Crónica de Monterrey: ¡Por fin la rivalidad!

Los toreros hidrocálidos se pusieron de acuerdo en la semana y le quisieron “hacer la camita” al Payo, pero el torero queretano se encasto y le saco las espuelas a la dupla, provocando con ello una emocionante rivalidad en el ruedo – De Sol y Sombra. Foto EMSA.

Por Francisco Tijerina.

29 de agosto de 2021.- Plaza de toros Monumental Monterrey “Lorenzo Garza”, 2° festejo del 84° aniversario. Lleno del aforo permitido, unas tres mil 300 personas. Se lidiaron siete toros de Begoña (uno de regalo), de buen juego, destacando 2°, 4° y 5° que fueron premiados con el arrastre lento.

Octavio García “El Payo”: división de opiniones tras aviso, división de opiniones y palmas en el de regalo.

Luis David: dos orejas y palmas.

Leo Valadez: palmas y dos orejas.

Destacó en varas Daniel Morales y en banderillas Ángel González que fueron ovacionados en el 2°.

La Peña Taurina “El Toreo” entregó un reconocimiento a Eloy Cavazos en el 55° aniversario de su alternativa con el que dio una vuelta al ruedo acompañado de los toreros.


En algún momento tenía que ocurrir y en Monterrey sucedió.

La necesaria rivalidad que causa expectación y provoca el interés de los públicos tenía que llegar y ayer se dejó ver en la Monumental Monterrey en un vibrante tercio de quites que se prolongó en las banderillas en el 5° del festejo.

Ya se había dado el antecedente en el 2° cuando Luis David invitó a Leo Valadez a realizar un quite de chicuelinas por colleras y en el 5° repitieron color, ahora por navarras, por lo que “El Payo” sacó la casta y le pidió al matador en turno la oportunidad de tomar parte y le enjaretó unas ceñidas chicuelinas a las que Adame replicó con un quite combinado de lances con medio capote que le salió dibujado.

Pero el asunto no paró ahí…

A petición del público Luis David tomó las banderillas para cubrir el segundo tercio e invitó a Leo a lo que su paisano respondió con gusto; no queriendo, no queriendo, uno de los dos le tiró la indirecta a “El Payo” que se engalló y pidió acompañarles, brindando un momento espectacular.

En el 6° Leo quiso devolver la copa y “El Payo” no tragó. A la distancia, afuera de un burladero pegado a toriles, les dijo que no pondría las banderillas, por lo que invitaron al subalterno Fermín Quiroz que se lució al cuartear luego de dar tres giros en el viaje e igualar en la cara. La plaza se caía en aplausos.

DOS GALLOS DE PELEA

Los dos son de Aguascalientes, con distintas formas y maneras de ejecutar el toreo, con personalidad propia, aunque la entrega y pasión que ponen en la ejecución de cada suerte los define por igual.

Variados, creativos, improvisando, buscando nuevas maneras de llegar al público, tanto Adame como Valadez han dejado clara constancia de su ambición por convertirse en figuras, justificándose en todo momento, demostrando una afición que no les cabe en el cuerpo y peleando, palmo a palmo, las palmas del respetable.

Saben ambos el ABC del toreo, tienen oficio, técnica y escuela, además de un sello individual que les imprime una necesaria y clara diferencia de estilos, Luis David es más rondeño y Leo más sevillano; los dos igual de valientes, los dos con una intensa e inmensa conexión con el tendido.

Adame II. Foto EMSA.

Hoy era necesario no dejar nada en el tintero y así lo entendieron ambos que materialmente se desfondaron al entregarse en plenitud a un público ávido que les supo reconocer y premiar por su labor.

Sería difícil poner a uno por encima del otro. Los dos corrieron la mano en largas y muy hondas tandas de muletazos, con temple, ritmo, cadencia y buen gusto y fueron acertados con el acero. Las dos orejas que cortaron en el 2° y el 6° fueron de ley.

Valadez. Foto EMSA.

EL PAYO Y SU ESPADA DE PALO

Octavio García “El Payo” construyó una interesante faena al primero, toreo vertical con mucha solera, tuvo pasajes interesantes y trazos que fueron dignos de una pintura, pero por alguna extraña razón su ejecución no llegaba al tendido, ¿el tiempo sin torear? No lo sé, pero toda la calidad de los muletazos que imprimió se perdió al momento de oficiar con la toledana cuando se perdió.

El asunto no cambió mucho con el cuarto. Empaque, sentimiento, temple, mando, pero todo eso de nada sirvió porque otra vez la espada se encargó de tirar por la borda toda la labor.

El Payo al natural con su primero. Foto EMSA.

El de regalo no tuvo la misma calidad que los dos del lote regular y sin embargo “El Payo” le puso afición y arrestos, pero el tema concluyó con el mismo colofón, la espada de palo y así concluyó escuchando palmas del respetable.

EL BIOMBO

La corrida en su conjunto fue justa de presencia, aunque cumplía, hay que decirlo, con los preceptos enunciados en el reglamento en cuanto a edad y peso.

Lo que sí fue un verdadero exceso fue el otorgar tres arrastres lentos. “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”.

Condescendiente se vio el juez al no tocarle un aviso a “El Payo” en el de regalo y demasiado benevolente (por no decir otra cosa) al permitir que el subalterno Fermín Quiroz le exigiese con señas el rabo del sexto, lo cual también ocurrió en la corrida del viernes pasado, a ciencia, paciencia y complacencia de quien no es capaz de cumplir con lo estipulado en el Artículo 38 del Reglamento que a la letra prohíbe ese tipo de manifestaciones y que prevé una sanción a quien así lo haga.

Publicado en Burladerodos

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