Ocho con Ocho: Don Alberto Por Luis Ramón Carazo

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Al recibir el mail que contiene los carteles a celebrarse en la Plaza México y en Guadalajara con festejos novilleriles, reflexioné en que mientras existan personas exitosas que con lo que generan en sus negocios impulsen la tradición del toreo, los aficionados debemos de ser agradecidos, porqué de otra manera, ya hace tiempo que el toreo estaría todavía más endeble.

Y se (no me afecta) que expresar público reconocimiento a lo que hace Don Alberto Baillères González, desde hace ya casi 50 años por significar su apoyo a que el toreo no se muera (como muchos lo auguran desde hace tiempo) será motivo para que algunos piensen que ya me salió lo zalamero, allá cada uno.

Pero si lo que están haciendo hoy en día, él y otros empresarios como su socio en La México Xavier Sordo, Juan Pablo Corona , Pablo Moreno, Pablo Álvarez, Miguel Alemán y otros con menos posibilidades económicas, no nos conmueve, es que de plano queremos tapar el sol con un dedo.

Podemos diferir en conceptos, pero en esencia hoy invertir en escuelas de tauromaquia, en novilladas, en llevar a los toreros a prepararse a Europa, en realizar festejos como el de Zacatecas para beneficio de la defensa organizada de la fiesta, invertir en España, criar toros de lidia, en suma estar al pendiente de que la yesca del toreo no se muera y soplarle con tiempo personal y recursos, como no decirles ¡Gracias y aquí estamos!

En cada uno de los festejos novilleriles en La México, hemos visto a novilleros en la categoría de sin caballos que apuntan el cante y detrás de ellos hay mecenazgo que habría que agradecerlo porqué de otra forma no es posible entender que con tan pocos festejos novilleriles, veamos su precoz soltura ante lo complejo que es ser torero.

Y desde luego preocupa el que aquel concepto de maletilla, cada día queda más alejado de lo moderno, pues significa que aquellos toreros provenientes de segmentos populares y que se formaron en la guerra de los festejos en los pueblos, ya no llegan a la altura en la que se pudieran convertir en ídolos populares como lo fueron en su momento El Pana o Abel Flores, El Papelerito.

Formados en la escuela de la vida y no de la academia como hoy la mayoría de los toreros se han preparado, como no fue el caso histórico de El Cordobés que se ungió torero pensando en su hermana “O llevarás luto por mí”

Por eso sin rubor escribo lo que siento, hoy en fechas en que en México pasamos por momentos complicados para quienes dentro de la sociedad alzan la mano y con hechos demuestran su amor por el país, no habría que regatearles méritos.

O como no decirlo si cada vez es más complejo atraer público a las plazas y vemos el predominio del cemento en muchos de los tendidos del mundo y claro es más fácil culparlos como si alguien tuviera la fórmula para regresar a la cultura de asistir a los toros. Si existe aquel que la tenga probada, que la comparta y ya está pero dudo mucho que alguno la posea.

Mientras tanto gracias a Don Alberto, ya son muchos años de no perder el rumbo de creer en lo que le gusta y siente como mexicano, no lo había puesto por escrito, hoy lo hago público, respeto mucho su congruencia y amor por la tauromaquia, así me nace, así lo entiendo.

bb

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