Radar Taurino – Polvo de Antiguos Oros. Magno Festival en La Plaza México.

ARRUZA

Festival en La México de viejas glorias, aperitivo perfecto para la Temporada Grande. Encuentro dinástico y benéfico que puede elevarse a un soberbio “Patio” que anteceda al magnífico paseíllo del siete de noviembre.

Por: Puntillero De SOL Y SOMBRA.

Siempre me han entusiasmado los festivales.

Y en la Plaza México tienen tradición y solera. Sin ellos, La México nunca habría tenido la gracia que su arena fuera pisada por Pepe Ortiz o este “Puntillero” no habría visto juntos a Antoñete y José Huerta o, algunos kilómetros hacia Norte,  nos hubiéramos quedado sin ver a Mariano Ramos con el novillo de Arroyo Zarco indultado en 1994 en El Toreo de Cuatro Caminos.

Las faenas aun de corto siguen teniendo torería. Y la causa de hoy ensalza el noble oficio toreril.

Esta vez la Plaza México, a manera de hacer antesala en el bar, nos ofrece uno de los mejores añejos de su vitrina.

Seis toros de diversos hierros, uno de rejones, para Felix Cantú a caballo y cinco más para Eloy Cavazos, Jesús Solórzano, Manolo Arruza, Miguel Espinosa “Armillita” y José Antonio Ramírez “El Capitán” en magno festival a beneficio de los damnificados de Coahuila.

La época presente, tan proclive a evitar el gasto para calentar el ambiente y publicitar los festejos taurinos encuentra cierto empeño en lo anterior al tratar de organizar un Festival taurino previo al inicio de la Temporada Grande. Pero en la Monumental todo lo que se haga adquiere otro talante, agarra esa soberbia torea y cuando se hace bien el tendido la cosa es incomparable.

A mí la idea me parece fabulosa y la organización, aún sin hacer ese gasto que convocaría multitudes, acertó al involucrar una cadena de supermercados norteña al asunto y por primera vez en la Capital vemos carteles más allá de Holbein y Alberto Balderas.

Solo espero, como me dijo Leonardo Paez que, el hombre que ejerce el poder desde la penumbra, Armando Guadiana: “No se harte de los taurinos… Es nuevo en el ambiente y aquí hay muchos vivos” Cierto, totalmente.

El primer mal síntoma lo debemos a Eloy Cavazos. En un arrebato ya no protagónico, sino achacoso, no resistió la tentación de colocar su retrato a todo volumen en el cartel. No entiendo, entonces, como los demás nombres con igual categoría se van reducidosa la mínima expresión.

Afortunadamente eso cambiará en el ruedo. Después de la cabalgata cavacista encabezada por Félix Cantú, acudiremos al encuentro fragante y asolerado de las muñecas de Jesús Solórzano Pesado, personalmente mi ilusión taurina.

Quien crea que “Fedayín” –una de las quince mejores faenas en la historia de La México- es la obra magna que mantiene el prestigio del torero está cometiendo un atentado de lesa torería.

Esta no es una lectura histórica, ya lo contaremos después.

Solórzano es el clasicismo absoluto, es la cintura que siempre torea y sobre todo, ojalá podamos verlo, las fabulosas muñecas que se rompen como dueñas del máximo sueño de la seda, el temple intacto.

Su prístina expresión es donación absoluta congruente plenamente con aquel brindis que hizo en La México al maestro de la cesta punta, Aquiles Elorduy: “Del arte para el arte, por el arte” Cuando recogió la montera acababa de estoquear tras pinchazo a “Fedayín”de Torrecilla, casi nada.

Torear rodilla en tierra, tocando a pitón contrario, con la barbilla clavada en el pecho y citando a matar monumentalmente siempre me ha hecho pensar que cuando torea Manolo Arruza huele a torero.

Claro, no todo se puede porque, evidentemente, el arte del dominio no es para todos. Arruza, denostado por muchos nos dejó patente el día aquel de Pajarito y en su despedida lo que es estar en torero. Hasta en el teléfono. Ver torear a Manolo, y lo he visto y disfrutado varias veces, es de gustar el toreo arrucista en plenitud pero con la dificultad de conjuntar la fuerza del ciclón con aroma a canela.

Esto se hace largo y aún nos queda la Convención de Aguascalientes. Porque olvidar lo que Miguel Armilla hizo hace 4 años en “Flamenco Matador” es darle un manazo a la historia. ¡Qué importa censurar y oír tantas tonterías sobre el torero! ¡Qué ganas de perderse lo mejor!

A Armilla cuatro pases siempre le son suficientes, a los masoquistas no, a sus partidarios sí. Y para eso iremos a verle y aplaudirle. Que lo entienda quien lo quiera entender.

Y nuestro acostumbrado “Caballo Negro” es “El Capitán” O sea, arte a raudales.

Además anda de racha y de está vena. Zacatecas es una muestra. Siempre he pensado que los Calesero son esos toreros que tienen diferencia, sello, personalísima impronta y en el toreo eso es lo que cuenta. Hay de arte y de bragueta. ¿Qué más se necesita cuando se tiene arte? La referencia obligada de “Pelotero” rompe hacía delante pero la verdad este, como Solórzano, es un caso poco estudiado.

Este es solo un aperitivo, aunque tiene más bien visos de una exquisita entrada. Vendrá otro festival, el de Aguascalientes el 12 de noviembre, justo antes de la Revolución.

Será que las corridas bajan y los festivales suben, la realidad es que de corto o de luces un cartel como el de La México es imperdible, es irrenunciable.

Como la torería.

Twitter: @CaballoNegroII.

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