La temporada taurina 2021, esa entelequia Por Luis Carlos Peris.

La Maestranza espera en silencio.

Suspendidas, o aplazadas, qué más da, las primeras ferias del curso, con Valdemorillo y Olivenza en el mascarón de proa del drama, la temporada taurina es un enigma. Mucho nos tememos que por segundo año se vaya por el sumidero de la desilusión el que podamos sentarnos en un tendido a ver cómo el de luces solventa la papeleta con el de negro. Y la pregunta es si resistirá la alanceada Fiesta otro año sin abrir sus plazas.

Entre el animalismo reinante y los animales que gestionan la horrorosa pandemia que padecemos, a ver quién apuesta por un Domingo de Resurrección viendo a Morante o por unas Fallas en la que siempre está Ponce el día de San José. Con las medidas para defendernos del puñetero bichito, abrir una plaza de toros es una entelequia, ganas de perder en un negocio que sólo se mantiene de la taquilla. 

¿Y aguantará la Fiesta otro año confinada?

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