Mayorazgo Rojo y Negro – Abre Arroyo triunfa Piedras Negras.

Llega por fin la apertura en Tlalpan y se hace con el novillo por delante. Ayer Piedras Negras pisa la capital con la dignidad por todo lo alto, con el inevitable peso de la historia y el rojo vivo de la emoción que tiene al aficionado al filo del asiento y con la mano todo el tiempo en el corazón.

Por: Luis Eduardo Maya Lora.

Sería desde el medio día cuando en las “Fuentes Brotantes”, a la orilla del Parque Nacional del mismo nombre, se percibe el movimiento tan típico que trae un festejo taurino. Economía, gusto, sonrisas, ilusión y miedo, claro.

Más si la novillada anunciada tiene el hierro de Piedras Negras.

Esa sensación, sobre todo de importancia se traslada a los aficionados, muchos acuden vestidos de rojo y negro. Mascadas entre las damas, camisa y chaleco en los caballeros. Y van así porque derrochan categoría, como igualmente hace de Piedras Negras su ganadero.

Con el nervio acostumbrado, la seriedad del centenario peso de una sangre y una estirpe siempre cuestionada, el actual amo de Piedras Negras arriba a la Plaza estrechando y saludando los fieles que siguen su divisa a todas partes. Pocas veces lo pueden hacer en la capital. Ayer es la ocasión de volver a ver los toros de mayor predilección del entendido.

Son toros para poder, para ser y estar en torero y sobre todo para poner a prueba a la crítica y a toda la asistencia. Muchos les etiquetan de duros incluso hay quienes no los pueden ni ver en pintura y los evaden equivocadamente. Se olvidan que este es el toro que históricamente ha dado el gran sitio al toreo mexicano porque es un toro, decía Juan Silveti Reynoso, que enseña a torear.

Muchas veces puede irse largo con el capote. Ayer el primero muestra ello y se acentúa cuando Paulo Campero le recibe hacía delante y rodilla en tierra, con sello y torería. Pudo haber llegado a los medios, opta por levantarse y rematar con media. Silencio absoluto en la Plaza.

Picado el novillo, Campero, valiente y decidido,  quita por alto en tafalleras y se lo juega alegremente en las gaoneras a compás abierto. Se ovaciona la brionesa por remate. Toma las banderillas, con concepto clásico, enmonterado, pero sin mayor alcance al banderillear desigualado y casi entablerarse tras el segundo al violín y luego, bien, de dentro afuera cierra el tercio.

Decimos que Piedras Negras dicta y enseña. El novillo muestra la cara arriba desde el capote. Tras brindis al gobernador González, Campero le deja ir a su aire y “Jerezano”, nombre del cárdeno del corbatín, se crece y va para arriba. Tarda en estrecharse y en mandar.

Está variado y en momentos con la mano derecha se observa largueza y mano firme. El novillo berrea y sale con la cara arriba. Campero destaca en los remates, trincherillas y cambios de mano. Hay un avance, cierto, hay soltura también pero no claridad al matar donde está fatal. Chalecazos a toro arrancado y mano abajo. Pena pues Campero, a pesar de lo difícil del novillo logra momentos de emoción. La espada es Ley suprema. Ayer sufrió su peso.

El segundo es una vuelta al pasado. Más cercano al Siglo XX que al XXI, aleonado cárdeno claro de imponente presencia. La Plaza tarda en reaccionar pero le ovaciona. Impone su presencia y le premian con un cráter como segundo puyazo dirigido a destrozar su movilidad. Vaya un boquete que le hacen en varas. Pero la sangre es llama y con ella se aviva ante el intento de quite de oro de César Ibelles donde es lógicamente volteado.

En banderillas y muleta pone las cosas duras por el pitón derecho pero llega al último tercio con suavidad y temple plenos por el otro pitón. Ibelles hace un esfuerzo tremendo por ir a los medios y, no obstante la enorme distancia y la muleta retrasada el piedranegrino se regodea por el lazo zurdo. Tarde lo entiende. Solo queda el golletazo final, increíblemente aplaudido e inverosímilmente premiado por el Juez.

Riguroso y musical intermedio antecede a la salida del más hermoso del encierro. Otro cárdeno de cepa impoluta y punta negra, de rojo listón en el lomo rematado con una mancha alba y que se llama, en histórica alusión, “Pluma Blanca”. Va largo al capote, humillado y con clase. Camilo Pinilla, con un concepto demasiado restringido, se empeña en recortarle en el saludo y en las chicuelinas.

Decíamos en “Radar Taurino” que el toreo natural siempre vale más. Ponerse en los cites naturales y romper largo a estos novillos es fundamental. Pinilla liga pero el trapo retira, insiste en los cites por la espalda y el novillo queda inédito. No nos olvidemos de este notable cárdeno que se quedó esperando una muleta. Solo encontró voluntad y limitación.

El cuarto, más chico, es para el debutante en Tlalpan Xavier Gallardo, de Hidalgo. Novillo duro, que vende carísima la tercera embestida y que en los cites contrarios al remate exige aguante y toque. Pese a andar por todos lados del ruedo hay momentos en que Gallardo le hace tragar, luce en los remates e incluso le corean.

Sin embargo, hay partes en que se ve tan apurado que duda en lugar de tocar ante los parones y los de la corbata cuando novillos, aún perdonando el percance, dejan en evidencia. No obstante, siempre se agradece la muleta cuadrada y la búsqueda de un toreo natural mejor. Gallardo lo intenta todo el tiempo y, al igual que Campero, merece nueva oportunidad.

Tras la discordia laboral, la concordia taurina la trae el toro. Si tan solo tuviéramos la memoria histórica suficiente, la seriedad y el compromiso necesarios para hacer una mejor fiesta un encierro rojo y negro exigiríamos en cada uno de los grandes compromisos taurinos en México.

Porque una ganadería como la tlaxcalteca exige compromiso y seriedad. Tener la disposición a  jugársela y en serio, pone las cosas en orden y no da concesiones. Dentro y fuera del ruedo.

Por algo varios siempre que escuchan Piedras Negras levantan la ceja.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza Antonio Velázquez – Arroyo. Sábado 3 de Septiembre de 2011. Primera Novillada de la XXI Temporada. Dos tercios de plaza.

4 novillos, 4 de Piedras Negras (Divisa negro y rojo) Parejos de hechuras salvo el aleonado segundo. Serios y con emoción, recargaron en el caballo no obstante el último en algún momento quiso huir. El primero berreó y pasó con la cara alta. Pegaron terriblemente atrás al segundo, ovacionado de salida y que tuvo un buen lado izquierdo. Importante el tercero con gran profundidad en su embestida. Duro el cuarto con importancia en su difícil embestida.

Los novilleros Paulo Campero (Marfil y oro) Ovación. Cesar Ibelles (Purísima y oro) Oreja. Camilo Pinilla (Nazareno y oro) Silencio. Xavier Gallardo (Blanco y plata con remates negros) Ovación. El segundo espada omitió en feo de talle utilizar la faja.

Saludó Christian Sanchez tras banderillear al tercero. Tarde regular de los de a caballo.

Deja un comentario

Descubre más desde DE SOL Y SOMBRA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Descubre más desde DE SOL Y SOMBRA

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo