Feria de Otoño: Segundo Groundhog Day de Julián.

Por Pepe Campos.

(¡Vaya tarde! Hubiera sido mejor la mofa, pero los toros son los toros.) Una tarde sin aficionados. Unos toros, unos toreros y un público insostenibles. Cuatro toros de Santiago Domecq y dos de La Ventana del Puerto inválidos (por flojísimos) y descastados. Tercios de varas de trámite y traseros. Bien con el capote Curro Javier.

El Juli, en su primero, ante un toro muy flojo, toreo sostenible, rutinario, por afuera, dos pinchazos, media trasera baja y dos descabellos. En el cuarto (La Ventana del Puerto), con un muletón, muchos trapazos sostenibles, sin remate, apresurado, pinchazo bajo y feo bajonazo.

Miguel Ángel Perera, en el segundo de la tarde, series de trámite, dos muletazos y el de pecho, muchos de pecho. Bajonazo. Mientras Perera sostenía al toro (y descargaba) alguien cantaba a la nada en el tendido. En el quinto, un inválido que se caía, muchos muletazos (descargados) y estocada algo caída.

Daniel Luque, en el tercero, deprisa con el capote, a todo meter en la muleta, de pronto dos naturales donde embarcó al toro que se defendía (el pobre), que le sirvieron para, tras estocada contraria, que el público le sostuviera premiándole con una oreja. Al último toro inválido de la tarde, que claudicaba a cada pase, le dio trapazos por aquí y trapazos por allá y si dobla el toro tras estocada atravesada le hubieran sacado por la puerta grande: un público que nos pareció de aluvión. Mucha labor queda por hacer en esto de los toros: ante un animalismo que no entiende la naturaleza, unos políticos de izquierda ignaros, unos ganaderos que llevan a sus ganaderías a una servil mansedumbre, unos toreros que sólo piensan en las orejas de los toros y en descargar la suerte, un público desconocedor y una crítica taurina (por ejemplo, los de Movistar) que actúa como si recibieran sobres y que sólo persigue que el asunto funcione, a su favor, aunque sea indefendible.

Publicado en Salmonetes ya no nos quedan.

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