Opinión: Los Viudos del Pana

¡Ay mi Pana! Lloran las lloronas por los rumbos de la Plaza Garibaldi.

Por Luis Cuesta para De SOL y SOMBRA.

Decían que habían venido del cielo, que el trigo y las semillas que habían traído con sus palabras, eran la fuente de la verdad. Decían que no morirían como su ídolo caído, porque sus palabras serian inmortales. Es por eso que desde sus oscuros rincones llaman herejes a los que no lo conocieron, porque estos no habían oído la doctrina del brujo del cempasúchil y no tenían como piedra de su fe aquella temporada del 78, de la que algunos de sus viudos (as) desde sus etílicos recuerdos se refieren a esta como el génesis del mártir tlaxcalteca.

Por eso no creían nada de lo escribieron aquellos nacidos después de 1978 ni osaban en confiar en ellos. Ya que ellos son los únicos capaces para oficiar la misa con la que habría de recordarse para la posteridad al hechicero de Apizaco y con ello predicar con “amplio conocimiento” en el desierto, el lado pobre del torerillo que lucho en contra de los ricos, venciendo con su sacrificio el lado negro del taurinísimo, aun a pesar de la tragedia humana que lo perseguía junto a una enorme desolación atónita que siempre le acompaño en vida al atormentado brujo tlaxcalteca.

En soledad vivía/ y en soledad ha puesto ya su nido…. brindan sus viudos.

Pero la pregunta que nos hacemos los herejes post clase del 78’ es: ¿Donde estaban los viudos del Pana en los malos tiempos? ¿Acaso estaban ahí cuando se perdió en el laberinto del alcohol y vivió de la caridad? o ¿Alguna vez lo acompañaron al centro de rehabilitación AA “La Concepción” de Santa Ana Chiautempan o al anexo en Cuernavaca?

Ya lo dijo El Pana alguna vez en una entrevista al periodista Francisco H. Reyes del Sol de Tlaxcala en el ya lejano año del 2009: Amigos pocos.

Es por eso que no deja de sorprenderme que esos falsos viudos, seguidores o conocidos del Pana, critiquen con los cuchillos desenvainados las manifestaciones sinceras de aquellos que si bien no conocieron al brujo personalmente, llegaron a admirar al personaje en vida y quizás lo harán aun mas tras su “sacrificio azteca” con el cual se evaporo de este valle de lagrimas, amargura y soledad en el que viven muchos “críticos” taurinos y seudo periodistas, quienes piensan que por escribir rumores y chismes, que les llegan a su whatsapp, están evocando a Hemingway o Pepe Alameda. Cuando la verdad no son más que remedos del actual periodismo taurino moderno, que se encuentra corrompido y viciado en la mayoría de los casos por su nula rigurosidad y su poca credibilidad.

Así que por favor estimados viudos del Pana: No mamen.

Es lo que digo yo.

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