Opinión: La hora de la verdad

  
Por Jesus Zárate.

Llegó la hora, el domingo las puertas de la Monumental Plaza de Toros México se abrirán para dar lugar a la Temporada Grande número 70, una cifra significativa y que recuerda aquella que se denominó como Temporada de Oro y que celebraba los 50 años de existencia del coso de Insurgentes. Mucho ha pasado desde entonces, lo más significativo es el alejamiento del espectador debido a una administración que se ha especializado en defraudar a sus clientes.

Sin embargo, este año parece que hay una luz al final del túnel y que puede convertirse en una oportunidad única, tal vez la última. Por primera vez en muchos años los principales nombres de México y Europa están en las 20 combinaciones que anunció la empresa que ahora dirigen en conjunto Rafael Herrerías y Pablo Álvarez. Entre los regresos más notorios están los de Joselito Adame y José Tomás. La expectación por buena parte de los carteles es superior a la de otros años.

El renglón que será la prueba a superar será el de los toros. Se requiere que de una vez se defienda la fiesta brava en la capital del país con la invitación al toro auténtico. Recordemos que la constante en años anteriores han sido los animales sin las condiciones para una plaza de primera, y eso sin contar que desde hace años ya no realizan exámenes post mórtem a los astados, es decir, es imposible saber oficialmente si estaban despuntados o no contaban con la edad, aunque a simple viste resulte evidente que a la México le gusta dar gato por liebre.

Otro aspecto al que hay que poner atención es al de la autoridad de plaza, o más bien, a su ausencia. La temporada pasada ni los propios toreros le daban crédito a las orejas que por ineptitud o por indicación repartían sin mayor rigor. Los trofeos en la México tienen que volver a tener peso y ser tomados en cuenta en todo el mundo.

Por último, es el momento oportuno para que los matadores mexicanos tomen el mando de la temporada y se impongan sin inhibiciones ante sus contrapartes extranjeras. Que de una vez por todas se demuestre que no se necesita que nadie venga de otras latitudes a imponer abusos, ya sabemos que los amantes del toro pequeñito, manso y del billete grande, sin contar con otras caprichos, son Enrique Ponce, José Tomás, El Juli, Morante. Si quieren que se les respete como figuras, primero que demuestren que son toreros a cabalidad. A disfrutar de la Temporada Grande.

jesus.zarate@milenio.com

Publicado en Milenio.

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