El Juli: «La exigencia que Sevilla tuvo conmigo en mis inicios consiguió lo mejor de mí»

El diestro con más puertas del Príncipe reconoció que no siempre tuvo fortuna en esta plaza.

Por Jesús Bayort.

Siete puertas del Príncipe. A Julián López ‘El Juli’ le costó entrar en Sevilla, pero nadie podrá dudar que le ha cogido el pulso. El torero de Velilla de San Antonio reconoció haber «disfrutado» con sus dos faenas. «Estoy feliz porque es una plaza que, aunque uno tenga mucha presión, consigo salir muy suelto. Confío mucho en los toros y en la afición. Esa confianza me da soltura. Es ésta la plaza en la que más a gusto me siento. Son muchísimas circunstancias las que se han juntado para alcanzar siete puertas del Príncipe. En un momento de mi vida eso me costó mucho, pero esa exigencia de la plaza hizo que yo sacara de dentro lo mejor de mí. Estoy en una etapa más próxima al final que al principio de mi carrera. Y de los recuerdos más bonitos que me llevaré será mi relación con Sevilla».

José María Manzanares también consiguió cortar una oreja del quinto de la tarde, del que afirmó que «tenía un paño en el ojo». «El toro perdía el objeto por el pitón izquierdo. Por el derecho sí obedecía más, pero le costaba finalizar los muletazos. Él tenía la costumbre de apretar para chiqueros. He tenido que pensar mucho para ver de qué manera le sacaba faena y le ligaba muletazos. Con este tipo de toros siempre hay que intentar estar por encima».

Anteriormente, tras pasaportar al segundo, señaló que: «No ha sido un toro fácil. Estaba rajado y a media altura siempre venía pegando derrotes. Por el lado derecho no terminaba de salirse y redondeaba hacia a mí. Embestía mejor cuando le apretaba por abajo, pero así duraba tres muletazos. Tenía que ir intercalando momentos. Por el lado izquierdo me medía más. Con la espada me he atascado, porque él me esperaba y me echaba la cara arriba».

Por su parte, el sevillano Pablo Aguado explicó que el tercero de la tarde, con el que dejó interesantes destellos, «era muy marcón». «Venía muy dormido y siempre se quería ir. Manso total. Ha cantado al final lo que había apuntado con el capote. Finalmente, tras acabar con su último toro de la Feria, reconoció su «pena» porque «ha durado tan poco». «Pero bueno, por lo menos he podido mostrar disposición. Aunque uno siempre quiere más».

Publicado en el Diario de Sevilla

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