Finito de Cordoba: “El silencio y el olé seco nos gusta más a los toreros”

Fotos: Javier Arroyo
Foto: Javier Arroyo

Por Manuel Sagüés.

PAMPLONA El propio torero se sorprende al comprobar que son tantos años, señal de que ha atravesado y atraviesa unos años personales felices e intensos con su familia. En su regreso a las grandes ferias desde 2013 está aportando un grado de madurez y poso, como viviendo una segunda etapa profesional con renovadas ilusiones. El artista torero nacido en Barcelona y adoptado en Córdoba habla sobre su origen como torero, de sus motivaciones y trayectoria actual.

¿Cuáles son sus recuerdos más primitivos en torno al toro? ¿Quién le apoyó en esos inicios?

-El que ha estado siempre ahí ha sido mi padre. Yo nací y estuve en Barcelona hasta los 14 años. Prácticamente todos los domingos íbamos a los toros, a ver a las figuras y nos hacíamos amigos de los acomodadores para que me dejaran pasar. También me gustaba mucho ir en la capilla, donde estaba tan prohibido entrar. Quién iba a decir que años después iba a ser una de mis plazas talismán. Es la segunda o tercera plaza en la que más me he anunciado; han sido 12 puertas grandes, un indulto, un rabo de novillero… Por otra parte, qué pena ahora esa maravilla de plaza…

Encaste familiar, entonces.

-Sí. Mi padre era vaquero y mi abuelo era mayoral. Me despertó la afición también los comentarios que hacían ellos sobre las faenas del campo. Y los matadores que pasaban por ahí para tentar. A mi abuelo le unía una gran amistad con Manolete. Me fui ilusionando poco a poco hasta que me puse por primera vez delante de una becerra en la finca de unos amigos de Barcelona.

Lleva dos temporadas como si fuera una nueva etapa profesional, con mayor madurez ¿Qué está buscando?

-Ser feliz. Uno cuando se siente torero es feliz; soy feliz con un capote o una muleta en la mano. Feliz yendo al campo, toreando de salón. Cuando un toro me permite hacer el toreo y expresarme me siento muy feliz. Además, ahora atravieso un buen momento psíquico y físico, estoy pasando un momento dulce y haciendo feliz a mucha gente. He vuelto a ilusionarme delante del toro y eso es una gran satisfacción.

En lo personal se le ve eso, feliz, irradiando equilibrio. ¿El estar tan a gusto no le resulta complicado para poner en riego su vida tantas tardes?

-No cabe la menor duda. He alcanzado la felicidad siendo padre de familia. El tener un hijo y en mi caso la pareja, me llena la vida; soy muy niñero. Ahora recuerdo una frase de mi padre que decía que no sabrás cuánto se quiere a un hijo hasta que lo tengas. Y es cierto, lo máximo y todo lo que haces lo haces pensando en ellos. Pero, eso, lo que has dicho, el salir de casa sin saber si volverás o no, yendo a jugarte la vida es duro y una responsabilidad tremenda. Pero sí es verdad que luego sale el toro, te olvidas de todo y no te acuerdas de nadie. Esto es mi vida y lo que sé hacer. Esto y mi familia; cada día doy gracias a Dios por tener ambas cosas.

En Valencia le vi técnicamente evolucionado, con nuevos conceptos, quebrando más la muñeca en el cierre del muletazo…

-A estas alturas es bueno que uno siga evolucionando, siempre se está aprendiendo. Son muchos los fallos que uno sigue teniendo, pero gracias a Dios esos fallos son los que te dan fuerza para cada mañana levantarte con ilusión para superarte, corregirte y añadir cosas nuevas. Pero en definitiva creo que es el momento, cuando uno atraviesa un buen momento todo fluye con más naturalidad. Al contrario, todo repercute a la contra si no estas bien mental o físicamente. Desde Fallas hasta ahora he mantenido una regularidad importante que nos es fácil en un torero con mi forma de interpretar. Agradecido y afortunado con los lotes que me han tocado.

En San Isidro no hubo suerte para confirmar su buen momento ¿Cómo se sintió en Las Ventas?

-No fue un lote que complicara la tarde, pero tampoco fue el lote para triunfar en Madrid. Aunque tengo que decir que tanto el año pasado como este me he sentido muy respetado en Madrid, me han esperado y me han respetado y ya es de agradecer. Como sabrás dejé de ir a Madrid seis años. Nos pusimos a la contra, unas veces por mi culpa, otra vez por el público, otra vez por el toro… y me sentía mal, pero ya estos dos últimos años me he sentido bien y la gente ha estado muy correcta.

Y ahora Pamplona, a donde vuelve 13 años después…

-Sabía que eran muchos, pero ni me acordaba que eran tantos años. Recuerdo que en 2000 corté una oreja a un jandilla. Pero la vez que mejor estuve, aunque no cortara orejas, fue en 2001 con dos toros de Marqués de Domecq.

Y de su debut en esta plaza ya han pasado dos décadas

-Sí, me acuerdo, fue una corrida de Benítez Cubero en la que también estaba Enrique Ponce. Sí, pero mi mejor tarde fue la del Marqués. Me ilusiona volver a Pamplona a pesar de que sale un toro tremendo y hay un sector que tiene una manera distinta de vivir la fiesta. Pero también hay un sector mayoritario muy respetuoso y entendido. Me satisface volver porque sin ser un torero de Pamplona sí te puedo decir que cuando estuve con el Plus retransmitiendo pude visitar la ciudad y fue muy bonito el cariño que la gente me transmitió a mí y a mi mujer. Me quedé enamorado. Me cautivó la gente por su pureza. Y la ciudad, preciosa.

Se puede pensar, no obstante, que su toreo va un poco a contraestilo de una plaza bulliciosa… Aunque el mismo Emilio Muñoz…

-Y Antonio Ordóñez. Por concepto y forma de ver el toreo sí puede parecer que es a contraestilo. El silencio y el olé seco nos gusta más a su debido tiempo, pero sabemos lo que es Pamplona y no podemos cambiar eso. Pero si tú educas a la mente a lo que te vas a encontrar da igual porque si te encuentras con un buen toro y toreas para ti mismo, sabes que la mayoría de aficionados de Pamplona se va a entregar.

¿Correrás algun dia en el encierro?

-El Plus me querían grabar y estuve toda la semana pensando si corría o no. Al final decidí no correr. En la tele se ve todo como muy grande, pero luego cuando fui con mi mujer por esas calles me parecía todo más estrecho, demasiado poco paso.

Via: http://www.noticiasdenavarra.com/2014/07/10/especiales/sanfermines-2014/rel-silencio-y-el-ole-seco-nos-gusta-mas-a-los-toreros-pero-sabemos-lo-que-es-pamplona-y-no-lo-podemos-cambiarr

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