Por CARLOS ILIÁN.
En Sevilla montaron un alboroto el verano pasado ante la actuación de un muchacho con nombre grande y, al parecer, exquisitas maneras. Se llama nada menos que Lama de Góngora, y salió en hombros por la Puerta del Príncipe, deslumbrando a los sevillanos.
Ante estas credenciales había ganas de verle en Valencia. Y, de momento hemos visto un chico que cuida la estética, que quiere torear despacio pero que mete pico hasta aburrir y toreea muy despegado. No tuvo un buen lote, es verdad, pero aquí apenas ha dejado algunos muletazos en el sexto en los que cabía un tren entre el chico y el toro.
Con menos ruido se anunció Javier Jiménez, vivo retrato de Espartaco, su padrino. Se parece físicamente y hace el toreo con la facilidad del de Espartinas. En el cuarto se ciñó en el toreo al natural, llevando muy toreado al áspero ejemplar de El Parralejo. Faena medida y de técnica irreprochable que le valió la única oreja de la tarde después de una estocada tan desprendida como fulminante.
El extremeño Garrido que sustituia a Román lesionado ayer, nos sorprendió por su firmeza, su forma de vencer la violencia de su primero y y demostró tener un valor auténtico. Debe, en todo caso, medir sus faenas que resultan interminables.
PLAZA DE VALENCIA. SEGUNDA CORRIDA. UN CUARTO DE ENTRADA. 10/03/13. Novillos: EL PARRALEJO (1), mal presentados, con más movilidad que clase.
Novilleros |
JAVIER JIMÉNEZ: de azul y oro (2). Estocada delantera y desprendida (saludos). Estocada desprendida. Un aviso (una oreja). |
JOSÉ GARRIDO: de tabaco y oro (1). Pinchazo hondo. Un aviso (silencio). Estocada caída. Un aviso (palmas). |
LAMA DE GÓNGORA: de celeste y oro (0). Estocada tendida y atravesada y un descabello (sielcio). Siete pinchazos y cuatro descabellos. Dos avisos (silencio). |
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