Amigos aficionados…
García Lorca escribió no una, sino muchas veces, que la de los toros es la “fiesta más culta”. Podría decirse que, de la misma forma, es una fiesta muy universal.
Y no propiamente porque sea seguida en todo el mundo, sino porque es apreciada por gente que es de aquí y de allá. No solamente de los países donde haya corridas o festejos taurinos. Es de tirios y troyanos, por decir así.
Recopilaba algunas fotos, por ejemplo, de deportistas que han mostrado su interés y afición por la fiesta que Hemingway hizo inmortal con sus narrativas de las fiestas de San Fermín en Pamplona.
Se suma a ese archivo personal una en la que aparece Carlos Alcaraz, la joven sensación del tenis y del deporte español, que tras su eliminación en semifinales del Abierto de Estados Unidos se fue a su tierra, Murcia, y no perdió oportunidad de dejarse ver en una barrera de la plaza de toros, al lado de otro par de famosos murcianos: José Antonio Camacho, leyenda del Real Madrid y de la “Furia Española”, y el torero Pepín Liria.
Tristemente, en redes sociales fue atacado por quienes no gustan de las corridas de toros. Al tenista professional le dieron una estruendosa ovación cuando caminaba en el callejón para irse a un burladero, a donde fue José Mari Manzanares para brindarle la faena de su segundo de la tarde.
Hace poco apareció Dwight Howard, una de las actuales figuras del baloncesto de la NBA, en una barrera de la Plaza de Las Ventas de Madrid, ante sorpresa de muchos. El matador Borja Jiménez le brindó una de sus faenas y obsequió la montera.
Libres para ir a donde quieran, sin duda.
Y muchos otros famosos deportistas, como escritores, músicos, y de otras latidudes han ido a los toros sin ser obligados. Otro que, incluso ha celebrado una Champions League con su capote, es Sergio Ramos. Además, como gran amigo de toreros como Morante de la Puebla y Alejandro Talavante, los días en que torean ellos, Ramos está siempre en un burladero.
Y ni se diga de Joaquín, “el del Betis”, que incluso ha estado en tentaderos enfrentando vaquillas, igual que celebrando sus conquistas deportivas meciendo el capote. Y ahora retirado del fútbol, seguramente disfrutará más de los toros, la fiesta muy universal.
Todos pueden ir a los toros, y hacerlo libremente. Todos cabemos en una plaza, de eso no quedará nunca la menor de las dudas.
Por Gaspar Silveira – Diario de Yucatán