Bravo y Santo Espíritu – Encierro Potosino en Alto Son. Cuarta de Texcoco.

Derechazo de Rafael Ortega al cuarto de la tarde.

En medio de la danza de corrales, de sustituciones y de enigmas gratamente sorprende por presencia y por juego el encierro de Espíritu Santo que, desafiando lutos y sequías, ha dejado en alto el color de la divisa que incluso ha acarreado el homenaje al tercero de la tarde. Contrastadas voluntades, aquilatados esfuerzos y capacidades la terna se va de vacío en interesante tarde texcocana.

Por: Luis Eduardo Maya Lora De SOL Y SOMBRA. Texcoco.

Se respira distinto este viernes santo en Texcoco, hay mayor afluencia y el clima es agradable, sol desde llegada, viento como siempre pero cierto es que hay expectativa ante un cartel que comienza moviendo su encierro y ha sido para bien.

“Flores placenteras. Con ellas, vuestro disgusto se disipa.” Elegante damisela recuerda a Rey Poeta, Soberano de estas Tierras. Así, sobre lo escrito por Nezahualcóyotl, remembramos que siempre, a pesar de todo, la respuesta sigue en el toro bravo, en el astado de lidia que hoy de tierras potosinas desafía sequías y complicaciones que disipa sinsabores y que lucen arrogantes –salvo el quinto- y orgullosos la tricolor divisa.

Perfecto aunque corto el primer cárdeno claro, abre plaza y se va largo aunque violento al capote. Rafael Ortega se templa al inicio aunque se le nota incómodo. El burel se va arriba en banderillas y hace que Ortega poco luzca con el toro tan en los medios, apenas un cuarteo se salva.

Cuando sale el toro, sin estridencias aclaro, se retoma el orden y necesarios son los tres pares. Rafael comienza torero de dentro afuera, desde el estribo. El toro aguarda ya en los medios temple, el viento se interpone y el de Apizaco no lo ve claro, menos aun con la mano débil, la zurda. Se aburre el toro y tampoco con la espada Ortega levanta la sensación de que el toro ha merecido más.

El cuarto es muy ofensivo, precioso veleto, menos fuerte de cuerpo que sus hermanos pero con dos leños que imponen respeto. Es muy claro de salida, Rafael gusta y se gusta en el saludo, abrochado con perfecta rebolera y en el templado quite por navarras igualmente bien rematado por bajo. Pero en banderillas al gran cazador le traicionan los cálculos. Inicia bien con un gran cuarteo del que sale perfecto en los medios pero entre el grito de “cortas, cortas” Ortega termina por recortar el buen tranco del toro.

Decepción para el buen toreo. El astado, pese a las ganas de Ortega se queda parado, hay que llegarle muy cerca y provocarlo, en el terreno corto se encela y va al frente pero esta ocasión a Rafael Ortega, pena decirlo, me parece que le ha costado trabajo encontrar terreno e incitar, cerca, pero sin ahogar. No resuelve, se aburre pronto y calladamente sale en su regreso a Texcoco, veremos si esto cambia haciendo “fiadura hasta la tornata”

El segundo ha sido un pájaro, blanco prácticamente, tremendo con esas astas veletas pero tocadas del pitón izquierdo, es decir, simétricamente más debajo la pala zurda que la derecha, de tremenda seriedad, crece aun más por la capa absoluto en gris. Es largo y alto, estrecho y de mirada muy seria. Ignacio Garibay lo intenta con el capote a pies juntos pero el toro protesta y extraño es su tranco como el remate de Garibay.

Perfecto Juan Ramón Saldaña que somete al cárdeno, su altura de agujas le impide humillar normalmente pero es el diestro el que le acrecienta defectos al machetear y no doblarse mandando largo. De cualquier modo, Ignacio soporta el cabeceo y llega a los medios. El toro, es difícil, como tiene que ser cuando la lucha es férrea y la conquista es inigualable.

Pero el sitio de Garibay no alcanza para desviar miradas a partir del toque y la quietud. Hay una tanda muy valiosa pero el resto son dudas, pasajes intermitentes y pinchazos. Cierto que existen los deseos y que el toro termina por cantar a manso, pero para el legado del torero importante habría sido dar la sensación de poder con más diligencia, los pinchazos disparan las dudas.

Realmente el quinto es una decepción, la única del encierro. Disculpas de antemano, abecerrado en todo centímetro, incluso –increíble pero cierto- fue protestado. Garibay se gusta pero todo lo bien que ha estado con el capote lo hecha abajo con la muleta. Hay un trincherazo de nota de inicio, dos tandas buenas, pero lentamente le ganan terreno con el brazo que no manda y el toro se le impone.

Fatal con la espada y descabello, menos mal aun queda tiempo antes de Madrid.

Dice y bien el Rey Poeta: “Nada es para siempre en la tierra//Sólo un poco aquí//Aunque sea de oro se rompe//Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra//
Aunque sea de jade se quiebra.” Arturo Macías más que el jade elige el esmeralda de su terno para tirar de la búsqueda del triunfo en las largas y mejorando en los lances de pie, perfectos, para sujetar al precioso cárdeno obscuro “Ojos Brujos” como esa pieza de la guitarra clásica.

El cuatreño -claramente se advierten los genitales abajo, la cepa gruesa y la cara aseñorada- es perfecto de tipo. Lomitendido, de pecho ancho, badauno bajo, conjunción y simetría, rabo largo que denota finura, astas serias y claro, la disposición a herir. Hace pelea brava con Nacho Meléndez que pega arriba y fuertemente. Este tercero, como toda la corrida, mantiene hocico cerrado y fuerza. Macías, tras comprometidas banderillas, lo ve claro.

Hay momentos en que el hidrocálido vuelve a ser el torero que nos ilusiona. Como en el inicio de faena a la manera de Balderas, tomado del estribo donde alivia y gana pasos hacia las rayas y bajo, oro de sol, pega un torero molinete de rodillas. Elige pasos por fuera de las rayas y llega una tanda acompasada de derechazos, espléndida, no obstante el toro tiene a salir, cuando no se le tapa, con la cara arriba.

Al natural destaca y “Ojos Brujos” se crece. Es entonces cuando el extraño contubernio entre la música y Macías aflora. El número, comienza a chocar, es carreritas abajo, efectos especiales y folclor arriba, derechos reservados de Don Juan S. Garrido. Ahí siguen muletazos de abrazo y empujón. Arturo se molesta cuando se acaba la música y peor cuando pincha.

Más que evidente es que el toreo sabe que hay que hacer pero elige cambiar la seda por el percal. Pero hay agua aun en el abrevadero del torero, esperamos la comparta.

Esto ocurre en el sexto, este sí manso. No obstante, Macías esfuerza las gaoneras y tras brindis a Doña Lucero Domínguez, el inicio de hinojos divide a cierto sector, el siguiente capítulo, erguido, con la muleta delante acompasado y toreando largo, ganando un paso y rematando sensacional arriba, hacen brotar unánime las palmas.

El toro a menos, el ímpetu a mas. Nuevo capítulo del contubernio musical antecede pases de tiovivo y manoletinas. Acierta con solo tres cuartos contrarios y tendidos y al marrar se diluye el único posible y numérico triunfo. Tremendo es el carisma de Macías, la gente le ve con gusto pero si a eso aunáramos el toreo que lo hace ser un torero mejor, otra verso se recitaría.

Lo importante es que otra vez el toro aporta la respuesta fundamental y no permite a nadie la ceguera de la coba. Aunque muchos se mueren por taparlo.

Hoy se ha impuesto la bravura de Espíritu Santo, solo esperemos que esto que hoy es excepción se vuelva, más a menudo, norma.

Porque en viernes santo la crucifixión tiene un solo camino para la redención, el de la resurrección de la bravura. “Dios permita que…”

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Texcoco. Feria Internacional del Caballo 2012. Viernes Santo. 6 de Abril de 2012. Más dos tercios de plaza. Clima apacible con sol al principio y refrescantes nubes después. Viento fuerte durante la lidia de los tres primeros.

6 toros, 6 de Espíritu Santo (Divisa negro, blanco y rojo) que sustituyeron a la anunciada Caparica. Bien presentada en lo general con excepción del estrecho, abecerrado y feo quinto que desentonó malamente con el resto, nunca debió pasar. Bravos al caballo, castigados duramente. Espléndido el tercero, “Ojos Brujos” cárdeno lidiado en tercer lugar y homenajeado con el Arrastre Lento. Bravo el primero, no sencillo. Duro pero con posibilidades, tampoco fáciles, el segundo. Al fuerte cuarto se lo cargaron en banderillas, noble y con fondo bueno el quinto. Manso el sexto.

Rafael Ortega (Salmón y Oro) que sustituyó a Octavio García “El Payo”. Leves Palmas y Silencio. Ignacio Garibay (Grana y Oro) Silencio y división tras aviso. Arturo Macías (Esmeralda y oro) Ovación y saludos tras aviso.

Destacaron a la brega Raúl Bacelis, Juan Ramón Saldaña, Alejandro Prado y Fermín Quiroz. A caballo, dos veces, Nacho Meléndez, no obstante escuchó amonestación sonora por tapar al tercero aunque involuntariamente.

Una respuesta a “Bravo y Santo Espíritu – Encierro Potosino en Alto Son. Cuarta de Texcoco.”

  1. De Ortega no vale la pena hablar, esta acabado taurinamente hablando. Garibay ayer fue una sombra de lo que alguna vez fue, se le vio falto de valor y recursos, uno se pregunta como este señor que el año pasado petardeo en dos tardes en Madrid, podra con lo que poquito que tiene cumplir en San Isidro. Y digo cumplir porque triunfar a su edad con lo medido que anda de todo es imposible.

    El “Cejas” es otro caso digno de analizarse, ya que se empeña en torear mas a la gente que a sus astados. Esta convertido en un torero vulgar, que la verdad dice poco. Que pena que la “Casa Armilla” tenga que tragar con este muchacho que ya no digamos en tiempos de Maestro, vamos a dejarlo en tiempos de Manolo, Fermin Jr y Miguel no se hubiera comido una tortilla dura en esto del toreo….

    Lic. Javier Pedrosa.

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