La Presunción de Tripolaridad –Triunfos y Relajos. Abre la Temporada Grande.

Capetillina de Saldívar en su triunfo en La México. Foto: @Colorjay

 

Anticipamos un garabato y ha sido algo peor. Una terrible y lamentable escalera de San Isidro. Aún así, en muestra de poco decoro taurino, los ganaderos se han dado una vuelta “risa y risa” en lo que fue el final de un alocado, dislocado, desmandado y revolcado festejo que, a modo de maratón, abre una Temporada que será importante en medida que los encierros lo sean.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Fotos: Jorge Prado.

Seamos francos, a los toros vamos a emocionarnos. La diversión dejémosla para otros sectores aquí hablamos de la sublimación de las grandes emociones humanas o del ridículo de los más elementales escrúpulos.

Así tenemos que la Regia Inauguración lo es por el incomparable marco: la Monumental México en su aire catedralicio, plena y rebosante en ilusión con su magno paseíllo dibujado sobre un tapete de armoniosas y coloreadas flores, así como la afirmación, por supuesto, de la vigencia plena del derecho de la libertad de los aficionados.

Bien por la Porra Libre, setenta y cinco años o más los contemplan. Ayer han elevado la etiqueta “#SíalosToros” al nivel de un grito de guerra infranqueable que dice: “¡Toros Sí, Toros Sí…!” Vuelta al ruedo inolvidable junto con los toreros bajo la “apasionada entrega” de la multitud congregada. Anticipamos tal manifestación, nos congratula ser parte ella. Solo esperamos que no se diluya.

Vamos a los hechos.

El turno que más se disfruta en toda la Temporada es el que abre la misma, cuando el frío llega, los sentidos se afinan, se guarda silencio y los pergaminos prevalecen en los tendidos. Todo esto bajo un cielo taurinamente encapotado con plateadas candilejas iluminando la escena. En medio del celaje gris, en bugambilia y oro enfundado, Diego Silveti luce con el capote en las verónicas con las que peina el tercio y remata soberbio, verticalmente, en los medios de la Plaza.

El zambombo que abre plaza, retacadísimo y flojo cárdeno claro, se llama “Rey David”.

Amenaza con quedarse parado porque ante el caballo demuestra falta de raza, es decir, lejos se encuentra su juego de la evidencia de comportarse cual toro de lidia. Ante ello Silveti en los medios abre el compás en la gaonera para lucir clásicamente en el lance natural con el capote por detrás del cuerpo. Clamor y rebolera por detras en el remate.

Un rumor de expectación alienta la confirmación tras breve segundo tercio donde el isidro busca oxígeno desesperadamente. La liturgia, sucesión de ritos, queda perfeccionada en la emotiva e histórica confirmación de alternativa, que tal como hace Ponce,  así tiene que ser, solemnemente, como se confirma el doctorado. Inmortalidad pura. El estrujante inicio por alto, rematado perfecta y desdeñosamente muestra la proclividad de Diego hacía el bien hacer.

Inicialmente, con la derecha primero, con la zurda después, Silveti luce porque templa calmadamente. Pero, a falta de una esquina competente, Diego acorta demasiado pronto las distancias estorbando. Aflora la bisoñez en la segunda mitad de la faena y me atrevo a decir que la tarde se rompe cuando es terriblemente empitonado, taleguilla rota. Ahí comienza la corrida su camino hacía la distracción.

Luego, la desesperante forma de matar indica que el Principado ha de instaurarse a golpe de espadas y, por favor, por pitón derecho, no por fuera. Preocupante es, por principio, que Diego no se arme a la muerte hilado al asta derecha de su enemigo.

Silveti, al Natural. Foto @ColoJay.

Ovación tras pinchazos.

Se quiebra el aire regio de la tarde en la sucesión de reclamos a Ponce por la presencia del cárdeno segundo.

No sé que esperan para traerle, ya que le gustan los cárdenos, con Piedras Negras. O, ya que le gustan los atanasios, con la corrida española de Barralva. Esto señores, sí acaso pretenden hacer historia. Y lo digo por todos los involucrados. No tarden. Aún queda tiempo, pero no mucho.

La presunción de ilegalidad impera en el disparejo criterio, tanto del público como de la autoridad que deja pasar tanto al titular segundo como al estrecho, cariavacado y zancudo sobrero. Nada que escribir a casa. Lo malo es que a punto de llegar a un colapso, los monosabios equivocan al anunciar al segundo reserva para innecesariamente levantar sospechas.

La gente inculpa a Enrique Ponce pero perdona a Arturo Saldívar.

Impresentable la alimaña que hace de tercero, mansa hasta decir basta. Rasgó, dobló contrario, tardeó, se quedó corta con el torero que trata de llevar largo. Hay emoción porque hay peligro, si tan solo el trapío hubiese sido mayor… Solo al final, atacando y procurando mandar, aminora la protesta del manso. Como pincha todo queda en fuertes saludos.

Mitad de corrida y “El Garabato de San Isidro” nos sume en la desesperanza.

La llovizna aparece cuando Ponce toma el trapo rojo. Antes gustoso y lucido regala magníficas verónicas de recibo y lances en el quite a pies juntos. El cárdeno cuarto, mejor presentado, comienza alinear su tranco cuando imperial, Enrique se dobla espléndido en un palmo de terreno respetando el lado derecho del toro. Pongamos atención. A un toro inicialmente manso no hay que darle tiempo de pensar, hay que levantar arcos. Ponce lo hace bajo la contraporra más allá de la segunda raya.

Y al arco clásico inicial el valenciano añade un canal donde el toro no habría de escapar nunca. Aunado a la presentación exacta del engaño, hace Enrique queel burel camine para aflorar lo más posible su escaso fondo. El ojo contrario tapado, el cite con su clásico “bamboleo” por toque y el trazo largo endilgan naturales saliendo al frente sin atacar la salida de cada muletazo, andando tras el paso del toro en los remates por alto o las pinceladas por abajo.

A pesar de que a la poncina el viento interrumpe, Ponce resuelve incluso en el exceso de pasar de faena al burel. Deja media tendida y trasera que no impide que doble el toro tras gran puntilla de Emilio Ríos que ha estado formidable toda la tarde. Oreja como premio y vuelta al ruedo con paso de Emperador.

Por fin sale el toro, ocupa el lugar de honor y es para el de la Tierra Colorada. El hambre de Saldívar es tal que al mismo le rebasa, fundamental para ser figura del toreo. Pero el freno de la sosería, de la vista encima del palillo en reflejo de mansedumbre, le pone de cara a este quinto , un altísimo cárdeno, serio de cara y con muy poco de bravura.

Como Saldívar sabe que en una época de toros mansos hay que construir se lo juega completo en los medios, a pesar de la concebida concesión al tendido. Pero donde importa es al correr la mano y mandar.

El toro es corto de todo y solo en el tercio parece responderle a Arturo tanto como el rugir del público. Fuerza al límite de la joselillina cerca de matadores, valor a toda prueba, un espadazo caído y la presión que no aguanta Gilberto Ruíz Torres, el incapaz Juez de Plaza, otorga una segunda oreja tan gris como la capa del toro. Criterio para unos no es el rasero para otros en clara señal de inequidad.

Estamos en La México y el derroche del Toreo se confunde con el despilfarro del toro de relajo.

A Silveti no le funciona el manso sexto que está lastimado de las patas traseras como indicó una señorita tan solo al verle salir. Regala Ponce uno, Saldívar inexplicablemente otro y, por antigüedad forzado, se queda hasta el final.

Cómo la autoridad, que tiene la decisión de autorizar el regalo, manda menos que un aficionado práctico sin experiencia a una vaquilla de destete, forma un sainete al autorizar tres regalos. Ni cielo, ni luna ni mar, solo absoluta confusión cuando comienzan los tiempos extras que dirigen una barca sin rumbo fijo.

Hay peligro ciertamente en la lidia del séptimo. Toro número 127, de nombre “Escultor” con el hierro de la vacada titular. Destaca Manolo Quinta a caballo donde borda espléndido y mesurado el puyazo. En señal de despedida –Ponce enfundado en tonos sepias, primer síntoma- el brindis al histórico Antonio Tejero es la más sincera declaración de intenciones. La faena que viene es el mejor homenaje a su hombre de confianza.

El toro comienza a complicarse subrayando su peligro, pero lo explica Jorge Caso en su barrera: “Estando Ponce esto prácticamente no se siente”. Y es cierto. En el arte el escaño más difícil de poseer y alcanzar siempre será la facilidad, la complicada perfección de la sencillez.

Por ello para Enrique Ponce construir, levantar de las cenizas la incinerada bravura para con ello hacer andar a un descoordinado cárdeno claro, es cosa “fácil”. Basta tirar del valor y de su verticalidad. Parece que la bravura del isidro se reduce al hollín del rescoldo pero los muletazos al paso, hay uno de la firma soberbio de inicio. El aire entre tandas, la lección soberbia de desentrañar un enigma y la largueza del trazo con la izquierda construyen una obra sensacional.

Mientras otros se ponen donde tiene que ir la muleta haciendo que el toro quede corto, Ponce deja el engaño en el sitio que se requiere, administra alturas, sobre manda embestidas y deja cromos tales como los pases de frente con la derecha, el nuevo pase de la firma que castiga y desdeña el arreón del cárdeno y por supuesto los cambios de mano plenamente incomparables.

¿Cómo entender un público que vibra mucho que se divierte más y se emociona, taurinamente, menos?

Respetamos la tripolaridad que castiga el pinchazo en alto pero que premia la entera caída, que carece de fondo taurino para exigir la vuelta tras la ceguera del usía que se limita al número de pañuelos. Ridículo de la Autoridad en el palco negando.

Da la impresión que Saldívar reserva para sí “la parte del león” a costillas del nieto de “El Tigre” en el jaleo callejonero previo al toro de “relajo”. Nada más falso. En los toros no hay quejas. Al que no arrebata, le arrebatan y el tema ha sido la lenta “esquina” de Silveti y claro, la carencia autoridad. Si tan solo el usía hubiese hecho uso de la facultad de restringir el regalo a Arturo Saldívar, la norma de corrección habría indicado que el obsequio fuese para Diego.

Pero la cosa está hecha. Se llama “Buen Mozo” y es un cárdeno bien hecho sin estridencia alguna en sus astas. Salvada esta causal de improcedencia, Saldívar se encuentra con el azúcar, tanto en la villaltina como en el pase cambiado. Ese inicio abierto en los medios y para arriba será muy vistoso pero una vez que se remata, ha de venir lo grande.

El ímpetu de Saldívar, el hambre del “self made man” debe mesurarse cuando se encuentra a una hermana de la caridad como este octavo cajón. El turrón se puede romper y diluir. Esto no pasa porque Arturo procura llevarle largo pero inicialmente atacando en exceso. Bajadas las revoluciones, mandando más, procurando llevar el brazo al vuelo, Saldívar liga, académicamente perfecto con aguante y gusto, llevando al límite la emoción del público.

La faena, correcta y bien trazada, no raya a grandes alturas al natural ni se reviste de mayor sabor, fantasía –sobre todo- y abandono. Demasiado preocupados parecen los toreros por los puntos de los apéndices. Muchas dosantinas, efectos especiales por la espalda, valiosos claro, solo que un ejemplar como el de San Isidro hay que verle al natural, cosa que no ocurre y que deja hueca la faena.

Casi nadie lo señala en medio del relajo. Una gran ejecución del volapié, no obstante la estocada es entera pero trasera.

El Juez, en borde de locura, asoma el pañuelo verde. Nada que comentar ante el despilfarro que coloca a Saldívar a la cabeza de la emoción pero ante la expectativa de verlo de nuevo y si se puede con algo más serio. Que el que no asegunda…

Menos mal los de la Tierra Colorada ganan la partida a los costaleros recurrentes y se fueron con el torero a hombros. Cual debe de ser.

Estoy seguro que así seguirá siendo. Esperemos ocurra esto en los cinco minutos de cordura que, como “el aura del pinchazo”, vienen y van de la gran plaza. El transtorno tripolar que sufre la Plaza México puede ser medicado con una palabra muy corta y muy franca, que no a muchos gusta, seriedad de juicio.

Esa que muchas veces el toreo nos hace perder. Difícil pero necesaria cosa.

Twitter: @CaballoNegroII

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada Grande 2010-2011. Regia Inauguración. Noviembre 6 de 2011. Primera de Derecho de Apartado. Casi lleno en tarde fría con cielo gris  e intermitente viento. Llovizna tras el cuarto igualmente intermitente. Mucho ambiente y gente guapa en los tendidos. Reventa descarada.

9 Toros, 9 de San Isidro (Divisa Azul rey, amarillo y rojo) El segundo bis sustituyo al titular devuelto por chico. Salvo quinto y sexto, el resto ha sido un muestrario de estrechez, pequeñez y comodidad de astas. El tercero impresentable. Ninguno demostró bravura manifiesta siendo el octavo nobilísimo, pastueño y homenajeado con el Arrastre Lento.

Enrique Ponce (Tabaco y oro) División, oreja tras petición y saludos tras bronca a la autoridad en el de regalo. Arturo Saldívar (Obispo y oro) Saludos, dos orejas con protestas y dos orejas y rabo con leves protestas en el de regalo. Diego Silveti (Bugambilia y oro) que confirmó su alternativa. Ovación y palmas. Saldívar se fue a hombros.

El tercer espada confirmó su alternativa con “Rey David”, cárdeno claro de San Isidro.

Pese a anunciar regalo, Silveti no pudo lidiar un noveno toro por falta de astados reseñados en los corrales. La autoridad intentó anunciar mediante megafonía el hecho sin que se aclarara totalmente su razón.

Pésima tarde de Gilberto Ruz Torres en el biombo.

Se despidió tras una vida en los ruedos Antonio Tejero, primero de la cuadrilla de Enrique Ponce en emocionante vuelta al ruedo. Las cuadrillas a pie tuvieron una pesima tarde. Destacaron a caballo Manuel Quinta y Carlos Domínguez Márquez picando los regalos en ese orden. Durante toda la tarde destacó el puntillero Emilio Ríos, certero y discreto.

22 respuestas a “La Presunción de Tripolaridad –Triunfos y Relajos. Abre la Temporada Grande.”

  1. Estimado Luis Eduardo,

    Al ver tan atinados comentarios de serios aficionados y buenos amigos,he dudado en atreverme a dar mi opinión, pero hay que ir al toro, asi que espero no salir muy raspado.

    Primero, felicitarte por una crónica soberbia, centrada, sin cobas y con un ojo que detecta lo que muchos no alcanzamos a ver. La redacción ha sido poderosa, cual doblón del maestro Ponce.

    Segundo, comentarte que como aficionado disfruté mucho de la tarde inaugural, de la parafernalia que rodea a la fiesta, del ambiente en el tendido y del despliegue de estilos e interpretaciones de la tauromaquia que los 3 matadores dejaron en el ruedo.El encierro no me gustó, pero creo que vimos a 3 matadores que siempre estuvieron por encima del Toro, demostrando las ganas de romper o de mantenerse en la cúspide, según sea el caso.

    Diego no tuvo suerte con su lote más tuvo voluntad y se ve que los genes que marcaron una dinastía familiar han pasado completos a su ADN. Va a romper, auguro, en el corto plazo.

    Ponce es un maestro y ha toreado con una templanza que eriza la piel. Escuché a muchos reventadores gritarle improperios. Ellos son en mi opinión, el peor tipo de aficionado, peor que el villamelón o el paseador de chamarras. No estuve de acuerdo con la severidad con que varios personajes en los tendidos trataron a Enrique. Ojalá y la gente guarde mayor respeto a quién se dedica a crear arte estando siempre en peligro de muerte.

    Saldívar pinta fuerte para ser figura del toreo. No estoy de acuerdo en la gente que intenta demeritar su esfuerzo e inteligencia al aprovechar los toros que le saltaron al ruedo. No me gusta el toro de regalo, pero si se requieren 9 toros para que los duendes bajen, pues que asi sea. En mi humilde opinión, el arte no tiene numero de toro, ni distingue entre si fue un toro “oficial” o de regalo. El arte aparece en cualquier momento y es nuestra buena suerte estar para presenciarla y vibrar al apreciarla.

    Por ultimo, coincido con Maria Ramírez cuando hace alusión al tema de las emociones. Para mí, la tarde ha valido la pena cuando un torero ha logrado que me levante de mi asiento a aplaudir, que mi piel se erice con un trincherazo y que me broten las lágrimas con un remate de faena inolvidable. Dicen que “a los toros, como en misa”, pero en la misa también se canta, se vibra y se llora (Y mira que soy agnóstico). Parte de mi afición se debe a lo que la tauromaquia logra hacerme sentir y creo que eso a veces nubla mi juicio y seguramente será mi kriptonita taurina.

    Para desnublarlo y tratar de encontrarle objetividad a la emoción (if possible) es que leo tus críticas y disfruto mucho cuando hemos compartido lugar en el tendido. Te agradezco que compartas con nosotros tu conocimiento y tu sentir taurino. Es un honor y un privilegio aprenderle a los mejores. La temporada apenas empieza y ruego por que sea memorable para todos. Luis, Que sigan los éxitos, que viva la fiesta Brava y sobre todo, #sialostoros!! .
    Un fuerte abrazo
    Aureliano

  2. Saludos Eduardo. Muy buen artículo y muy atinado el título, la tripolaridad a la que te refieres tiene como característica esencial lo que se vivió ayer: incongruencia. Coincido contigo en que Ponce no fue suficientemente valorado y el rabo de Saldívar fue exagerado. La falta de fondo taurino del público a que te refieres es preocupante y tiene como consecuencia esa tripolaridad. De la autoridad mejor ni hablemos.

    He de confesar que hubo momentos que sentí que no entendía nada de lo que pasaba en la plaza. No coincidía en casi nada con el comportamiento del respetable, sus peticiones y menos con las decisiones del juez. Da tranquilidad que encuentro muchas coincidencias entre mi percepción de la corrida de ayer y tu análisis. Un abrazo.

    • Estamos de acuerdo en todo. Felicidades por el comentario que bueno que hay verdaderos aficionados, amantes de los toros y sobre todo conocimiento de la fiesta brava. Este tipo de comentarios educa al aficionado taurino aunque muchas veces poco conocedor de la fiesta brava. Felicidades y gracias

    • Agradezco tu comentario Hugo…

      La realidad es que hay terribles accidentes en el hilo conductor de la corrida. Pero las figuras del toreo le pueden a todo, Ponce lo ha demostrado, muchos apenas se dieron cuenta.

      La lección es no fiar en un público que le encanta lanzar los cojines ni en un Juez tan blando e interesado como Gilberto. Lo digo con pena porque ha sido un torero y es una buena persona.

      Pero este es la segunda vez que hecha a perder una gran corrida. Acuérdense de aquella negativa a Joselito Adame la “Tarde de la Década” pasada…

      Me encantaría saber las razones de Juez cosa que no ocurre.

      Un abrazo

  3. Felicidades por esta crónica, al menos me deja la tranquilidad de que mas gente vio lo mismo que yo en los tendidos. Me deja un mal sabor de boca la seríe de incongruencias que se presentaron ayer. Estamos en el máximo coso de América¡¡¡ Les comparto mis impresiones en la siguiente liga http://t.co/OFZIC6fN

    • Estimado Humberto:

      Gracias por tu visita y he de decirte que el “caza cartelismo” previene al buen aficionado taurino, que es el que mayor interés pone en la Fiesta, de los grandes carteles.

      Porque no podemos ignorar que un aficionado que acude a 12 novilladas, a festejos en provincia, que lee y fomenta sus hábitos taurinos, aporta mucho más al acto de la corrida que aquel que es un aficionado “funcional”. Atención, hace falta todo público, ese que siempre es bienvenido. Pero antes, ese público originariamente ocasional, repetía al siguiente domingo sin importar el cartel.

      Hoy, algo falta que ese fenómeno de esparcimiento del mal de montera, no se está dando. Implícitamente, el buen aficionado que se queda fuera del numerado tampoco se va al general y eso tampoco es recomendable. Hay que ir a todos.

      Saludos.

      • Gracias.

        Pero aquí recuerden ustedes que de toros solo saben las vacas… Y no todas.

        Lo cierto es que hay que hacer notar los momentos claves y los puntos finos, sin esto ni crónica, ni taurinismo, ni nada.

        Agradezco de nuevo su visita y comentarios.

        Por supuesto los emplazo el viernes para nuestro “Radar Taurino”

  4. Habia cuarenta mil espectadores en la plaza y otros tantos mas de espectadores tras la television, miles de opiniones diferentes de lo sucedido ayer en la plaza mas grande del mundo. Coincido con algunos aspectos y difiero en otros…pero es innegable que fue un inicio de temporada que no paso desapercibida, mas que un evento inaugural, hubo muchos aspectos que destacar y criticar…creo que no hay mejor abreboca para lo que esta temporada nos deparara.

    Solo quisiera en mi personal opinion destacar un detalle…

    Siendo franco, yo voy a los toros a emocionarme, y una de esas emociones que espero sentir es: diversion, alegria, deleite…La diversion es una emocion digna, dignisima de la plaza de toros…no es un sentimiento mundano, es un sentimiento de gozo, que cabe perfectamente en el sentir del aficionado.

    • No se si la diversión sea como tal una emoción, María, siento que es una acción que acarrea emociones.

      Claro la RAE identifica la diversión como la alegría o el deleite, tal como lo has mencionado.

      Pero aquí habría que saber si entendiendo la diversión como válidamente la identificas, en una corrida de toros es una consecuencia o una causa. Porque al mencionar que debemos de ir a “emocionarnos” se abre la puerta a todas las alteraciones orgánicas que puede recibir del exterior el ser humano.

      Porque al final, basta con ubicar el significado de “divertir” en su sentido más primario el éste está más cerca de desviar o alejar la atención en una sola cosa. Y el toreo es algo más que un mero pasatiempo o entretenimiento.

      Sin embargo, el sentir de un aficionado no es censurable y por eso celebro el fondo de tu comentario que demuestra que el aficionado a los toros pone en uso el dictado de la memoria y el latido del corazón en grado superlativo.

      Gracias y saludos..

  5. La verdad es un Placer leerte Lalo… acto seguido me atrevo a poner mi comentauro del festejo de ayer…
    Ponce estuvo en Maestro, sacando agua del pozo y entendiendo bien al manso, sin embargo como lo mencionas, no fue entendido y creo que la maña de los encierros escogidos ya le resulta contraproducente, sus gentes cercanas denen de corrigir el rumbo por que una Figura de su Altura no merece estos safarranchos y los aficionados MENOS!.
    Saldivar pinta para figura del Toreo, hizo bien las cosas en los tres astados y se vió premiado en exceso ante la Benevolencia del Matador Ruiz Torres, a mi juicio eran 3 o 4 orejas y no un rabo regaladito pero habrá que verlo en la repetición!
    Silveti se le vió bien a secas, aún con el verdor de la reciente alternativa pero también tiene “patas para Gallo” a mi humilde opinión. Creo que debe repetir en el coso monumental para demostrarnos lo que trae en la sangre, espero corrija el rumbo con la Toledana por que si no pasará las penumbras familares!
    El ganado muy mal y de malas, la autoridad como cómplice ante la escasa presencia de los bureles y el exceso de premios otorgados. Una Vergüenza la vuelta al ruedo de los ganaderos!
    En fin sólo un humilde comentario de un humilde aficionado.
    Abrazo

    • Gracias Dr por visitarnos.

      Todos esperaríamos algo más cuando vienen las figuras el toreo así como los prospectos más aventajados como Arturo Saldívar y Diego Silveti.

      Por el lado de los toreros no me voy triste porque como lo mencionamos en Radar Taurino el viernes, por muletas no iba a quedar. De hecho, los ganaderos habrían de agradecer publicamente que su encierro no se fue a la quema gracias a la tercia que los ha hecho ver mejor, para ejemplo: el séptimo. Habría sido interesante saber que hubiera sido el destino hubiera dispuesto un cambio del 7mo al 8vo y visceversa…

      A Arturo pronto lo veremos para que confirme, como va a ser, si lo que pinta madura. Dios Mediante así será.

      Sds y suerte en la guardia Dr.

  6. Me gustó mucho su crónica. La leí con atención y deleite. Está muy sabrosamente escrita. No estoy en todo de acuerdo con sus puntos de vistas, pero los respeto, porque están muy bien fundamentados. Enhorabuena y lo seguiremos leyendo.

    • Hombre Jaime…

      Así debe de ser en la variedad de opiniónes está el alimento del fuego del Toreo por eso siempre espero de los lectores de De SOL Y SOMBRA, así como de los aficionados a los toros, una severa crítica antes que el paladeo de la coba.

      Gracias por visitarnos.

  7. Pienso que la de ayer es una buena muestra de lo que viene para esta temporada: toros anovillados, pastueños en el mejor de los casos, pero no bravos y escogidos según los gustos de los toreros (que no siempre matadores)… Es una tristeza que la Plaza México esté así, pero mientras esta administración esquizoide siga al frente no creo que pueda esperarse nada mejor.

    Un saludo!

    • Gracias Karlita…

      Lógicamente da mucho que pensar la razón que tienes en tu comentario. Es prácticamente inobjetable el argumento.

      Sin embargo, hay esperanza lo anticipo desde ahora en que la próxima semana la corrida de Fernando de la Mora para Talavante ponga la muestra tras cinco años fuera de La México. Como saben ustedes es uno de los hierros que sigo, ojalá y camine.

      Gracias por escribir, Maestra.

  8. Muy buena crónica Luis, la verdad la más concienzuda que he leído sobre la inaugural. Ayer la México habló, exigió y triunfó, sin embargo no fue congruente, pasamos del malinchismo taurino, al falso patriotismo, los de Saldivar eran también protestables. Ponce para mí fue el triunfador, la faena al séptimo toro estuvo llena de sabiduría, de conocimiento y reconocimiento de las “aptitudes” o mejor dicho de las características del astado. Una faena muy parecida a la que realizo Ponce en Bilbabo en 2010. El ValenTorerismo paga y más en la México cuando se llena de taurinos de ocasión. Sabes que Saldivar me llena el ojo, y hasta se podría decir que es “mi gallo” y por lo mismo siento una responsabilidad de hacer una crítica, no buscando reventarlo sino todo lo contrario. En el quinto, la plaza cobro factura de la oreja regalada a Ponce en su segundo bis, provocando el segundo error del juez al otorgar dos apéndices. Como duda y anécdota, planteo que este toro apenas fue al caballo y se escupió rapidísimo, generándome la duda ¿fue eso un toro picado? El octavo y la magia apareció, pero no en los cambiados por la espalda ni en las DosSantinas, sino en la profundidad y ligazón en 4 tandas de derechazos que “el flaco” nos regaló. Sin duda Saldivar está en su mejor momento (esperemos que sea el mejor hasta ahorita y que mañana se catapulte hasta donde solo los elegidos llegan). Otra cuestión que me gustaría comentarte, pasa por el segundo tercio, en 8 toros vimos solo 3 pares, apenas justos, nada que recordar, y no me sorprende ya que al menos la afición mexicana a menos preciado este tercio, rebajándolo casi casi al trámite. Y bueno no juzgo por qué, lo que me preocupa es el doble discurso de algunos, cuando alguien propone eliminarlos. Definámonos mejor, si o no a las banderillas. Yo creo que debería ser un SI rotundo, pero no por la aberración al cambio, sino por su utilidad para la lidia y sobre todo por su belleza plástica, esa belleza que solo “asomarse al balcón” provoca. Saludos Luis y estamos en comunicación.

    • Gracias Rodrigo por estas observaciones importantísimas.

      Fíjate que creo que el tema de los puyazos es uno de los temas centrales de la decadencia de la Fiesta. Es importantísimo ir al caballo, claro no se especifica como, por lo cual aún un refilón se considera encuentro. Conste que no es lo que debiera ser. La fiesta es grandeza no pichicatería. Eso incluye la suerte de varas y lo mal que están las cuadrillas, empezando por Escalante, que incapacidad al intentarlo en el séptimo.

      Por eso mismo, 4 derechazos alcanzan para un pañuelo verde? Creo que no. Me gustaría ver a Saldívar con la izquierda, lo vimos, muy poquito. Pero lo importante es lo torero y el ímpetu que muestra a cada paso que da en el ruedo..Claro, el toreo fundamental, el que pasa por la virtud es el que vale más no por la espalda. Conste igualmente el mérito enorme que tuvo con el segundo y con el propio quinto.

      Enhorabuena Rodrigo por tu afición.

      Sds.

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