Pamplona recupera su semblante festivo después de dos años de parón por la pandemia y espera un impacto de 150 millones de euros.
Por Antonio Lorca.
Tras dos años de apagada tristeza a causa de la pandemia, Pamplona recupera su aire festivo, la bulla, los turistas, la música, el baile, el almuerzo, los tetrabrik de vino peleón, el calimocho, los dobles barbudos de Hemingway, el jolgorio de las peñas, ‘la chica ye-ye’, los madrugones, los nervios, la tensión, el encierro, el toro…
Vuelve el jueves, día 7, la procesión de San Fermín, patrón de Navarra, obispo de la localidad francesa de Amiens, mártir del siglo III, de cuya existencia no existe certeza histórica. La Corporación Municipal desempolvará sus trajes de gala para acompañar a la pequeña talla del santo, y, a los sones de la música y el respeto de los pamplonicas, el desfile recorrerá las principales calles de la ciudad.
Vuelven los Sanfermines, la fiesta más internacional de nuestro país, polo de atracción de miles de curiosos procedentes de todo el mundo. Vuelve la famosa Feria del Toro, que comenzará a las doce de la mañana de este miércoles, cuando Juan Carlos Unzué, exjugador de fútbol y enfermo de ELA, prenda la mecha del cohete inaugural —el conocido chupinazo— desde la segunda planta del Ayuntamiento, al grito unánime de “¡Gora San Fermín!” de una plaza consistorial abarrotada.
Pamplona será durante ocho días un hervidero de gente ávida de emociones fuertes, con hambre insaciable y sed continuada; con los precios por las nubes —la inflación no perdona—, hoteles y restaurantes esperan recaudar entre el 15 y el 20 por ciento de la facturación anual, y el impacto económico se cifra entre 100 y 150 millones de euros.
La mayoría de los toros de las corridas anunciadas ya esperan en los Corrales del Gas; allí están expuestos desde hace días a la admiración de los amantes de la fiesta al precio de 3,5 euros para los adultos, que contribuirán a sufragar los gastos de la residencia que acoge a más de 500 ancianos, dirigida por la Casa de Misericordia, propietaria de la plaza, y responsable de los encierros y las corridas de toros, cuyos beneficios se destinan al mismo fin.
El vallado está preparado; no en vano los trabajos en el primer tramo comenzaron en el ya lejano 24 de mayo. Treinta carpinteros han trabajado para colocar 900 postes, 2.700 tablones, 120 empalizadas y 80 puertas del recorrido del encierro; y, durante la noche del pasado domingo, ocho técnicos municipales esparcieron 1.500 litros de líquido antideslizante desde el final de la Cuesta de Santo Domingo hasta el inicio de la calle Estafeta para permitir un mejor agarre de las pezuñas de los animales y minimizar el riesgo de caídas.
El día de San Fermín, los toros de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo esperarán a que el reloj marque las ocho de la mañana para iniciar el primer encierro de los Sanfermines 2022; junto a ellos, los cabestros, que también se estrenan este año. Ya no correrán Messi y Ronaldo, famosos en ediciones pasadas, porque la Casa de Misericordia ha decidido prescindir de la ganadería El Uno de Madrid y ha contratado a los cabestros de la navarra Macua; y el motivo es que los veteranos madrileños corrían delante de la manada a gran velocidad, imposibilitan por lo general las carreras de los mozos, y, a juicio de algunos de estos, desnaturalizaban el encierro. De hecho, las carreras matinales eran más rápidas, habían perdido emoción, reducido el número de caídas y corneados.
Otra de las novedades de este año es que se ha adelantado diez metros la línea roja que separa la puerta de los corrales con los primeros corredores, de modo que los toros se toparán antes con los mozos. El objetivo es que los animales no se encuentren a lo lejos con un muro de personas y opten por volver a los corrales, como ya ha sucedido en ediciones anteriores.
Todo está dispuesto, pues, para que comience una de las carreras más famosas del mundo. A las ocho en punto de la mañana, del 7 al 14 de julio, los toros con más cuajo y cornalones del campo bravo se adentrarán en un universo desconocido y sorprendente para todos ellos; enfilarán, primero, la Cuesta de Santo Domingo, se rozarán, por vez primera y única en sus vidas, con mozos y mozas ansiosos de adrelina; alcanzarán la plaza del Ayuntamiento, empequeñecida por el gentío, bajarán por Mercaderes agarrados al piso para no acabar con sus pesadas carnes en el suelo, sortearán como les sea posible la cerrada curva donde comienza Estafeta, y enfilarán la recta y larga calle con ansiedad por escapar cuanto antes de esa marabunta extraña que los acosa y entorpece en su camino. Así, la manada compacta si es posible, llegará al tramo de Telefónica y, seguidamente, al callejón que los conducirá directamente al ruedo de la plaza.
En total, 875 metros de una carrera frenética que para más de uno —animal o humano— se hace interminable y, con frecuencia, no exenta de tropiezos, caídas, contusiones y heridas.
Alrededor de 13.800 corredores participaron en los encierros de 2019, según datos del Ayuntamiento navarro, y un amplio dispositivo policial y sanitario trabaja por la seguridad de todos los participantes. A pesar de ello, el encierro entraña un alto riesgo, y prueba de ello es que 16 personas han perdido la vida desde 1910, la última de ellas el madrileño Daniel Jimeno, que murió el 10 de julio de 2009 a causa de una cornada en el cuello que le infirió un toro de la ganadería de Jandilla.
Un año más, TVE retransmitirá los encierros en directo, aunque en esta edición también se estrenan nuevos presentadores. El navarro Julián Iantzi, una cara conocida de la cadena ETB; Ana Prada, periodista de España directo, y el veterano corredor Teo Lázaro sustituirán a Elena Sánchez y a Javier Solano, habitual comentarista de las carreras, que se ha jubilado. EL PAÍS hará una cobertura especial en vídeo que comenzará con la transmisión en directo del chupinazo. Durante el encierro, una cámara colocada en la calle Estafeta trasmitirá en directo ese tramo del encierro. Minutos después de que termine cada carrera, EL PAÍS publicará todos los días un vídeo grabado con 17 cámaras en el que poder apreciar todos los detalles del encierro.
Finalizado el encierro llega el almuerzo —el desayuno— y, simultáneamente, comienza cada día el apretado programa de actividades festivas que prepara el Ayuntamiento.
Y, por la tarde, los toros. La plaza llena, la ruidosa presencia de las peñas, más comida y bebida, y el ánimo por las nubes para dejarte llevar por la marea imparable de la fiesta.
Diez festejos taurinos —una novillada, un espectáculo de rejoneo y ocho corridas de toros— se anuncian este año, cuando la plaza pamplonica cumple 100 años de vida. Fue inaugurada el 7 de julio de 1922 con un diseño del arquitecto Francisco Urcola y un presupuesto de 1.270.000 pesetas, y ampliada años más tarde por Rafael Moneo. En total, cuenta con un aforo de 19.500 espectadores.
Los veloces cabestros madrileños han sido sustituidos por una ganadería navarra, con el objetivo de que los encierros ganen en emoción
Los carteles son los siguientes:
Miércoles, 6. Espectáculo de rejoneo. Leonardo Hernández, Roberto Armendáriz y Guillermo Hermoso de Mendoza (toros de El Capea).
Jueves, 7. Corrida del centenario. Un toro de El Capea para Pablo Hermoso de Mendoza, y seis de Núñez del Cuvillo para Roca Rey, El Juli y Morante de la Puebla.
Viernes, 8. Daniel Luque, José Garrido y Álvaro Lorenzo (toros de Fuente Ymbro).
Sábado, 9. Joselito Adame, Rubén Pinar y Javier Cortés (toros de José Escolar).
Domingo, 10. Rafaelillo, Manuel Escribano y Leo Valadez (toros de La Palmosilla).
Lunes, 11. Juan Leal, Román y Jesús Enrique Colombo (toros de Cebada Gago).
Martes, 12. Diego Urdiales, Alejandro Talavante y Ginés Marín (toros de Jandilla).
Miércoles, 13. Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y Roca Rey (toros de Ganadería de Victoriano del Río).
Jueves, 14. Antonio Ferrera, en solitario (toros de Miura).
Publicado en El País