Antonio Lomelín y Luna Roja

Lomelín en una tarde en Tijuana

Sol y Sombra

La historia de Lomelín se inicio el 26 de octubre de 1943 en Acapulco, ahí nació. Debutó como novillero en 1965, en la plaza La Aurora, donde también surgió Manolo Martínez.

En los años de 1965, 66 y 67 sumó 61 festejos novilleriles. Tomó la alternativa el 20 de noviembre de 1967 en la plaza de Irapuato, de manos de Manuel Capetillo y como testigo Joselito Huerta. Rebocero, fue el nombre del toro de su alternativa de Rancho Seco.

Confirmó el 18 de febrero de 1968 en la Plaza México, de manos de Huerta y atestiguó Jesús Solórzano, con el toro Olímpico, de José Julián Llaguno.

Confirmó en la Monumental de Las Ventas de Madrid, el 28 de mayo de 1970, con un éxito rotundo, después de que Manolo Martínez no había obtenido el éxito deseado. Esa tarde cortó tres orejas a toros de Moreno de la Coba, al recibir los trastos de manos de Andrés Vázquez y de testigo José Manuel Inchausti Tinín.

Lomelín fue uno de los diestros más castigados de la historia del toreo, pero siempre supo imponerse a la adversidad. Un día confesó, quien se distinguía por ser valiente, que dos veces tuvo miedo en su vida. “En dos ocasiones no sufrí de miedo, sino de pánico. Una fue en mi debut en la plaza de Barcelona. Mi apoderado, Manuel del Pozo Rayito, me dijo que me había tocado el toro chico y, ¡salió una mole de 620 kilos! “La otra, en la ganadería de Reyes Huerta, una vaquilla, me embistió, una ráfaga de aire me descubrió y la becerra me metió el pitón. Una cornada con profusa hemorragia. La Divina Providencia me sacó de ese percance”.

LUNA ROJA

El 20 de marzo de 1975 en la Plaza México enfrentó al toro Bermejo de Xajay, que lo marcaria de por vida cuando en un par de banderillas el astado lo alcanzó en el abdomen. La escena fue terrible: el matador corriendo por la arena de la Plaza México sujetando su propio paquete intestinal.

5 años después regresaba a la Plaza México con un encierro de Xajay rodeado del morbo de Bermejo, saltó al ruedo ese castaño llamado Luna Roja. Y Lomelí lo bordó haciendo la faena cumbre de su carrera.  Ese día, Lomelín apartó para siempre su lugar entre los grandes, ante la misma divisa, que casi acaba con su vida pero cinco años después lo encumbró.

Tuvo otras grandes tardes. Indultó a Notario, de San Martín; y fueron éxitos sus enfrentamientos con astados como Juguete, Bambino y Cervecero.

Lomelí se despidió de los ruedos el 18 de febrero de 1996, en la Plaza México. Un adiós brillante, triunfal, como pocos cortándole dos orejas a “Segador”, toro de Rancho Seco.

Trató de retornar su carrera años después, lo hizo en la plaza Caletilla de su natal Acapulco. Toreó con Eloy Cavazos una corrida de De Santiago y le cortó las orejas a “Costeño”. Pero no hubo más suerte, ni contratos.

Antonio Lomelín falleció el 9 de marzo del 2004 en su residencia de la capital mexicana, sus familiares dijeron que fue por causas naturales, aunque se habló en un principio de un posible suicidio.

3 respuestas a “Antonio Lomelín y Luna Roja”

  1. Tuve la fortuna de presenciar en la gran México esa corrida en la que Luna Roja y Antonio Lomelín se inmortalizaron. Fue un mano a mano con Manolo Martínez. A la distancia la nostalgia crece viendo tristes toros aborregados…

  2. UNO DE LAS MAS GRANDES FIGURAS DEL REDONDEL TAURINO,TE VI TOREAR CON ESA DECICION DE PROFESIONAL EN TUS FAENAS.COMO A MI PADRE QUE SIEMPRE CONVIVI. CON EL EN ESOS MOMENTOS,GRACIAS POR DARNOS ESOS MOMENTOS INOLVIDABLES.

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