Observatorio Taurino: Barruntos de San Miguel.

Las redes se hacen eco estos días del previsible llenazo de las tres tardes de la feria de San Miguel que cerrará el abono sevillano antes de que el festival del 15 de octubre –que se presentó hace justo una semana- eche el candado a una sobresaliente temporada que aún podría ampliar su catálogo de glorias con permiso de la enfermería.

El cartel de la despedida de El Juli, precisamente, sirvió de primer banderín de enganche a la taquilla, otorgando un plus a un ciclo marcado por otras claves: No hay que olvidar que Morante retorna a la plaza de la Maestranza después de escalar la cumbre de su vida, cortando aquel rabo diferencial que marcó la Feria de Abril, la temporada entera y hasta el primer cuarto del siglo XXI en la larga historia del coso del Baratillo.

También hay que recordar que Roca Rey, desembarazado de las secuelas de la cornada veraniega, concluirá la temporada europea en Sevilla antes de volver a cruzar el charco. Pero hay más: Daniel Luque –seguramente el torero de mejor nivel técnico y artístico de la actualidad- debe comparecer en el coso del Baratillo después de la reaparición intermitente que ha seguido a la incompleta recuperación de aquella fractura de peroné que le frenó en seco en El Puerto.

Pero si hablamos de dolencias hay que subrayar la lesión de muñeca que sigue sin dar tregua a Morante de la Puebla, desbaratando todos los planes previstos. Tenía que haber vuelto a la palestra el pasado jueves en Salamanca pero no fue posible… El próximo viernes, acompañado de Manzanares y Aguado, tendría que oficiar la apertura de la feria de San Miguel, donde debe repetir el domingo –después de pasar por Úbeda- en la cacareada despedida de El Juli. El tercer hombre de ese cartel estrella es, precisamente, Daniel Luque. Una cosa es segura: forzarán la máquina hasta más allá de lo posible y hasta de lo razonable para estar presentes en la plaza de la Maestranza. Después ya veremos…

Posibilidades de crecimiento

La expectación despertada por esas tres tardes nos lleva a otro terreno. Pero el asunto no es nuevo. El pulso de los carteles y el propio desarrollo de la temporada sevillana –la brillantez del espectáculo es su mejor propaganda- han dado alas a la taquilla. Ya lo habíamos mencionado en el encabezamiento del presente Observatorio. El presunto llenazo de las tres tardes invita a pensar en una feria de San Miguel con vocación de crecimiento

No se trata de aumentar el abono. No, en estos tiempos de pan llevar. Pero sí podría contemplarse su reestructuración, mudando festejos de primavera al otoño, también algunas de las novilladas de la Pascua Florida, que podrían tener mejor encaje como preparación artillera a San Miguel. Ya lo dijo el Gatopardo: a veces es mejor cambiarlo todo para que todo siga igual. El ambientazo callejero y turístico que se vive en estas semanas viene mostrando su fortaleza desde hace algunos años a la vez que el serial taurino de abril –o mayo- se antoja un puntito largo y hasta choca con la inevitable mudanza de costumbres. La propuesta no pasa de tertulias y comentarios pero es la empresa la que se juega los cuartos. A ella le compete considerarlo o desestimarlo.

Competencia en el ruedo

Pero hay que volver al rico argumento que prestan los carteles de San Miguel, sin olvidar la consolidación profesional de Pablo Aguado o la recuperación de Manzanares. Hay otro cartel, bisagra del miniciclo, que también se ha revalorizado a lomos del indisimulado pique que arrastran Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey. Se trata de un festejo que tiene a Castella –torero de cuota por obra y gracia de la fontanería taurina- como imprevisible testigo de piedra en la tarde del 30 de septiembre.

Todo empezó por aquellas declaraciones radiofónicas del matador extremeño, “indiferente” a la labor de su contrincante limeño cuando ambos comparten cartel. Brindis envenenados de uno y otro han animado la balasera, recrudecida a raíz de unos quites aquí y allá en la plaza de Logroño que tuvieron epílogo en las redes sociales: con fotos y hasta canciones dedicadas para mantener la tensión. La próxima cita es en Sevilla. ¿Saltarán chispas? Pues siempre fue bueno para la sal de la fiesta…

Parafernalia taurina

Mientras tanto, los previos de la Feria de San Miguel se animan como en los mejores tiempos. Hay ganas de toros, de ambiente taurino y las vísperas del ciclo se llenan de conferencias, conciertos, exposiciones, encuentros, presentaciones… La agenda echa humo y anota las muestras pictóricas de Beatriz Zamora y el Círculo Puerta Carmona; el amplio y rico ciclo cultural organizado por las damas de ‘Mujer y Tauromaquia’ en la Caja Rural, el concierto lírico –homenaje a Chicuelo- alentado por José Luis López en el Alcázar, la charla de Rivera Ordóñez y Juan Ramón Romero, de Carrusel Taurino, en Cajasol; la cita del Club Taurino de Nueva York, el premio de Chapu Apaolaza… Posiblemente haya más. Dentro de cuatro días suena el pasodoble ‘Maestranza’. Y todo volverá a empezar.

Publicado en El Correo de Andalucía

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