La Cruz de Teófilo – Martirio Ganadero en Gris Apertura de La México.

En verticalidad, “El Juli” gana, en mansedumbre gana Teófilo y pierde la Afición. Foto: TADEO ALCINA RIVERA. Aplausos.

Teófilo cumple lo que promete. A la Empresa parcialmente le funciona lo que oculta. Y los toreros salen con la misma intención de siempre, hacer hasta donde se pueda, con el esfuerzo natural que impone de lidiar cualquier corrida pero sin el sobre esfuerzo que requiere la trascendencia taurina. Con una mansada tamaño Plaza México, “Juli” cumple el expediente al completar, en un mismo año, el quinteto de teófilos, no nos extrañe que, de premio, mate uno más el día 12 y complete “dignamente” su año en ña Monumental. Por su lado, Adame, efectista y corriente, refleja su estado real que solo el oficialismo podrá maquillar. Triste caída de la bravura, la casta y el trapío del toro de lidia.

Por: Luis Eduardo Maya Lora – De SOL Y SOMBRA. Plaza México.

Solemos pasar por el Barrio de la Santa Cruz en la mayoría de nuestras visitas a Querétaro capital, con su histórico templo, lo mismo convento que prisión, mausoleo y cuartel, vigía que ha visto pasar la historia de este país, casi en un pestañeo.

Ahí está el árbol de espina más misterioso del mundo, el que no da flor ni da fruto que solo puede crecer y reproducirse ahí, ese cuya figura, en forma de cruz, es solo espina por los cuatro costados. Algo así es la mansedumbre, esa espina que también igualmente es el báculo olvidado de un fraile que caminó dewde las Hibueras hasta la Santa Cruz sobre un camino igualmente espinoso.

Como la herida que esta noche deja Teófilo Gómez en la Plaza México.

Que nada justifica lo disparejo de la primera parte de la corrida y lo variopinto de la segunda, la falta de casta de los tres primeros y lo inválido del resto aunado a los sospechosos pitones. Si esto no ha llegado a mayores es dado la taurinamente juvenil mayoría, asistencia que cuya ilusión taurina, ávida de Plaza México y de Temporada Grande, ha frenado perder los papeles pero a la que hay que decir que esto ni es el toro bravo ni menos la Fiesta.

Así tenemos que Teófilo manda un flaco y serio cárdeno para abrir Temporada que muestra a “Juli” simple, sin mayor otro trámite capoteril, viene un horrible refilón trasero y la tendencia del astado, el más serio del encierro, a recortar por el lado derecho es expresa. Por ello López entiende que el lado bueno es el izquierdo por donde muletea con el tranquillo que tanto le caracteriza, muleta a modo de pantalla, la cintura hacia fuera, un embarque atrasado y la ligazón siempre en la periferia.

Como hay momentos de largueza y lentitud, La México embelesa.

No podemos negarlo, está en nuestra programación neuronal y en el palpitar.

Pero lo cierto es que el mérito de una faena y del toreo está en proporción directa al rival que se enfrente, este, descastado y soso, permite con su cara alta pase a pase que “Juli” se coloque a placer sin ser su planta exigida a la distancia que se pone, más cerca el cárdeno protesta, de ahí que el toreo, ya sin el feo retorcimiento, abra el compás pero se de a hacer embestir al veleto con mayor temple, alargando el recorrido y logrando llevar la embestida, incluso en redondo.

Único momento mayor de la faena.

Porque con la derecha Julián López no encuentra la forma, ni en lo vertical ni con su tranquillo, solo en los circulares ligados que borran cualquier observación hacia el toro. La México ayer solo ve al torero que excede en la faena y, a su por demás ventajoso modo, deja un volapié, contrario y perpendicular, defectuoso, que… sí, aunque ustedes no lo crean… se premia.

Y se protesta, que aun el porrismo no es unanimidad.

A la postre, esta sería la única oreja, menos mal.

Porque “Juli”, habría cortado otra más con el espantoso manso tercero, rajado desde salida, un burel cárdeno de feos pitones jadeante en todo momento sin celo por la muleta ni casta, que husmea los muslos y que, no obstante López lancea con temple, trata de aplicarle la fórmula por el lado derecho hasta que tanta periferia, tanto apuntar la salida por anticipado y tanto retorcimiento en los naturales, provoca que el cárdeno se salga del cuadro y se le cuele por dos veces.

Dos topetazos que no causan mayor emoción.

Entonces, “Juli”, en gesto dramatizado, se engalla pero el descastado le pone en el sitio obligándolo a dejar amaneramientos para quedarse vertical y quieto para ahí buscar su toreo la mejor versión que pueda ofrecer ante estos toros que ni para el consomé sirven.

Juli” vuelve a regodearse, a acomodarse con temple.

Pero ese temple, que tiene fundamento técnico, carece del alma dramática de la Fiesta.

La México le corea fuerte pasando por alto lo anterior, se embelesa en la circular dosantina y los cambios de mano, los molinetazos que llevan a pasar de faena y a dejar todo en pinchazo cuando el “julipié” canto a la ventaja, se estrella en hueso. La vuelta al ruedo, mecánica como casi toda su actuación sabe a muy poco.

Porque, es cierto, nos lo corrobora el gran Salvador García Bolio, ha toreado en redondo, varias veces y bien, pero cierto es que al natural, ha acompañado la embestida más que haberla toreado.

Así las cosas.

El inválido quinto, castaño retacado, sumado al cuarto y al cierra plaza, hacen ver que Teófilo Gómez coloca la cruz sobre la naciente Temporada, la mansedumbre, la flojedad y la invalidez que dan al traste cualquier esfuerzo.

De ahí que José Adame, arrastrando la cobija, recurra al estribo con el decadente cárdeno cuarto e, incluso, banderillee a la moderna pero con temple al salinero y debilísimo sexto. Tratando de rescatar su muy cuestionable prestigio y, sobre todo, su incapacidad de poder con el segundo.

Un cárdeno girón, fino y en la raya del trapío, a la postre único toro de triunfo.

Nombrado “Misionero” a lo Fray Márgil de Jesús, queretanamente.

Pero claro, al no lancear templado, al no mandar con sutileza a Adame le queda la vulgaridad, lo más corriente y al uso que se tiene, la cara dura, el retorcimiento y la ausencia de la mínima sutileza en los derechazos a un toro que pide mando de seda y temple de hierro. Con él solo atina a despatarrarse y ligar derechazos con el pitón derecho del astado que crece y así como en Diciembre dejó la mitad de embestidas al bravo teófilo de aquella ocasión, con este desatina al intentar cerrar por bajo, al grado del enganchón.

Y de la voltereta.

Y de marrar con el descabello.

Y así pasar al abucheo, con toda razón.

Que cuando se habla demás, el toro mexicano, a veces mustio, sin decir tanto pone en su lugar a los que no son capaces de poner el toreo donde ponen las palabras.

Y así se va el mano a mano, cargando la Afición con la ausencia de rivalidad, falta de contraste, sin oposición con bravura pero con la cruz del aburrimiento y, claro, con la torería al mínimo en una de las entradas inaugurales de menor asistencia después del año pasado.

En preocupante monotonía.

Solo queda pensar que después de la cruz, de la espina e, incluso, de las caídas y la expiración, tan solo quede, la esperanza de que llegue, taurinamente, la resurrección.

Al tiempo.

Twitter: @CaballoNegroII.

RESUMEN DEL FESTEJO.

Plaza México. Temporada Grande 2017-2018. Domingo, Noviembre 19 de 2017. “Corrida de Inauguración”. Primera de Derecho de Apartado. Más de Media Plaza en tarde fría con cierto viento que molesta la lidia a partir del tercero. Corrida en Homenaje a Miguel Espinosa “Armillita” tras su sensible fallecimiento con minuto de aplausos. Mal la Autoridad Delegacional al permitir que la Temporada comience una semana posterior a lo exigido por la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos del Distrito Federal. La Autoridad que preside equivoca al juzgar mal la petición al finalizar la lidia del primero. Afición en cortedad y villamelonaje en mayoría.

6 Toros, 6 de Teófilo Gómez (Divisa Celeste, Blanco y Plomo) variopinta y dispareja de presencia, sospechosa gravemente de pitones y, salvo primero y tercero, retacada en kilos. Ausente de fuerza y bravura, apenas el estrecho segundo tiene recorrido en la muleta aunque es débil. Protestón y descastado el cariavacado primero, manso y soso el tercero y el resto simplemente inválidos y sin fuerza.

Inexplicablemente el tercero es aplaudido en el arrastre, el resto, salvo el segundo, es fuertemente pitado.

Julián López “El Juli” (Azul Añil y Azabache) Oreja con Protestas, Vuelta y Silencio. Joselito Adame (Grana y Oro) Silencio, Pitos tras Aviso y Silencio.

Cuadrillas en discreción y con solvencia. Pésimo puyazo en el primer tercio de la lida, refilón a medio toro.

Así embistió el noble “Misionero” al que no cuajo Adame. FOTO: Tadeo Alcina Rivera. Aplausos.

2 respuestas a “La Cruz de Teófilo – Martirio Ganadero en Gris Apertura de La México.”

  1. Una vez más el autor de este artículo, con atrevimiento válido señala los defectos del infeliz encierro de Teófilo Gómez, que abrió vergonzosamente la temporada 2017-2018, en la plaza México.

    Es frustrante y lleva a la indiganación el valemadrismo y falta de total respeto a la afición mexicana que manifiestan los toreros españoles cada vez que vienen a hacer las “Américas” con la imposición de toros indignos siquiera de lidiarse en plazas de tercera.

    Como también es indigno la sumisión hasta la humillación de los ganaderos mexicanos, que merced a los desleales y palaciegos caprichos de esos toreros ibéricos, que le han prácticamente quitado la bravura que años muchos años atrás, tenía el toro de lidia mexicano aún con ése suave y delicioso embestir, para quedar bien con ellos. El encierro del domingo pasado, es para mentarle la madre al ganadero, autoridades de plaza y por supuesto a los toreros de importación y sin que escapen del repudio y descalificación por las barbaridades que espetan maquillando y hasta cobardemente los que reseñan la corrida por televisión; pero, lo que no tiene nombre y otros adjetivos, es lo que dijo el estúpido y arrastrado de Rafael Cue, cuándo entrevista al Juli, en el programa del canal del IPN, diciéndole que estuvo colosal con los animalejos que lidió pues, aquellos, tenían una “bravura que se queda y que se detiene” y de ahí el gran mérito de sus faenas.

    Nunca en mis más de 60 años de aficionado, había escuchado tal estupidez de decir que hay ¡BRAVURA QUE SÉ DETIENE!, SÍ ASÍ CON MAYÚSCULAS; lo que dijo ése desgraciado, arrastrado y dizque cronista taurino.

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