
Por Gaspar Silveria.
Amigos aficionados…
Se viene una tarde de aquellas que los aficionados de otras épocas decían: así es una corrida de toros.
Claro, porque, antes de que las cuadrillas de subalternos se encarguen casi por completo del segundo tercio, los matadores se sentían con la obligación y el compromiso moral de ser los ejecutores de la suerte de banderillas.
La lista de toreros especialistas en banderillas de los tiempos recientes se ha reducido drásticamente. Las figuras del toreo, muy lamentable, se desajenaron de los palos para concentrarse en la faena de muleta. “El Juli” emocionaba cuando era un juvenil figurón, porque, entre otras cosas, banderillaba. Pero al paso de los años dejó de hacerlo. Joselito Adame también, aunque en la tarde pasada en Mérida se animó a cubrir el segundo tercio y los resultados fueron increíbles con la afición entregada.
¿Cuál torero de estos tiempos, de los que cobran millonadas como figuras, pone banderillas? Casi ninguno. Morante, cuando está encandilado, agarra los palos. Pero genio y figura…
Eso es lo que puede darle realce, en primer lugar, a la corrida de este sábado en la Plaza Mérida, donde se anuncia al mexicano que mejor está poniendo los palos, Uriel Moreno “El Zapata”, con otro paisano que, joven aún, se está dejando ver entre los especialistas de este tramo, como es el yucateco André Lagravere, a quien en sus siguientes tardes le incluyeron en carteles de este corte (Tijuana, el domingo, y luego en la Feria de San Marcos de Aguascalientes). Y viene para completar cartel un venezolano que desde sus inicios en esto del toreo ha escogido este punto para reforzar su estilo: Jesús Enrique Colombo.
Hay para todos los gustos, desde luego. Podemos mirar estilos, desde los serios hasta los tremendistas y explosivos (Antonio Ferrera salta en el momento final, por ejemplo), ni se diga los que, en un portento de facultades, usan los atributos físicos al cuadrar y en la salida de la suerte. Recordaba la forma, por ejemplo, en que el malogrado Paquirri desafiaba a todos con su talento, entre fortaleza física y mental. Citaba, cuadraba y clavaba. “El Fandi” es otro torero poderoso con los tres palos.
Me comentaba el joven Colombo desde Madrid, antes de tomar vuelo a México, que banderillar es uno de los mejores momentos suyos en la lidia total. Define que hay muchos pares en el tercio, pero el preferido y el más vistoso para él es el de poder a poder, le das la ventaja al toro. Eres tú a cuerpo limpio con el toro”.
“El Zapata” es parte fundamental del sostén de la fiesta en México porque le sale a cualquier toro, sin importar plaza. Y revolucionó su momento empleando el “par monumental”, en el que gira completamente cuando el toro está llegando al encuentro. Grande, sin duda, en la ejecución.
Y “El Galo” ha probado los rehiletes desde diversos aspectos. Le vi en Madrid, en su debut en San Isidro, se plantó ante el novillo de poder a poder y clavó certero.
Debe dejar mucho para la pupila esta corrida, en la que Toros Yucatán anuncia astados de Carlos Peralta Quintero, herrados en Pastejé.
Las banderillas, rehiletes, aretes, garapullos, palos, palitroques o como quiera usted llamarle a esos palos de 70 centímetros de largo adornados con papeles de colores, en manos de los toreros titulares, no de los subalternos (generalmente estos entre miedos y carreras a toros pasado), podemos obtener recuerdos grandes en una noche de toros que promete.
Publicado en El Diario de Yucatán