Por Álvaro R. del Moral.
La secuencia de los hechos comenzó con unas prescindibles e innecesarias declaraciones de Alejandro Talavante en los micrófonos de la COPE antes de comparecer en la Feria de Julio de Valencia, en la que estaba anunciado junto a Roca Rey. Salva Ferrer preguntó al extremeño por sus sensaciones antes de torear con el as de oros de la baraja taurina. “¿Motiva torear con un torero tan importante, con la hierba en la boca, tan capaz, tan regular, tan apabullante como el peruano…?” “Me es indiferente” fue la contestación de Talavante. Pero a la respuesta aún le quedaban otros adornos. Después de alabar a Morante de la Puebla –menos mal- reconoció que el peruano ha acercado a mucha gente joven a las plazas de toros; pero en la miel había más hiel dirigida a la muchachada. “Necesitan una educación taurina”, fue la apostilla del diestro pacense que acababa de abrir una caja de truenos que, en otro ámbito de la cultura, habría tenido otra resonancia.
La primera coincidencia de ambos –antes del fielato valenciano- fue en la plaza de La Línea. Roca sacó a Talavante a la raya y le brindó uno de sus toros con cara de póquer. A saber qué le diría. Un brindis trajo otro cuando volvieron a verse las caras en la capital levantina. En esta ocasión fue el desmotivado Alejandro el que requirió a su rival para el correspondiente monterazo. ¿Qué se dijeron de torero a torero? Para ellos se queda aunque una cosa queda clara: los asuntos se arreglan en el ruedo, delante del toro. Y que gane el mejor…
Las palabritas del torero extremeño se enredan en su propio bucle melancólico. Por dos razones primordiales. Roca llena las plazas, arrastra a la juventud y cobra “más que el que más”, exactamente lo que pretendía el Tala antes de su sonora ruptura con la casa Matilla. Ésa fue la razón última de su reciente eclipse –que quiso convertir en la antesala de una devaluada reaparición con aires tomasistas- y la causa de esa trastienda mutante que le lleva de la independencia al corazón del ‘sistema’ con pasmosa rapidez. Ese rol de indiscutible y primera figura, el mismo que Talavante no ha alcanzado, lastrado por su crónica irregularidad y su desconcertante metamorfosis artística y profesional, es el que envenena sus sueños. Exactamente lo que Roca es…
Pero hay más: El astro peruano, después de atender a sus jóvenes seguidores a la salida de la plaza de Valencia –que se acercaron a él con tanto entusiasmo como respeto- terminó de adornarse delante de otros micrófonos, los de OneToro TV: “Es una barbaridad ver a tanta afición joven… y tienen mucha educación”. Justo la que no tuvieron los que sacaron a hombros a Talavante, ya hace algún tiempo, convertido en un amasijo de lentejuelas arrancadas en la plaza de Las Ventas. Eso sí que es mala educación taurina…
Un sombrío panorama
Pero la jornada –resaca de un complejo y sorprendente resultado electoral- tiene otro afán. La disgregación política, que podría permitir la formación de un nuevo gobierno sanchista pese a la evidente derrota, no pinta un panorama demasiado halagüeño para el toreo. Si invocamos a Ortega por enésima vez se vuelve a trazar un estrecho paralelismo entre el momento sociopolítico del país y el devenir de la propia tauromaquia. El insufrible Sánchez, que no conoce los escrúpulos, colocará la gobernabilidad de España en manos de los que no creen en ella y sólo luchan por destruir sus señas identitarias.
Y ahí también entran los toros. El mentiroso de la Moncloa tendrá que ir pagando las respectivas cuentas de sus hipotéticos socios de gobierno. Basta asomarse a las pretensiones de partidos –o amalgama de tales- como Sumar para sentir un auténtico escalofrío al leer lo que pretenden hacer con este mundillo. Seguramente tenemos lo que merecemos. Pero hay una fuerza política que ha jugado a ser que no se es contribuyendo a demonizar al único partido que podría haber apuntalado la mayoría absoluta. Se trataba de dar puerta a los peores años de nuestra historia reciente pero los fantasmas siguen bailando.
Que la política es freno o acicate de los toros lo saben bien en Gijón, tal y como comentamos en su día. Fue necesario un vuelco en la alcaldía para que las ruinas del coqueto coso de El Bibio se convirtieran en un recinto seguro y capaz. Debe ser un milagro que ya conocen en Écija… El caso es que Carlos Zúñiga ha podido presentar la feria de la reinstauración taurina en el Principado de Asturias. Entre otros platos, se sirve una encerrona de El Juli o la presencia del novillero Manuel Román en una extraña mixta que delata ciertas protecciones.
Más cosas de la tele y sin noticias de Morante
Pero hay más cosas que comentar. La pasada semana, desde este mismo Observatorio levantamos la liebre de los cambios operados en el seno de Mundotoro TV. A partir de ahora habrá que llamarla OneToro TV, la denominación de la empresa del alemán Moritz Roever –del que nada se sabe- que movió los primeros hilos para desbancar y fundir a negro el papel de Movistar Plus, sentenciada en su papel monopolista en la mesa de los pesos pesados del empresariado taurino, que precipitaron su caída.
Se comentó aquí y lo han hecho después otros medios ampliando algunos datos: Los sevillanos Matías de la Puerta y Luis Garzón, sumados al pacense Ignacio Moreno de Terry, son el nuevo triunvirato del asunto. En la trastienda del cambio hay que ubicar la compra de la empresa Alta Stream –la misma que factura a los abonados- y el traslado fiscal desde Algete a Mairena del Aljarafe después de dejar en el camino a Pablo Romero, otro de los rostros reconocibles en los inicios. En las esquinas del toreo se sigue hablando de la acuciante necesidad de contar con nuevos socios capitalistas. Hay quien pone en la sombra un nombre poderoso que además es ganadero. Pero la pregunta del millón es…¿quién es el verdadero dueño del invento?
Nos marchamos ya, poniendo el punto de mira en Sevilla y su plaza de la Maestranza: este jueves se celebra la gran final del XXXVI ciclo de promoción de nuevos valores de la torería. Javier Zulueta parte como principal favorito de un festejo que anuncia también los nombres de Francisco Mazo y Mariscal Ruiz. Hay ambiente; qué gane el que lo merezca. Por lo demás, la temporada se mantiene en un discreto tono monocorde que se acentúa aún más sin saber a ciencia cierta dónde, cómo y cuándo se producirá la reaparición de Morante de la Puebla que sigue arrastrando una compleja lesión de muñeca que no termina de sanar. La cosa está un poco espesa, como el país…
Publicado en El Correo de Andalucía