimiento) sería del 90 % de continuar con esta tendencia.

Ante este complicado escenario las agrupaciones taurinas manifestaron su postura mediante un comunicado que publicamos el día de ayer en De SOL y SOMBRA, del que rescato los siguientes puntos:

1. No participar en eventos hasta que las autoridades lo permitan.

2. No participar en festejos taurinos (formales) sin público a puerta cerrada, transmitidos por algún medio de comunicación.

Obviamente el comunicado ha provocado una infinidad de opiniones por parte de la afición, algunas a favor, otras en contra y aunque todos queremos que regresen las corridas de toros, no podemos olvidar que al final la tauromaquia es un negocio -que a diferencia de otros sectores- más del 80 por ciento de sus ingresos provienen directamente de la taquilla, algo que no sucede por citar un ejemplo, en el Fútbol, en donde la taquilla representa menos del 40 por ciento de sus ingresos. Por lo tanto es económicamente inviable dar corridas a puerta cerrada o con aforos al 30 o 40 por ciento de su capacidad.

Es sin duda una pena que los festejos se encuentren en pausa especialmente por las afectaciones económicas que tiene este receso para todo el sector, así como para aquellos que se benefician indirectamente del toreo (hoteles, restaurantes, comercios, transporte…). Pero la prioridad tiene que ser, como lo han manifestado las cinco agrupaciones taurinas que firmaron el comunicado, la salud de todos los taurinos y aficionados. Hay un toro invisible allá afuera al que hay que lidiar con firmeza y que hasta el día de hoy, nos ha enseñado que la manera más eficaz para lidiarlo es con el aislamiento.

Es urgente que se reactive la fiesta brava, pero sin poner la economía por encima de la la salud y de la vida de las personas. No es un buen momento para sacar cuentas en términos económicos, sino para garantizar la salud de todos. Un factor histórico que evita a largo plazo la depresión de la economía, es seguir las medidas sanitarias pertinentes ya que esto permitirá que la sociedad se recupere más velozmente. Medidas como el distanciamiento social, las restricciones en los espacios públicos, la cancelación de algunos espectáculos y el uso obligatorio de cubrebocas serán sumamente influyentes para el posterior crecimiento económico del país y para la reapertura de las plazas de toros.

Quizás por estas razones me cuesta trabajo entender las críticas de algunos aficionados y profesionales que piden el regreso inmediato de las corridas de toros sin tomar en cuenta las consecuencias futuras y colaterales que podría sufrir el espectáculo. Ya que si las agrupaciones taurinas decidieran adelantar la suerte, un mal planteamiento nos podría dejar cicatrices con graves consecuencias, no solo en el aspecto económico, sino también socialmente por el delicado momento que vive la fiesta en el siglo XXI ante la revolución ‘New Age’ que encabezan algunos grupos animalistas.

Por eso pienso que en este momento la prioridad principal de todos debe de ser controlar la enfermedad y con ello reducir el tiempo de espera para volvernos a reunir en las plazas de toros.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_

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