Ramón Valencia: «Todo el que viene a Sevilla para ver los toros quiere encontrarse con el lujo»

El empresario de la Plaza de Toros de Sevilla vaticina «siete u ocho» corridas con el cartel de ‘No hay billetes’ colgando de sus taquillas.

Por Jesús Bayort.

Suya será toda la responsabilidad de lo que ocurra en la Maestranza, hasta que el primer toro de Núñez del Cuvillo salte al ruedo a las seis y media de esta tarde. Asegura controlar los nervios previos, cuando encara sus bodas de plata al frente de la gestión de la Plaza de Toros de Sevilla. Los abonos, en una cifra «estacionada» desde hace años, han crecido levemente. Una subida que no achaca a la incertidumbre que gravita sobre el nuevo proyecto televisivo, para que el pide «confianza». Ese nuevo acuerdo lo negoció su hijo Ramón, con el que reconoce planes de futuro para la empresa Pagés.

—Los toreros se trastornan cuando se acerca el Domingo de Resurrección. ¿Le pasa también al empresario?

—El comienzo de temporada es para nosotros como una corrida del siglo. Y nos esforzamos para que así sea. Hombre, preocupados estamos; nerviosos, difícilmente. Soy de carácter templado. La responsabilidad de que salga un gran Domingo de Resurrección nos preocupa.

—Quiso magnificar sus carteles y promocionarlos como ‘La Feria’, a secas.

—Uno coge un emblema y hace su bandera. Creo que no nos hemos equivocado. Están todos y los carteles, salvo matices, están bien encajados. El toro y la feria encajan perfectamente.

—El toro es el protagonista.

—Ya llevábamos unos años con el jefe de prensa (José Enrique Moreno) y su compañía proponiendo y buscando innovaciones para el mundo del toro. Que no sean solamente un cartel anunciado y pegado en la pared. No sólo intentamos acercar al aficionado, sino que queremos llegar a la gente que no es del mundo del toro.

—Es curioso que la plaza se llene en un porcentaje tan alto de festejos cuando los abonos hace años que cayeron.

—Salvando dos o tres festejos, que son lógicos y tampoco se puede pedir más, los demás días hay llenos muy importantes. De tres cuartos para arriba. Y quieras o no, eso es importante para la empresa ¿Qué está ocurriendo con el tema del abono? Pues no es que sea Sevilla, es prácticamente toda España. Salvo Madrid, que lo de sus 17.000 abonados tiene un discurso aparte, con cinco millones de habitantes en el entorno, muchas empresas, compañías… En Sevilla, desde el año 92 hemos ido bajando paulatinamente nuestro número de abonados y ahora estamos en una cifra estacionada. Sería muy difícil mantener una feria de este tipo si no tuviéramos tantos llenos.

—Imagino que habrá un estudio de mercado que les indique cuál es la clave para lograr tanta expectación.

—Eso es dar con la tecla, y dar con la tecla es dar con los carteles. Todo el que viene a los toros a Sevilla quiere ver el lujo, sin duda. Y lo que pretendemos, dentro del equilibrio económico que debemos tener, es darle el lujo, que es lo que la plaza se merece.

—Sorprende que desde hace unos años cada vez es más difícil ver que la empresa no llegue a acuerdos con los grandes toreros. De hecho, esta temporada vienen todas las figuras.

—Llevamos muchos años y ya conocemos los gustos de la afición y de los toreros. Les ofrecemos aquello con lo que puedan venir a gusto: toros y compañeros. Y trabajamos en eso. Hay que tener en cuenta que Sevilla es una feria de principio de temporada en la que ellos, junto a sus apoderados, valoran cómo se verán enmarcados. El tipo de ganaderías que maten y los compañeros que tengan será un referente para el resto de la temporada. Si no vienen adecuadamente les marca para el resto de la temporada. Desde hace años procuro que eso no ocurra y que vengan a gusto a Sevilla.

—Alguna de las partes habrá cambiado.

—O será que se llevan bien conmigo. Yo soy respetuoso, trato a todo el mundo bien. Ellos también. Y eso debe puntuar. En una mesa de negociación no te quepa la menor duda que puntúa todo. Y yo, hombre experto en negociaciones, eso lo pongo sobre la mesa.

—¿Qué es más fácil, negociar con un compañero de la patronal o hacerlo con un apoderado independiente?

—No veo diferencias. Lo que sí es cierto, y no lo digo en su menosprecio, porque me llevo estupendamente con ellos, es que la figura del apoderado de hace veinticinco años no es la de hoy. Aquella figura tenía más dominio sobre el torero. Le dirigían la carrera de una manera distinta. Afortunadamente, hoy los toreros se dejan asesorar por sus apoderados pero se controlan más. Quiero decir que los diez primeros del escalafón participan mucho en las negociaciones, lo que hace veinticinco años no participaban tanto.

—La incertidumbre que gravita sobre el nuevo formato televisivo está haciendo que cierto público vaya a volver a la plaza.

—Ahora mismo no estamos notando nada. Hemos subido entre setenta y ochenta abonos. Hay que darle a la compañía esa confianza, comprendiendo que no todo el mundo llega, aterriza y acierta. Tienen unos medios de producción muy grandes. Pienso que se consolidarán a lo largo de esta temporada y que la gente terminará haciendo lo que más cómodo le resulte.

—¿Le preocupa que el proyecto no funcione y deje al mundo de los toros sin formas de difusión?

—Creo que funcionará. Ayudaré como empresario en todo lo que pueda. No es bueno que no haya televisión. No voy a criticar la gestión de Movistar, pero está demostrando que no lo han hecho al cien por cien bien. Por diversos motivos, ahí están.

—Parece que Mundotoro TV se plantea televisar las novilladas.

—En el contrato lo tenemos abierto. En la última reunión pregunté por ellas. Mostré mi voluntad de hacerlo, aunque no hay nada definitivo. Y no lo hice por la economía de esos festejos, sino pensando en esos chavales para que se les conozca en el resto de España. Si no lo han visto, las cosas son distintas.

—¿Cree que el modelo de las novilladas ha quedado obsoleto?

—Como empresario y vicepresidente de Anoet (patronal de empresarios taurinos) siempre me he quejado de que el reglamento nos encorseta e impide que la imaginación vuele. Con las novilladas tenemos pocas opciones. Es más, cuando tuvimos aquí a Marco Pérez hubo un gran problema, aunque la Delegación del Gobierno se portó muy bien. Era un chaval que venía a aportar al festival, que era miel sobre hojuelas. Y otra de las cosas de las que ando detrás es el orden de lidia. No debe ser así, porque no se le da la oportunidad a toreros que acaban de tomar la alternativa. Chavales con muy buenas perspectivas que no pueden matar las grandes ganaderías. Sería una gran ayuda que fuesen por delante de esa figura que lleva 20 años y que buscan a alguien que les abra plaza. No pasa nada. Se les debe conceder el lujo de que maten una de Juan Pedro, Victoriano, Núñez del Cuvillo o Garcigrande con cualquier figura. Lo he planteado ante la Junta de Andalucía y han sido receptivos, pero tiene que salir el reglamento.

—Usted participa en este nuevo reglamento que promueve la Administración autonómica. ¿Qué le está pareciendo su confección?

—Voy a todas las reuniones del Cata (Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía) y le he manifestado al consejero (Antonio Sanz) que estamos demasiados en la mesa. No puede haber veintitantas personas hablando de un reglamento. Para hacer el convenio colectivo del país se sientan el Estado, los empresarios y los sindicatos, que son quienes tienen que discutir.

—¿Cree que no se avanza por la extensión de esas reuniones?

—Sin ninguna duda, porque me consta que hay voluntad por parte de la Administración.

—Algo positivo estará teniendo.

—Va a ser difícil que salga un reglamento al gusto de todo el mundo. La Junta tendrá que dar un golpe sobre la mesa y decir «señores esto será así», porque ponerse de acuerdo con dieciséis sectores…

—¿Qué más ha planteado usted?

—Por ejemplo, las sustituciones de los toreros. Anuncias una sustitución en una novillada con diez días de antelación y el abonado puede venir hasta una hora antes de la celebración del espectáculo. Hace unos años vino Ponce a sustituir a Manzanares y se anunció veinte días antes. Pues una hora antes del espectáculo me llegaron 400 localidades. ¿De quién? De reventas. Eso no es justo. Hay que buscar el equilibrio entre el abonado, al que hay que respetarle sus derechos, y la empresa. Una hora antes ya no puedo vender esas entradas. Son especuladores. Hay que defender los derechos de todo el mundo.

—Históricamente se ha especulado con que los reventas contaban con la connivencia de las empresas taurinas.

—Desconozco que eso ocurra. Ni me quiero preocupar.

—Volviendo a la Feria, se repite la corrida de seis toreros que tanto funcionó.

—De público fue lo que fue. Pero al que fue le gustó. Los ganaderos salieron contentos y un par de ellos cortaron orejas. No la llamaría de la oportunidad porque hay gente que lleva quince años y la oportunidad ya la han tenido en su vida. Desgraciadamente, una oreja ya no sirve para el resto de temporada.

—Dicen que aquel festejo fue una idea de su hijo.

—No fue así. La primera corrida que se hizo de seis toreros fue idea de mi suegro. A mi hijo lo tengo al lado. Y entre él y yo acordamos hacer una de seis.

—¿Le quitamos entonces el mérito a Ramón?

—El mérito es de todos.

—La aparición de Ramón (hijo) parece transmitir unas intenciones de futuro para la empresa Pagés.

—Sin ninguna duda. En el campo le veo que enseguida ha captado la percepción del toro que queremos aquí en Sevilla, dentro de los errores que tenemos todos.

—Siendo un proyecto de futuro, entiendo que vuestra idea es la de seguir por muchos años al frente de la gestión de la Maestranza.

—Esta familia lleva aquí noventa años. Mi suegro llevó hasta treinta plazas. Cuando falleció, dejamos todas y nos quedamos sólo con Sevilla. Pero el mundo del toro es muy amplio y seguiremos concursando y pujando. Por cierto, ahora ha salido el nuevo pliego de El Puerto de Santamaría . En su momento le comenté al alcalde que por dos años no debería sacar un pliego. Al empresario hay que darle su tiempo. Lo normal es que sean sus cuatro años y las prórrogas correspondientes. Hay que conocer a la afición de la zona y uno tiene que llegar y asentarse.

—Un deseo para esta Feria de Abril.

—Primero, que los médicos no tengan que trabajar. El segundo, tengo previsto de siete a ocho ‘No hay billetes’. Que eso se cumpla. Pero para que eso ocurra tienen que ocurrir antes otras cosas, como que los toros embistan y que los toreros estén a su altura para que haya los suficientes triunfos como para que el aficionado se lamente de no venir esos días. Y que el sol nos acompañe.

Publicado en ABC Sevilla

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